Por Margarita Gomez Carrasco

Se puede pensar la serie «Viviendo Lo imperfecto» de Cristina Puente, desde dos puntos de vista a modo de síntesis. El primero, gira en torno al tema «escaleras» sobre el cual la artista, ensaya y desarrolla una estética de imágenes. El segundo punto es más complejo porque tiene que ver con el titulo y con la palabra. «Viviendo», es un gerundio que expresa la duración del tiempo verbal, demuestra una acción, podríamos pensar que el verbo elegido es un guiño existencial que nos impele a reflexionar sobre el ahora, lo contemporáneo, lo fugaz que a veces no podemos ver.

Deleuze y Guattari señalan que el artista camina por el borde de la creación de conceptos a través de su obra, de esta manera, los espectadores se transforman en filósofos impelidos a interrogar la pieza artística.

Por otro lado, las escaleras encierran un significado funcional y simbólico porque establecen una relación entre el cielo y la tierra, simbolizan la ascensión y valuación, también representan el acceso a la trascendencia donde cada peldaño es una fase espiritual de cada nivel de consciencia.

En cuanto a la técnica, Cristina nos presenta un grupo de pinturas monocromáticas que acentúan la fuerza de imágenes dramáticas, las pinceladas son sueltas asemejándose a la caligrafía oriental, están forjadas con disciplina, constancia, son líneas pensantes que van construyéndose como marcas.

Las figuras emergen de fondos planos o entramados bi y tridimensional, en otro grupo, se advierte un perfil lúdico con el manejo de colores.

Las escaleras de Cristina Puente, no se encuentran dentro de escenarios como las Escher o Xul Solar, porque al estar desiertas, son figuras que nos hablan de la soledad, ésa que enfrentamos ante las decisiones.

Algunas escaleras parecen llegar al cielo, o tal vez a la nada, al misterio del sinsentido al que nos enfrenta la muerte. Pero también invitan a pensar en la eternidad, ya que estas escaleras solo por ser arte, sobrevivirán, y como decía Heidegger «el arte es el gran acontecimiento de la verdad (…) no puede ser superado por la religión y la filosofía porque el arte funda la verdad»

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