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2 agosto, 2012

Sección: ARTE

Por Magdalena Martinucci

 

Dibujando la historia moderna, la exposición de Fernando Bryce en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, juega con la deconstrucción y la desnaturalización de algunos conceptos tomados como verdades. A través de una galería infinita de imágenes, este multifacético artista peruano nos invita a recorrer la historia mundial. Pero no la Historia con mayúscula, la oficial, sino aquella de los olvidados, los colonizados, los exterminados. El segundo piso del museo se ve inundado por cientos de dibujos, de revistas, de copias de obras de arte clásicas. Y, en este gabinete de curiosidades de la prensa mundial, vamos descubriendo, paso a paso, la voz de los que no la tuvieron.

La técnica es simple: tinta china sobre papel, en algunos casos; reimpresiones, en otro. El método, denominado por Bryce «análisis mimético», reproduce sin variantes imágenes surgidas de los lugares más diversos: portadas de libros, recortes de periódicos, afiches de cine. Su objetivo es re-presentar: volver a presentar en un nuevo contexto, con una carga valorativa diferente. Cada serie de dibujos nos pone frente a un concepto a desmenuzar.

La obra de 1999, sin titular, retrata la vida cotidiana de Bryce durante su breve estadía en Lima (actualmente está radicado en Berlín, Alemania), y el contraste que encuentra entre la ciudad antigua, ancestral, y la moderna, repleta de cables y anuncios de electrodomésticos. Con sentido irónico, presenciamos las vicisitudes de un teléfono celular con el característico «sin servicio».

Kolonial post (2002) retoma el avance del colonialismo alemán en África a principios del siglo XX, y las problemáticas actuales de inmigración y discriminación existente en el país germano. Los inmigrantes, sobre todo aquellos venidos de Turquía , son considerados ciudadanos de segundo orden, uno de los rasgos sobresalientes en la configuración del mundo global, que modifica las nociones de nosotros y los otros, y crea esta nueva jerarquía de ciudadanía exclusiva.

El mundo en llamas (2010-2011) enuncia las manifestaciones de la ideología dominante en la prensa, a partir de la iconografía cinematográfica en los Estados Unidos y la Alemania de la Segunda Guerra Mundial, evidenciando el discurso propagandístico favorable a la acción bélica.

En URRS (2011), se centra en la propaganda política soviética, y en Américas (2005), trabaja a partir de la revista de igual nombre publicada por la Organización de los Estados Americanos (OEA) para denunciar la hegemonía estadounidense en el resto del continente. Una vez más, surgen el yo y el otro, que somos nosotros, por haber nacido en el sur del continente, considerados exóticos y hasta extraños, aún hoy, pasados 500 años de la llegada de Colón.

Esta breve reseña tiene como intención invitar al lector a visitar la exposición de Fernando Bryce, que estará en el museo hasta el 20 de agosto, otorgándole algunas herramientas para comprender el alcance del poder que tienen las imágenes para transmitir una ideología particular, previniéndolo y, a la vez, desafiándolo a revisar sus propias ideas sobre la historia, para captar la riqueza visual y conceptual de la obra de este artista.

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