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10 diciembre, 2018

Arte argentino, oriental y europeo se aúnan para ojos diversos

Arte argentino, oriental y europeo se aúnan para ojos diversos
Por Laura Farías


Por estos días una importante exposición se da en Casa Saráchaga, una de las más antiguas de Buenos Aires, cumpliendo su 80ª aniversario. Piezas únicas de arte argentino, internacional, oriental, esculturas y platería criolla se subastarán al público del 6 al 11 de diciembre.

 

¿Cómo fusionar tanto arte? Esa parece ser la premisa de Casa Saráchaga que cumplió en julio de este año su 80º aniversario. Martín Sarachaga hijo, 3ra generación de la familia, lleva adelante estas propuestas, que en forma anterior ya lo hicieron su padre y abuelo. Una familia que respira arte.

Del 6 al 11 de diciembre de 2018, en la misma casa, coleccionistas de todo el mundo se aprestan para conseguir algunas de estas obras originales cuyos valores se alternan desde mínimos a máximos dependiendo de las piezas elegidas: pinturas argentinas y de autores internacionales; esculturas, platería colonial, criolla, jesuítica; platería europea, muebles argentinos, europeos y orientales; injertos de gemas; mapas, escritos y libros. Una diversidad que nos lleva a preguntar nuevamente ¿cómo diseminarlo?

“Todo arte, al final, vuelve a su origen”, así lo interpretan y las palabras vienen de su incursor Juan Daniel Saráchaga, abuelo de la familia, que aún hoy es un faro y la experiencia de estos años las legitima.

La diversidad expuesta no es arbitraria. Para Martín Sarachaga las corrientes – paradigmas, que se dieron con los años han dejado un sello. «En estos momentos nos encontramos inmersos en uno de ellos y no solo en Buenos Aires, sino también a nivel mundial. Para renovarnos visitamos las tendencias de Londres, Milán, Nueva York, París, Tokio. Qué se busca, qué se expone y quiénes son los nuevos autores que emergen. Estas corrientes hoy se dividen además en dos tipos de consumidores pre y pos 50 años, que en los próximos períodos, presentimos, se aunarán por una cuestión generacional. Lo digo porque el consumidor pos 50 aún busca lo tradicional, el arte antiguo, el pre 50 incursiona y se abre a otras formas o propuestas».

La historia es otro de los ejes en cuales se basan para distinguir obras. «Cabe destacar que, en Buenos Aires, hubo un gap pos guerra, donde en Argentina no llegó el movimiento pop de los 60 – 70 que se estaba dando en el mundo. Esa brecha no irrumpió con ese arte internacional aquí; son piezas faltantes en nuestro país, pero nuestro acervo igualmente fue y es muy rico, por lo que continuamos trabajando hasta el 2008 con el arte europeo y argentino. Luego en esta transformación y después de la crisis del 2007 y 2008 que se dio en el mundo junto a la caída de Lehman Brothers, nos reinventamos a través del arte oriental y para ser más precisos en el chino, una nación que irrumpió en lo económico y detrás de un país que emerge, siempre lo sigue su arte. Ahí encontramos un gran caudal por parte de los coleccionistas, medido por los valores dados. Hoy día contamos con un departamento especial de arte oriental, al que incorporamos arte hindú, persa, tibetano, pero siempre en gran medida enfocándonos en el arte chino», cita Saráchaga nieto.

 

Retomando la frase familiar «todo arte, al final vuelve a su origen», desde la experiencia y tratando de dilucidar la mirada de quienes gustan del arte, afirma que el coleccionista va a lo propio. “El argentino al arte argentino; el español al arte español; el italiano también y lo mismo sucede con el oriental. Muchos de nuestros visitantes solicitan desde el extranjero obras originales de su país. Esto se da mayormente.

Cuando seleccionamos igualmente obras, los sentimientos entran en juego y se da la paradoja de la técnica académica en la selección. Estamos frente a ella y las sensaciones irrumpen, pero no vamos solos. Siempre somos dos y cada uno da su opinión y tratamos de fusionarlas. El criterio y el gusto deben acompañar, pero para quienes conocen del arte, muchos eligen distintas vanguardias o etapas de los artistas y eso lo tenemos en cuenta. Otros se dejan llevar por el cuadro más grande o colorido. Los artistas en sus etapas han cambiado su paleta, sus medidas y algunos lo aprecian y otros prefieren los clásicos y sus momentos de mayor esplendor».

Martín Saráchaga quien timonea la casa, aunque no sólo, porque lo acompañan sus hermanas y otros directores, asegura que el arte se da a entender en la historia y sus interpretaciones, pero el contexto la vanguardia en la que fue creada es uno de los puntos de inflexión en lo que hace más hincapié. «Son momentos históricos que tienen un trasfondo y que valen la pena conocer. La obra de arte te elige. Hay una primera empatía», asegura. «El arte es totalmente subjetivo a los ojos de cada persona. Se busca es que la obra te produzca sensaciones, sentimientos, te complete y aunque uno pueda brindar sugerencias, cuando una persona se siente atraída por una producción determinada, no cambia de parecer».

En esta exposición y posterior subasta la diversidad acompaña a lo valioso. Originales de Quinquela Martín en distintos periodos; Fernando Fader, Vito Campanella, Raúl Russo, Carlos Alonso, Pedro Domínguez Neira, Antonio Berni, Gregorio Vardanega, Guillermo Roux, Leonardo Lerner, Raúl Soldi, Luis Felipe Noé, Claudio Girola Iommi, entre otros. Ex colecciones de Victoria Cañàs de Benites Alvear, platería de Llovet Cullen, ex colecciones de Luis Gregorio Zuberbuhler, de Manuela Lavayèn; vajillas de porcelana utilizada en el servicio de Catalina II de Rusia, por nombrar algunas producciones.