La unidad tras el lente
Por Nadia Paz
Desde noviembre y durante todo el verano, FOLA (Fototeca Latinoamericana) presenta parte de su colección permanente en la muestra «Con la luz de América Latina», donde expone fotografías de los principales referentes del género en la región.
«Ahora América es, para el mundo, nada más que los Estados Unidos: nosotros habitamos, a lo sumo, una sub América, una América de segunda clase, de nebulosa identificación. Es América Latina, la región de las venas abiertas.» afirma Eduardo Galeano en su libro Las venas abiertas de América Latina. Y es que aquello excluido, aquello que se encuentra por fuera del desarrollo primermundista tiene una historia, tiene una lectura propia y una escritura que en este caso, se refleja a través del lente.
Atravesar las diferencias y encontrar un hilo conductor que las reencuentre, que las sostenga firmes y en un bloque compacto puede ser una tarea difícil de afrontar. América Latina es un entramado de singularidades, de divergencias, nucleada por un territorio de lenguas descendientes del latín, mayoritariamente de habla española, portuguesa y en menor escala, francesa. Al mismo tiempo, es un territorio con historia, una que nació mucho antes de la colonización y que comprende muchas otras lenguas que aún presentes o no, dejan huellas tácitas en los modos de ser de la cotidianeidad actual de las grandes urbes.
La muestra de fotografías «Con la luz de América Latina», curada por Rodrigo Alonso en FOLA (Fototeca Latinoamericana – Godoy Cruz 2626, CABA) pone el acento en la singular mirada de artistas de la mayoría de los países que integran la región. Cada uno con sus diferencias, con el espíritu singular de las experiencias propias, ha contribuido a generar esta puesta que se exhibe durante todo el verano en el barrio de Palermo.
Entre los artistas que la conforman, se encuentran los argentinos Pablo Cabado, Martín Canals, Alejandro Lipszyc, Gian Paolo Minelli, Esteban Pastorino, Ataulfo Pérez Aznar, Oscar Pintor, Liliana Porter, Roberto Riverti, Miguel Rotschild, Lena Szankay y Pablo Ziccarello. También está presente Marcos López con sus singulares paisajes urbanos de predominantes colores que personalizan la realidad porteña de los 80 o Nicola Costantino con un autorretrato de apariencia pictórica. Por su parte, de la artista Adriana Lestido se encuentran instantáneas en blanco y negro de la serie Amor 1992-2005, y llaman especialmente la atención, las enormes bibliotecas de Arturo Aguiar y Alberto Goldenstein en gran formato, y «Bañista» de Eduardo Carrera, del año 2005.
La exposición también abarca a los brasileros Marlon de Azambuja, Vik Muniz y Lucas Simoes, éstos dos últimos con autorretratos fragmentados de papeles superpuestos y calados.
La única obra no bidimensional de la muestra es «Relief Valve (Válvula de seguridad)» del artista cubano Ernesto Javier Fernández, en la que a través de un caño semi circular se observan dos fotografías iluminadas en los extremos. Una de ellas con balseros cruzando el mar y al otro lado, una imagen de un paisaje urbano visto desde la costa con la bandera de Estados Unidos.
La exhibición, también cuenta con fotografías del boliviano Gastón Ugalde, que abre el camino de la reflexión entre la tradición boliviana originaria y los procesos socio políticos que atravesaron el país. También, de los chilenos Andrés Durán, Alfredo Jaar, Catalina Swinburn y Teresa Aninat, del venezolano Alexander Apostol, de la colombiana Doris Salcedo, del uruguayo Álvaro Zinno, y los mexicanos Féliz Curto, Andrés Marroquín, Colectivo MR, Nicole Franchy y Graciela Iturbide, ésta última, conocida por retratar con su cámara los pueblos originarios de México y otros países del caribe.
«Con la luz de América Latina» exhibe parte de lo que es la colección permanente de FOLA, un espacio que apuesta a la difusión de la fotografía contemporánea, y pone el foco sobre ese mundo actual representado en imágenes para mostrar la multiplicidad de sucesos, entornos, paisajes y secuencias vividas por los autores. Tal como afirma el curador «Formular la identidad de una fotografía latinoamericana podría detonar debates interminables. En cambio, es mucho más adecuada la tarea de pensar esta producción desde el contexto territorial en el cual se inscribe, con sus singularidades y sus incongruencias, con lo que pareciera serle propio y sus adaptaciones camaleónicas a la demanda global.» Se trata de encontrar la unidad en la diferencia. Observar los puntos en común y aceptar aquello que se mantiene de forma autónoma. En este sentido, desarmar el entramado que conforma la unidad geográfica propuesta puede servir para comenzar a entender sus diferencias y trazar los caminos de la unidad latinoamericana a través del lente.
La muestra estará abierta hasta el 7 de marzo y puede visitarse de jueves a martes de 12 a 20 hs, en la sala 1 de FOLA (Fototeca Latinoamericana – Godoy Cruz 2626, Palermo, CABA).