¿Es posible que un sujeto cambie?
Entrevista a Manuel Rubio, Presidente de Mayéutica – Institución Psicoanalítica
Por Margarita Gómez Carrasco
Mayéutica es una de las instituciones lacanianas más reconocidas en el país y el exterior. Fundada por iniciativa de Roberto Harari, se yergue desde hace más de un cuarto de siglo, con el propósito de hacer avanzar el psicoanálisis y de formar analistas que pueden autorizarse a sí mismos. El Gran Otro entrevistó Manuel Rubio – reciente presidente electo -, para que nos cuente sobre la temática de las XX Jornadas.
¿Cuáles son los lineamientos con las que parte su presidencia?
Como Mayéutica cumple 38 años, tiene toda una historia que dentro del psicoanálisis, no solo de Buenos Aires, tiene una incidencia muy importante. Si bien ahora asumo la presidencia, tengo expectativas para esta nueva etapa que vienen de hace tiempo. Yo ingreso a la institución en los años ’90 y, en ese transcurso fui pasando por distintas instancias, estuve a cargo de distintas secciones, del programa de formación en psicoanálisis que ofrecemos, así como parte del consejo directivo en otras funciones.
Ahora he puesto más el énfasis en algo que Lacan trabaja -aunque lo ha dicho muy pocas veces-, que es la fraternidad discreta, a tener en cuenta en el lazo social. Esta línea esta signada desde la idea de su fundación por Roberto Harari, su mentor y su maestro, en lo que fue toda su trayectoria a lo largo de los años. Sigue siendo nuestro referente.
¿Cuál es la diferencia que marca mayéutica dentro del abanico de escuelas de psicoanálisis?
Mayéutica está ubicada en el orden del psicoanálisis lacaniano y en el marco de lo que a nivel internacional es el movimiento de Convergencia, movimiento lacaniano por el psicoanálisis freudiano, que se funda en Barcelona en el año ‘98 y desde ahí venimos trabajando con instituciones de todo el mundo. Aun así, hay singularidades en cada una de las instituciones que es una de las marcas de Convergencia.
Mayéutica se destaca en principio en una lectura de Lacan que presta especial atención a su letra y siguiendo lo real de la clínica. La cual marca dos cuestiones importantes, el modo de lectura y el de atender a ese real. El intento de la transmisión del psicoanálisis es desde artificios propios que la muestre, y una de esas maneras por ejemplo es que cuando se transmite la clínica, sea lo más parecido a lo que sucede en el psicoanálisis en la intensión, o sea en el consultorio. Lo cual es un imposible porque la singularidad de lo que sucede en cada análisis nunca puede ser puesto a la institución pero aun así, por ejemplo, en el hecho de que cuando se hacen presentaciones clínicas no se habla a partir de un texto escrito. Eso permite que tenga la espontaneidad de lo dicho en ese momento y donde también pueden tomarse como material de trabajo, los olvidos, equívocos, fallidos que aparezcan en el momento, porque el analista presenta en transferencia ese análisis concreto y, se puede tomar como que eso es un aspecto de ese análisis. Ahí ya hay algo que es muy importante y esto se hace con distintos artificios, ya sea lo que llamamos Fábrica del caso, en donde se presenta un caso, y luego se abre la discusión sobre el mismo para construirlo como fábrica. Otro artificio es que alguien le presenta un caso a quien lo escucha y a partir de ahí extrae una cuestión crucial para armar una conferencia sin conocer el caso y sin tener otros materiales, y después se trabaja sobre eso, le llamamos Conferencia sobre el caso, también se hacen Lecturas de la clínica y otros.
En cuanto a la lectura de los textos de Lacan decimos que -y es tal vez una de las características que otros psicoanalistas nos marcan-, es la insistencia que tenemos en lo que llamamos la periodización de la obra de Lacan. Una lectura en donde la lógica articulatoria de los conceptos y los fundamentos sea central y entonces según el momento de lo que fue la enseñanza de lacan, es distinta la articulación de eso concepto.
Mayéutica se caracteriza por poner el acento en la selección de textos, sobre todo en las traducciones…
La traducción han ido siempre una cuestión central, la enseñanza de Lacan ha sido oral en buena parte, entonces establecer un texto ya es un efecto de lectura. Esta doble cuestión, de trabajar con distintas versiones de los seminarios y a su vez la traducción misma, especialmente en la última parte de su obra, donde ya no sólo cuenta la puntuación sino también el efecto del equivoco a través del uso de la palabras como título de Lacan en los últimos seminarios, ya es un efecto de enseñanza y eso es algo en lo que estamos muy atentos.
Lo que voy a decir es una generalización, algunos profesionales recién recibidos cuando se refieren al psicoanálisis, aluden a que es un mundo hermético ¿Qué le diría a los psicólogos y médicos que quieren incursionar en este complejo estudio?
En lo que dice hay algo de cierto y era que a veces caemos en un cierto vedetismo cuando simplemente hablamos en jerga y dando todo por supuesto sólo para entendidos. Eso podríamos ponerlo casi en el orden del defecto si es que el dialogo es amplio, no en la interlocución íntima porque si nos concentramos a hablar cuatro o cinco que ya tenemos un determinado lenguaje facilita mucho la comunicación el uso de un lenguaje técnico. Ahora, para aquél que se acerca a Mayéutica tenemos distintas instancias y esto es muy importante diferenciarlo. Así como hay seminarios en donde intentamos seguir avanzando y quizás para alguien que recién llega tiene que adaptarse a un lenguaje construido, también hay actividades como cursos introductorios y presentaciones clínicas, en donde en las clínicas hay que partir desde lo que es ese real que está ahí apareciendo, desde el dato concreto y pudiendo diferenciar allí qué es lo que apareció, qué es lo que se interpretó y cómo se elabora. Y, eso es accesible para el que recién inicia o para aquel que tiene experiencia y lo va a ir leyendo desde lugares diferentes. En ese sentido quien se pueda aproximar a Mayéutica se va a encontrar con actividades en donde va a sentirse muy cómodo porque van a resultarle accesibles, y en otras le mostrará quizás el camino a donde se tiende. Está diferenciado porque las propuestas de trabajo son muchas, por ejemplo, hay lo que se llaman reuniones de lectura en donde a partir de un texto se va haciendo su lectura y se va trabajando. Eso es accesible para quien quiera acercarse porque se parte desde el inicio. A su vez, hay cursos intensivos que son un poco más trabajados pero que siempre tiene una especie de esquema incorporado. Siempre se parte del recorte freudiano desde donde surge el tema que vamos a trabajar, y desde ahí a la lectura lacaniana y así se va avanzando, lo cual lo hace también accesible.
En el marco del aniversario de mayéutica ¿cuál es la propuesta en las XX Jornadas?
Este año, como cada dos años, se hacen las Jornadas institucionales. Este año es sobre «La locura del hombre normal», el tema que elegimos. Parece contradictorio el nombre, pero intenta dar cuenta de algo de la situación de la subjetividad contemporánea leída analíticamente en dialogo con las otras propuestas que circulan en la polis. Desde el sentido común, o soy normal o soy loco, aunque el sentido común también dice que de locos todos tenemos un poco, entonces también desde el sentido común quizás esté incorporado. Pero el intento es poder analíticamente tomar en consideración como tema lo que hoy se trabaja desde otros discursos, lo que se deja de lado desde esos otros discursos y el intento de rescatar algunas nociones que son de fundamento de lo que podría ser el hombre. El concepto de hombre ya sabemos todo lo problemático que es… el trabajo de Foucault en relación a como se construye, pero de algún lado tenemos que nominarlos, entonces tomándolo desde ahí el psicoanálisis ha sido quien ha rescatado algo del ser de este hombre, y entonces tomando esto, es que intentamos dar cuenta dividido en distintas temáticas.
La locura de ese hombre, ¿será abordada como síntoma social?
El espectro en ese sentido va a ser dividido en distintas temáticas. Ahí es donde esta lo interesante, tanto en lo que tiene que ver con el lugar central, por ejemplo de lo que ocurre con el cuerpo, que además había sido la temática central de las Jornadas de hace dos años pero que ahora es volver en lo que tiene que ver con las intervenciones en el cuerpo, que bueno, ahí se abre toda una serie de fenómenos que basta con abrir el diario para que todos los días veamos, en ese orden, no solamente esas intervenciones simples en tatuajes y piercings sino también en cirugías.
El tema del cuerpo es muy enigmático….
Por eso en el orden de la singularidad o de lo social es imposible uno u otro. Desde Lacan nos constituimos desde el Otro y aunque la figura del Otro tiene diferencias, aun así ese lugar está absolutamente abierto, y así como están las intervenciones en el cuerpo también en cuanto a la singularidad, la pregunta por la libertad que hoy aparece como central. De hecho la primera mesa va a ser entorno a eso así como la última mesa será en relación al destino.
Entonces la temática empieza con Lacan y termina con Freud…
Sí, es un Freud leído por Lacan. Es interesante porque Lacan habla del delirio de libertad en los primeros seminarios, así como por otro lado, Lacan habla de responsabilidad teniendo que de algún modo que ser alguien responsable, sea por su posición subjetiva, sea por su saber hacer y, la libertad está en juego aunque no la nombremos.
Es problemático pensar en la libertad cuando el infante recibe los significantes de el Gran Otro que se inscriben como marca.
Y es cuando hay que pensar en qué entendemos por libertad. Si es al sentido sartreano de ese lugar casi absoluto y que somos libres o si es un lugar a construir en función de hacerse cargo, ya sea del propio deseo, del propio decir o del saber hacer ahí con lo que le fue dado y, teniendo en cuenta el síntoma con sus distintas versiones. Ahí es donde podemos hablar, pero dependiendo de lo que entendemos por libertad. Si la cuestión es en el orden de lo teleológico, el orden del para, o si la cuestión es poder hacerse cargo a posteriori de las condiciones de producción y saber hacer algo otro con ello, inventando. Aparece así un concepto nuevo, la posibilidad de la invención, con lo cual entonces, si, es a partir del Otro, no sin el otro, pero ¿solo desde el otro? Y entonces ahí viene todo el trabajo que hay que hacer en relación al padre y al Nombre del Padre, si sigue siendo válido o no. Incluso, ¿es posible dejarlo? ¿Es posible ir más allá? Sí, pero a condición de servirse de él, porque sino otra vez volvemos al presupuesto sartreano pero desde la otra punta y casi caemos en un delirio de auto engendramiento, entonces la paranoia sería en última instancia la “salud”.
Otro de los temas va a ser precisamente ¿hay un real del padre simbólico? Y esto toca el tema el nuevo orden de las nuevas parentalidades, las nuevas formas de familia. Como ve, el intento es ir tomando a este hombre normal en sus “locuras” y lo que tiene que ver con eso.
Con «La locura del hombre normal» me aparece Foucault, entonces se me ocurre pensar en la locura a lo largo de la historia de la humanidad, pero todo el desarrollo que ha hecho, dan cuenta de otra locura, la del hombre contemporáneo, entonces me doy cuenta que en cierta manera se va avanzando en torno a este tema.
En principio podríamos decir que la locura ha tomado distintas figuras a lo largo de la historia. Si nosotros tomamos por ejemplo la manía, locura en Platón, tiene que ver con el orden de las pasiones y abre todo un campo interesantísimo. Lo mismo ocurre en la edad media, que va tomando distintas figuras, por ejemplo el concepto de la acidia y todo lo que implicó, el estudio de la melancolía… Lo que ocurre es que por ahí hoy nosotros asociamos locura a psicosis como herencia de la modernidad. La modernidad trajo una cosa que es interesantísimo en relación a la locura, que es el cambio de los supuestos implícitos en los que se basaba. Si nosotros tomamos el medio evo, buena parte de lo que la modernidad llamó locura o luego psicosis, estaba en relación a la invasión por parte de una fuerza demoníaca. Cuando pasan a ser fenómenos que pasan a ser estudiados por las ciencias naturales sigue siendo válida la noción de invasión, porque el ser, era un ser de razón, invadido por algo otro que venía desde el cuerpo, entonces sigue teniendo la misma teoría explicativa. No habla de un espíritu sino de ese lugar corporal, y sigue habiendo un núcleo que sería ese ser racional. Y bueno, lo que el psicoanálisis advierte es precisamente esto, porque toma este orden de la locura como propio del ser y también como un constructo con el otro y entonces ahí es donde podemos diferenciar, si, la psicosis existe, podemos hablar, podemos discutir el concepto de estructura…
Pero adentro de eso también cuando Freud habla de tres estructuras, psicosis, neurosis y perversión, él pone una cuarta que no se la toma como estructura, pero que es el carácter. Y eso es una rigidización de la cual el sujeto no puede hacerse cargo libremente; y ahí esa rigidización podemos considerarla como una manera también de la locura. Con lo cual la locura, no psicosis, podemos diferenciarla en dos aspectos: o por esa rigidización, en donde casi se ubica en un lugar de yo ideal y queda enfrentado con lo otro, o locura también cuando esto se desata sin llegar a una estructura equis y aparece como actuando, como pasaje al acto. Lo que hoy día es ese mundo que se suele llamar de las impulsividades, y también hacen de esta locura al hombre normal. Porque acting–out y pasaje al acto no es sinónimo de estructura en ese otro sentido psicopatológico.
¿Uno puede modificar el cauce de su goce?
Ese es el intento de un análisis, no que sepamos hacia dónde pero si el neurótico es alguien que para poder vivir paga un costo demasiado alto para sostener su goce. Es posible esa modificación que usted dice para que ese costo no sea tan alto. Puede haber modificaciones en lo que es atravesamientos del fantasma, en donde sean posibles otras modalidades de goce.
El psicoanálisis es una clínica del Phatos, del sufrimiento humano ¿Es posible que el análisis en transferencia permita al sujeto abrir cierto margen de libertad ante su destino? ¿Qué posibilidad de elección hay para el sujeto? Quizás muchos de estos interrogantes se desplieguen en las XX Jornadas. Su presidente Manuel Rubio, nos brindó un avance sobre «La locura del hombre normal» que involucra una cuarta estructura, un tema para reflexionar en la dirección de la cura.
Esta entrevista ha sido segmentada, se reservó una parte, que se publicará en la versión gráfica de la revista de arte contemporáneo y psicoanálisis El Gran Otro.
Juan Manuel Rubio, Presidente de Mayéutica – Institución Psicoanalítica. Miembro Analista. Dr. en psicología. Psicólogo, Medico, Psor titular en UCA, también lo fue en USAL, UBA y director del Programa en Formación en Psicoanálisis. Autor de numerosos libros. Comenzó su praxis psicoanalítica hace más de 30 años, habiendo participado de la creación y por 6 años en el Servicio de Emergencias I del Htal. Borda.
XX Jornadas de Mayéutica
Biblioteca Nacional
Sala J.L Ortiz 3er Piso
Agüero 2502 CABA
Entrada Libre y gratuita, actividad no arancelada
Viernes 18 – 16 a 21 hs y Sábado 19 – 12 a 19hs