«Mujeres sin can can» es la más reciente exhibición de pinturas de la artista argentina Magdalena Beccarini, que actualmente puede visitarse en La olla roja, casa cultural que abrió sus puertas a finales de 2020 y tiene como objetivo exponer y visibilizar artistas mujeres desde una perspectiva feminista.

 

Sobre la calle Soler, en pleno barrio de Palermo, La olla roja alberga la muestra «Mujeres sin can can» de la artista Magdalena Becccarini. A través del gran ventanal que distingue a La olla, pueden verse varias de las obras que invitan a recorrer este espacio. Se trata de pinturas figurativas, con hincapié en la línea y el color, donde se muestran escenas protagonizadas por mujeres en situaciones sociales o familiares. Mujeres arregladas y serviciales a la vez, cuyas figuras etéreas parecen flotar, con una incorporalidad similar a las de Chagall y, a su vez, cubiertas por un velo macabro que las acerca a los personajes pesadillescos de Ensor. Justamente, lo que llama la atención en la obra de Beccarini es la cotidianeidad combinada con la mueca de lo oculto, una especie de grito de auxilio silenciado.

 

 

En algunas obras, los fondos son de colores planos, mientras que en otras parecen escenografías montadas para que las protagonistas jueguen su rol. Son mujeres que cumplen con un libreto, pero quedan desfasadas mediante pequeños gestos: una sonrisa forzada, la sujeción de una mano, la espalda curvada, todas expresiones que, como espectadores o espectadoras, es imposible pasar por alto. Los hombres, cuando aparecen, no lo hacen de una manera orgánica, sino que irrumpen en la escena.

Escribe el crítico de arte Horacio Safons acerca de la obra de la artista: «La reflexión que me inspira la obra de Magdalena Beccarini está compuesta por evidencias encontradas, por un lado puedo decir que la saga dibujística y pictórica recopilada configura una visión agridulce de las situaciones de lo cotidiano, escenificadas de una manera en la cual el acople de la ironía y lo paródico, con un humor corrosivo, aunque en sordina, establecen una constante de relato personal, pero también de enigma (…) Beccarini no está interesada en el naturalismo de las realidades, sino en la potenciación de lo real, es decir, en no como vemos las cosas, sino cómo estas son  ante la mirada del artista y así lo real, ese valor esencial del mundo objetivo (que aunque parezca paradójico, es el mundo de nuestra conciencia subjetiva), que sólo puede alcanzarse a través de la intuición creadora».

 

 

Magdalena Beccarini nació en 1940 en Buenos Aires y reparte sus días entre esta ciudad y  Milán. Estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón, ganó varios premios y realizó muestras tanto colectivas como individuales. En la Argentina, fue seleccionada para participar en el Premio a la Creatividad Artística, Fondo Nacional de las Artes (1999); la preselección de representantes argentinos en la Bienal Interparlamentaria del Mercosur, Centro Cultural Borges (1998); Premio Colección Costantini, Museo Nacional de Bellas Artes (1997); Premio de Pintura en el LXII Salón Anual de Pintura Museo Rosa Galisteo de Rodríguez, Santa Fe (1995); III Premio de pintura  del LXXII Salón Manuel Belgrano, Museo Sívori; Bienal Internacional de Pintura, Museo de Arte Moderno de Cuenca, Ecuador (1989) y la muestra «Políticas del deseo: para todes, tode», CCK (2020). De manera individual, expuso en las galerías Vermeer y Ática Buenos Aires, entre otras. En el exterior, participó tanto de muestras individuales como colectivas

La presentación de la apertura de «Mujeres sin can can» tuvo como voceras a Beccarini y a la curadora y crítica de arte Kekena Corvalán, amiga y colaboradora de La olla. Corvalán hizo hincapié en que el objetivo del espacio es visibilizar artistas mujeres y dijo respecto de Beccarini: «Consideramos que forma parte de toda una generación de artistas mujeres muy creativas, muy talentosas, de muchísima maestría que fue siempre ninguneada (…). Nos costó siempre como mujeres cada uno de los espacios».

 

 

La olla roja abrió sus puertas en 2020, año de pandemia, por iniciativa de sus gestoras: Jackie Simsolo, Mara Paz, Guadalupe Piqué y Analía Calvinho. Las artistas se conocieron a finales de 2019 en una residencia artística en Río Gallegos, coordinada por la curadora anteriormente mencionada, Kekena Corvalán. La impronta de la «casa cultural», como se refieren sus fundadoras a La olla, es feminista, y agregan que tiene «una identidad en relación a las mujeres grandes, como nosotras, que tenemos todas arriba de cuarenta años. La más joven tiene cuarenta y siete».

«Sentimos la necesidad ineludible de contar otras historias, rizomáticas, sin una única verdad. Plantear, tensionar con el universo actual de las artes visuales y ser caja de resonancia, como la olla que larga el vapor y habla», escriben en su Manifiesto.

Este deseo de las protagonistas de La olla roja se ve claramente cumplido en la muestra de una artista como Beccarini, que, con ochenta años, sigue pintando y trabajando sobre su obra sin dejarse arrastrar por las modas que atraviesan el arte contemporáneo, sino fiel al oficio que ya forma parte de la persona que es, como toda gran artista. En sus palabras: «Yo sigo produciendo imágenes, y seguiré, porque es lo que aprendí a hacer, es lo que veo que puedo decir». De este modo, Beccarini resume lo que desarrolla en su obra y se hace evidente el oficio, la pasión por crear y la persistencia en ello.

 

 

«Mujeres sin can can» puede visitarse hasta el 10 de abril de 2021
Horarios: jueves, viernes y sábados de 16:00 a 20:00
Soler 5072, CABA
IG @ollarojartesyoficios
https://ollaroja.empretienda.com.ar/

 

Agradecimientos fotográficos: La olla roja

 

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