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12 octubre, 2021

Jordan Wolfson Pura Conciencia

Por Maximiliano Turri

Jordan Wolfson Pura Conciencia

¿Cómo pararse frente a Jordan Wolfson? Sus obras, que, por derecho propio, ya son parte de la historia del arte reciente, nos interpelan (literalmente) con su mirada. Shockeantes, hermosos y de perfecta ejecución, sus trabajos nos sumergen en realidades inquietantes, caóticas, herméticas… un claro espejo del mundo en que vivimos. Hablamos con Jordan sobre sus trabajos, sobre lo que significa ser artista hoy y de cómo entender que el arte es pura conciencia.

 

¿Por qué te convertiste en artista? ¿Cómo has hecho esta elección de vida?

De chico tenía muchos problemas de aprendizaje y no sabía cómo iba terminar… Al principio, quería ser comediante, director de cine o de anuncios publicitarios; también quería ser skater profesional, pero no era lo suficientemente intrépido… Realmente no tenía ambiciones para mí en términos de convertirme en un «Gran Artista» o algo así. Pero entonces, cuando tenía unos 16 años, pinté un cuadro y, de alguna manera, sentí que todos estos puntos diferentes en mi cerebro se alineaban. Y allí supe exactamente lo que quería hacer el resto de mi vida

Fotografía: Noua Unu Studio Imagen c/o Jordan Wolfson y David Zwirner, New York

 

 

 

 

 

 

 

¿De qué hablan sus obras? ¿Qué piensas?

Mi trabajo trata de ver el mundo, de ver el momento presente. Lo concibo como algo muy hermoso y, al mismo tiempo, muy brutal. Así que miro a el presente y pienso «así es como veo el mundo, como veo la historia y como veo el futuro». Y todo es un poco borroso. Quiero decir, eso es lo mejor que puedo hacer como artista, es simplemente estar muy presente y tratar de ver el mundo como si yo fuera una gran cámara abierta.

 

¿Cómo definirías tu trabajo?

En términos muy formales, lo definiría como una creación continua de bucles de contacto con el cuerpo del espectador y su conciencia… Así es como lo describiría. Ese es mi objetivo; se trata constantemente de la persona que lo ve; de su presencia como tal y su presencia física.

 

En varias de sus obras más conocidas, como Female Sculpture o Colored Sculpture, la mirada de los personajes de tus obras se dirige al espectador para implicarlo activamente en ellas, ¿cómo surgió esta idea? ¿Qué busca con ella?

En 2008, hice una performance en el marco de la Feria de Arte Frieze, para la que conté con dos actores. Tenían unos dieciocho años y yo los dirigía. El guion que creábamos era sobre una teoría llamada «Teoría de las cuerdas», que está relacionada con la mecánica cuántica; y, en distintas partes del guion, introducía citas, hechos o elementos de la cultura popular. Así, los actores tendrían conversaciones con las personas que paseaban por la feria sobre esta teoría y, de repente, harían una pausa y hablarían, por ejemplo, de la primera persona a la que se le diagnosticó HIV o recitarían una sección de una novela de Bret Easton Ellis. Así que constantemente se pasaría de esta conversación científica casi puritana (la discusión de la ciencia siempre tiene una especie de Gestalt pura y limpia) a todo este material transgresor que aparecía en el guion. Entonces, estábamos practicando y yo señalaba lo que pensaba que funcionaba y lo que no; y, en un momento dado, dije: «ok, mírenme a los ojos mientras hacen esto». Y cuando lo hicieron, cambió todo. Se convirtió en una especie de puente formal, en el que se podía llevar cualquier cosa por encima de él. Todo tema era inextinguible del siguiente. No había jerarquía de temas. Esencialmente, era como un conducto o un puente para activar el sistema nervioso del espectador.

 

 

Al leer sobre tu obra, frecuentemente encuentro comentarios sobre lo provocativo que son tus trabajos. ¿Cree que tus obras son provocativas?

Mi trabajo es acerca de estimular el sistema nervioso, de estimular la conciencia. No considero que lo que hago sea provocativo. Pienso en lo que hago como algo activado. Como si fuera «wow, siento algo cuando veo eso» que me excita. Y otras personas lo han calificado de provocativo, pero nunca lo ha sido realmente para mí, solo he estado tratando de hacer cosas que tengan una especie de frecuencia cargada.

 

¿Qué lugar ocupan el sonido y la música en tus obras?

El sonido es una de las sensaciones más poderosas que experimenta la gente. También es una forma de evocación, reconocimiento y memoria. Creo que también es como una especie de color; y puede ser utilizado de forma muy poderosa. Por ejemplo, en el vídeo Raspberry Poser, la idea de tomar una canción directamente y no cambiarla para la obra me pareció radical; que fuera como una traducción uno a uno en la obra. Me pareció radical no cambiarla en nada, en lugar de adaptarla o hacer algo con ella. Y le dio a la pieza una especie de gran cambio; la música a menudo se convierte en una pantalla que distorsiona el material visual. Creo que los seres humanos hacemos un montón de cosas muy primitivas: cantamos, bailamos, hacemos imágenes y luego, cuando las combinamos y las juntamos, ahí es realmente como una especie de producción humana. Y creo que estamos genéticamente ajustados para responder al sonido y a la imagen. Me viene a la mente la canción que David Bowie escribió, Sound and Vision. Es algo muy poderoso, muy humano. No soy un científico, sólo soy un artista y por ello estoy buscando estas cosas. Sólo necesito la experiencia del sentir. No necesito una razón, sólo necesito un sentimiento.

 

¿Cuál sería tu obra imposible, la que te gustaría hacer, pero que no se puede realizarse?

En realidad, no tengo ninguna. Es decir, hace poco tuve un concepto para una pieza de realidad virtual para la que no pude conseguir financiación. Pero sigo pensando que podría ser posible. Y es técnicamente posible. Realmente no tengo una obra sin realizar hasta este punto. Quiero decir, «la obra irrealizada» sería como la obra en la que estoy trabajando actualmente (que estoy rezando para que se haga) y que estamos muy cerca de realizarla ahora… Pero hace muchos años, antes de que quisiera hacer un robot o hacer algo así, en mis veinte años, tuve una idea. Pensé que sería interesante tener una exposición donde tuvieras un niño, como un niño robot, y este niño destruyera la galería, y luego la repara. Y continuamente destruiría y repararía el espacio de la galería, trabajando constantemente en ello. Pero este niño tendría que ser un robot que pareciera una persona.

 

¿Por qué utiliza elementos populares, como los dibujos animados o los animatrónicos para sus obras?

No lo sé. Quiero decir que estoy en el mundo. Solo soy un pasajero en él y estas cosas me resultan interesantes. Siempre me han gustado los dibujos animados. Cuando era un niño, pensaba que el mayor logro que podrías tener en tu vida sería crear tu propio dibujo animado, me parecía tan mágico e inalcanzable hacerlos; y pensaba: «Oh, si pudiera crear un dibujo animado», eso sería como el mayor logro artístico.
No me interesaban los animatrónicos ni los robots. Quiero decir, tuve esa idea que te conté… Pero nunca estuve realmente interesado en los robots hasta que vi algunos. Y comprendí que activaban una especie de fisicalidad dentro de mí que, como artista, quería básicamente replicar o importar a mi trabajo para, luego, darle al espectador esta experiencia.

 

Como la música, provocar un sentimiento, una emoción…

Era una sensación de fisicalidad que tuve, que nunca había experimentado antes y que era a través del movimiento de ese cuerpo replicado; me experimentaba a mí mismo en un estado completamente presente, y entonces me di cuenta de que nada de lo que pudiera hacer en vídeo sería tan poderoso como esa sensación. Quería recrear eso para el espectador de la obra.

 

A propósito de tu obra Real Violence, ¿qué lugar cree que ocupa la violencia actualmente en nuestra sociedad?

No lo sé, no tengo una opinión sobre el lugar de la violencia… Pero te diré que la violencia ha sido parte de la experiencia humana desde que el ser humano existe. Y cuando hice esa obra, mi punto de vista era similar a de la fisicalidad de la que te acabo de comentar al ver un animatrónico. Cuando fui testigo de un acto de violencia a través de Internet, sentí una increíble sensación de hipervigilancia dentro de mi cuerpo. Casi una sensación de náuseas. Y pensé que era realmente interesante. Pensé: ¿de dónde viene esa sensación? Es una sensación muy poderosa por la que estoy teniendo esta reacción, no tengo otra opción que tenerla. ¿Es una reacción instintiva? ¿Es esta primitiva? ¿De dónde viene esto?
Así que quería recrear esa sensación en una obra de arte. Y así, esencialmente, esa obra se convierte en una experiencia de tu sistema nervioso.

 

 

En algunas entrevistas comentas que las ideas de sus obras surgen de tu «intuición». ¿A qué llamas intuición? ¿Cómo la gestionas?

La intuición es comparable a la idea sin pensamiento. Es como la idea sin crítica, la imagen sin crítica. Y simplemente la ves. Así que la captas y te la quedas, no la juzgas. Eso es lo que es para mí. Así que la intuición es una práctica. Es una idea sin juicio. Es como si alguien disparara una imagen en tu cerebro y no sabes de dónde viene y no importa. Pero sabes que entró ahí por una razón, y esa razón es importante, así que por eso lo haces. Un paralelismo sería como si uno fuera un buzón, como si uno se tratara a sí mismo como un buzón: No sé quién tiró una carta, supongo que el cartero. No sé qué carta es, pero está en mí, hay una razón para ello y tenemos que tomárnoslo en serio.

 

¿Cuáles son tus miedos? ¿Aparecen en tus obras?

Tengo muchos miedos. Creo que ahora mismo vivimos en una sociedad especialmente temerosa en Estados Unidos. La «cultura de la cancelación», la idea de que puedes decir algo equivocado y que te pueden malinterpretar. Tengo miedos de ese tipo. También tengo miedos… Tengo tremendo miedo al fracaso. Tengo temores de volverme arrogante; de herir a la gente o de haberlas herido; o de poder herir a alguien. Ya sabes, he tenido miedos simplemente por estar en el mundo, muchos de ellos. Tengo miedo de estar de mal humor y llegar a ser descortés con alguien; Pero al mismo tiempo, como que trato de liberarme de estos miedos, y entonces, volverme simplemente presente.
Creo que tener miedo forma parte de la experiencia humana. Pero la peor parte de tenerlo es lo que cierra tu mente a la intuición para ser en el mundo… por ejemplo, sin estás en una playa y hay un acantilado y lo miras.. no ves que ese acantilado es hermoso. Sólo te asusta. Piensas «hay un acantilado que puede ser peligroso». Pero, si tu mente está en calma, y estás en un estado de “no miedo” estás en la playa, ves el mar brillante y es abrumadoramente hermoso. Ves el acantilado y te das cuenta que nunca ha habido algo más perfecto que ese acantilado… Sí, eso es lo que pasa con el miedo. Por supuesto, estoy lleno de miedos, pero intento y aprendo a controlarlo.
Porque cuando estás en la sociedad lo tienes en la mente, tienes miedo del hombre. Pero para hacer arte, no tienes que tener miedo. Y para estar enamorado; Para ser amigo de alguien y ser amable no hay que tener miedo. Así que básicamente, el miedo nos detiene. Es bueno para nosotros si queremos, por ejemplo, huir de un incendio, o evitar una situación peligrosa, pero la mente que capta el arte y la intuición no es la mente temerosa. Y eso es lo que es increíblemente difícil acerca de lo que es ser un artista y estar en mundo; y cosas así se vuelven cada vez más aterradoras. Así que tienes que intentar controlar más y más el miedo, calmarlo y trabajar con él. Es un trabajo enorme, enorme!. Cuando era más joven, no tenía tanto miedo como ahora. Quiero decir, hubo momentos de terror total cuando era más joven, sólo intentar ser un artista daba miedo. Y me preocupaba, cada movimiento que hacía era tan importante… Como, tu sabes, ir del punto A al punto B… cada punto es tan importante. Realmente, ahora no lo veo de esa manera; hoy es una especie de rendición y liberación. Pero, es terriblemente difícil y también experimento el miedo a diario. Trato de mitigarlo y manejarlo y así poder entenderlo.

 

Artists Friends Racists

 

¿Qué artistas te han influido más?

¡Oh, muchos artistas! Diría que muchos de los artistas de los noventa me han influido. Félix González Torres. Ronnie Horn… Jeff Wall, Cindy Sherman… Charlie Ray fue una gran influencia para mí.
Hace unos días le contaba a alguien cuando descubrí lo que es el arte: estaba en la biblioteca de mi colegio y nadie me había dicho «este es un artista importante y este no lo es». Nadie en la escuela me dijo, por ejemplo, «tienes que aprender sobre Félix González Torres». En realidad, lo encontré en la biblioteca, vi su libro y fue como «¿Quién es este artista? ¡¡Esta obra me conmueve tanto!! Dios mío, ¿qué es esta obra?». Y luego resultó que era uno de los artistas más importantes de los años noventa. Lo mismo me ocurrió con Charles Ray; nadie me habló de él. Encontré su libro en la biblioteca y pensé: «Dios mío, esta obra es increíble». Me llevé el libro a casa y me encantó. Ningún profesor me enseñó que eran importantes. Era muy extraño pensarlo así.
Por supuesto, una gran influencia en mí fue Mike Kelley. Y su colaboración con Paul McCarthy. Um, Paul McCarthy… Su trabajo es importante para mí, pero su colaboración con Mike Kelly fue más relevante: «Las películas de Heidi»….Caravaggio es también una gran influencia y, por supuesto, me encanta Miguel Ángel, Durero… Me gustan tantos.
Para mí, una buena obra de arte es como una increíble actuación atlética. Esas personas dejaron de lado su miedo; estaban totalmente concentradas y entonces hicieron sus obras. Y es como una instantánea de la conciencia humana en estado radiante, en estado de libertad. Así que, cada vez que veo algo así, me influye; así es como lo veo, y eso es importante para mí. Porque eso es lo que quiero; me esfuerzo por conseguir estas instantáneas de la conciencia incrustadas en un medio artístico.
Es al revés de la piel. Siempre que alguien haya expresado conciencia en un estado de radiación, me influye porque quiero ser más consciente, quiero más conciencia. Es como tener hambre al ver comida hermosa.

 

Esa es una buena descripción de lo que es el arte. Ser más consciente a partir de la revelación de la conciencia del arte…

Imagínate a Caravaggio… «La llamada de San Mateo», he visto esa obra, hombre, y… ese cuadro es para mí una de las grandes obras de arte de todos los tiempos. Cuando ves eso, tienes una experiencia de conciencia… porque eso es una encapsulación de conciencia; una conciencia embebida en un medio, en este caso, una tela. Y cuando lo ves, ¡es simplemente increíble!. Y pensar también que su trabajo se hizo contra todo pronóstico. ¿Puedes imaginar el miedo que tenía por su vida como criminal? …de todos modos, otro gran ejemplo, por supuesto, es Bruce Nauman o Eva Hesse…, cualquiera que se haya entregado. El trabajo de Eva Hesse es tan hermoso, porque fue capaz de rendirse completamente. Llegó a un punto en el que cambió y se rindió a la consciencia, entonces hizo ese gran trabajo. Y se convirtió en algo fascinante. Es un trabajo sin miedo. Y Bruce Nauman también, es un artista increíble, y Martin Kippenberger…

 

Imagen c/o Jordan Wolfson y David Zwirner, New York

 

¡Martin Kippenberger es genial!

Es increíble. Quiero decir, es irreal… Cuando hablamos de conciencia en el arte, no sólo tienes la conciencia, también tienes el cuerpo. Y existe esa tensión entre el cuerpo y la conciencia, que genera la personalidad en la obra, el colorido, la oscuridad y todas esas cosas… Es como si la conciencia fuera el agua que sale del fregadero: el grifo es el cuerpo y entonces el agua sale de formas únicas por la forma del dispositivo. Eso es el cuerpo y la conciencia, y es por eso que tenemos personalidades… Como que estás viendo irradiar mi conciencia a través de mi cuerpo y mi personalidad en este momento. Y eso es lo mismo que obtienes de las obras de arte. Y es por eso que el arte es tan poderoso… o el gran cine es tan impresionante. Quiero decir, Kubrick, Tarkovsky, Claire Denis, todos estos grandes cineastas… Nuevamente, es la conciencia a través del medio. Y eso es lo que lo hace tan poderoso. Así que estamos experimentando una devolución de la conciencia. Es como si nuestro sistema nervioso reaccionara a la conciencia de otras personas… y, ya sabes, algunas personas han argumentado que el arte no es universal, pero yo creo que el arte sí es universal. Porque tratamos justamente con la conciencia. Entonces, si me enseñaras una caligrafía china; y me enseñaras una escultura hindú, y luego me mostraras una obra de Donald Judd, y cada cual es la más destacada, la mejor, sería capaz de apreciar la conciencia en todas ellas por igual.

 

La «verdad» que presentan…
La «verdad»… no hay división. Y eso es lo mismo que cuando miras a los ojos de tu perro o de tu gato. Te das cuenta: «Oh, no soy sólo yo quien está consciente de las emociones». Es también esta forma de vida, que está teniendo una experiencia de amor y luego compartiendo este amor conmigo. Y ese amor es como tener el más alto grado de conciencia… Por ejemplo, me viene a la mente Brancusi y… es por eso que lo amamos. Quiero decir, Pájaro en el espacio». Es una imagen del amor. Es una imagen de la frecuencia del amor… Sí, realmente estamos sintiendo conciencia. Estamos en el negocio de la conciencia. (Risas)

Artists Friends Racists, 2019-2020 Imagen c/o Jordan Wolfson, David Zwirner, New York, y Sadie Coles, HQ, London

Artists Friends Racists, 2019-2020

 

¡Estoy totalmente de acuerdo con tu respuesta! Sigamos, ¿qué trabajo te representa más?
No creo que sea una pregunta justa. Porque todas las obras me representan en un momento diferente de mi vida.

 

Ok, cambio la pregunta, ¿cuáles obras disfrutaste más al hacerlas?
Escribir los diálogos de Female Figure fue muy emocionante para mí. Lo recuerdo bien: tenía un pequeño estudio en Los Ángeles, era como un sótano. Empecé a hablar y era como meditar; luego me senté frente al micrófono. Estaba ya en lo que sería un «estado puro»; y sólo dije cosas como «Mi madre estaba muerta. Mi padre estaba muerto, soy gay, me gusta ser poeta. Esta es mi casa…». ¡Fue emocionante para mí! Y luego ver Female Figure… Fue aterrador. Recuerdo que estaba con la escultura a solas en un almacén y ella me miró a través del espejo directo a mis ojos; grité y salí corriendo tan rápido como pude. ¡Tenía treinta y tres años y estaba aterrorizado! Pero otras cosas al hacer las obras también fueron increíbles, por ejemplo, el rodaje de Raspberry Poser: iba vestido de Skinhead en París y fue tan… Quiero decir que fue una gran experiencia y fue muy estimulante también… Toda la gente me trató con tanto respeto, porque vieron que estábamos rodando algo… Fue una experiencia increíble.

Creo que todas estas cosas no se reducen realmente al resultado final de la obra de arte. Sino al proceso de hacer estas obras y llegar a alcanzar una conciencia plena con ello. Otro ejemplo fue con «Real Violence». Fue terriblemente escalofriante para mí. Recuerdo que lo terminé una noche, tarde. Lo edité en un pequeño ordenador portátil y no paraba de revisarlo. Estaba solo en mi departamento, sentado en mi cama… Y, luego, cuatro días después, se presentó en la Bienal del Whitney. Lo que estaba haciendo era algo tan pequeño y personal, ¡y luego se convirtió en algo tan público! Pero creo que la experiencia de hacer arte es tremendamente hermosa, porque es la experiencia de navegar y manejar la conciencia. Y por eso ha sido increíble tener esas vivencias. Porque también es parecido a la de experimentar y compartir amor con alguien y estar enamorado. No es lo mismo. Pero está en la misma categoría, sigue siendo parte de la misma familia de experiencias. Y creo que la razón por la que la gente hace arte es porque entra en esa experiencia. Por eso, el arte es tan placentero de hacer. Pero también es aterrador y duro para mucha gente.

Colored Sculpture, 2016

 

Bueno, para terminar, ¿puedes decirme cuál es tu próximo proyecto? Si quieres contarnos…

Estoy haciendo esta pieza, se llama «Body Sculpture». Es una gran escultura animatrónica. Se estrenará en la Galería Nacional de Australia, en marzo de 2022, y es realmente una pieza para que el espectador experimente su cuerpo y su conciencia. Su génesis es «Female Figure» y «Colored Sculpture», pero en cierto modo es algo propio. Bueno, ahora estoy trabajando en ello.