Finaliza «Constelaciones» de Remedios Varo en el Malba
Por Fiorella Sozzi
La exhibición de Remedios Varo nos acompañó en un particular año de nuestra historia, como si mágicamente nos haya venido a salvar de la complicada y tediosa realidad pandémica, para recordarnos que universos misteriosos y poderosos nos atraviesan y configuran.
Son los últimos días para recorrer la maravillosa «Constelaciones», antología de Remedios Varo en el Malba. La exposición que desde marzo tuvo acceso virtual debido al cierre de los museos, con reapertura presencial bajo protocolos desde noviembre, está llegando a su fin.
Con obras de distintas colecciones y en un trabajo conjunto entre el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires y el Museo de Arte Moderno de México lograron acercarnos una artista muy esperada, la polifacética pintora surrealista.
Tránsito y movimiento
Remedios Varo (1908-1963) artista plástica nacida en Girona, España, pero de fuertes vínculos con México, el país que la recibió cuando se vio obligada a exiliarse desde París con el poeta Benjamín Péret, escapando del Nazismo en 1941.
En México es donde Remedios desarrolla y consolida su estilo, país que muchos años más tarde distingue su trayectoria y obra artística como monumento nacional.
Desde joven son frecuentes los viajes y traslados de Remedios, ya que su padre, ingeniero hidráulico debía cambiar de locación motivado por distintos proyectos laborales.
El espíritu viajero de Remedios se percibe en sus escritos, cuadernos de notas abiertos que podemos leer a través de las vitrinas de la exposición, nos enseñan su búsqueda personal y sus reflexiones intimas.
Su itinerario en Europa tuvo foco en Barcelona y París, ciudades que la acercaron a los intelectuales y artistas de la época, donde conoció a los referentes del movimiento surrealista al encontrarse con André Breton, Leonora Carrington, Salvador Dalí, Max Ernst, Víctor Brauner entre otrxs, circuito con el cual siente una directa afinidad, ya que se caracterizaban por alejarse de lo racional en vistas de contenidos y formas oníricas, dándole paso al azar y a las intuiciones.
En 1937 participa en la Revista Minotaure, dirigida por Albert Skira, con la obra «El Deseo».
Una vez en Latinoamérica, tuvo paso por Venezuela, donde trabajó para el laboratorio farmacéutico Bayer, realizando ilustraciones publicitarias.
Método de trabajo
Desde temprana edad la profesión del padre la acercó a las matemáticas y al dibujo técnico, los croquis con los cuales él trabajaba le enseñaron de perspectiva y composición.
En cuanto a su educación formal, ella fue una de las primeras mujeres que estudió en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, culminando este ciclo en 1930.
La exposición del Malba hace hincapié en su proceso creativo, mostrándonos el carácter metódico de su trabajo.
Es así como podemos ver los distintos bocetos que la artista realizaba previamente en lápiz o carbonilla, piezas del mismo tamaño que las obras finales, concretadas luego en óleo o gouache, donde incorporaba además otros materiales particulares como nácar y parafina. Este último componente lo podemos observar en la obra «Títeres Vegetales» (1938) que realizó en su etapa de mayor experimentación técnica e influencia surrealista.
En muchas de sus pinturas notamos la particular textura de la técnica del esgrafiado, conseguido junto con el punzón rasgando el soporte, que genera detalles de líneas y puntos sobre la superficie.
Se destaca en la exposición una sección exclusiva sobre los esbozos y pruebas que la pintora dedicaba a las manos, parte del cuerpo que debido a su complejidad le requería un estudio específico.
De esta forma notamos que el corpus de su obra no es extenso, debido al largo tiempo y dedicación que le requería cada pieza.
Constelación Varo
En las pinturas de Remedios, encontramos continuas referencias a la astrología, el misticismo, el tarot, la alquimia, mostrándonos otras formas de conocimiento, de vincularnos con el mundo y el cosmos. Su obra entonces se constituye mágica, nos atrapa y conduce hacía experiencias y espacios misteriosos.
La simbología y los personajes de Remedios están cargadas de ritos, donde las figuras rodeadas de líneas energéticas se encuentran en plena transmutación y movimiento.
Habitamos la arquitectura de sus pinturas, particulares espacios interiores, donde son frecuentes las puertas y ventanas en forma de arco, permitiéndonos observar los tormentosos climas del exterior. Las figuras centrales son hibridas y las encontramos en instancias de lucubraciones, acciones mágicas o metamorfosis, como es el caso de «Creación de las Aves» de 1957.
En la exhibición además podemos encontrar reflejado el amplio imaginario de la artista en algunos objetos de su cotidiano; de esta forma hallamos pequeñas piezas como piedras preciosas, cuarzos, anillos, tesoros en miniaturas, mascaritas precolombinas y delicadas joyas.
Felinos sagrados
Si hay un ser que se reitera en su obra son los gatos, los hay de todos los colores y tamaños, nos invitan a ingresar a paraísos fantásticos, o se ocultan enigmáticamente en algún rincón de los lienzos. Como en el caso de la obra «Vagabundo» de 1957, figura que carga con un dispositivo mecánico y varios elementos que lo acompañan en su andar.
Eros y Thánatos
La última sección de la muestra nos acerca el lado más íntimo de la pintora, donde sus vínculos con el psicoanalismo y el inconsciente se develan en imágenes oníricas llenas de deseos y miedos.
Esto lo podemos observar en varias de sus obras, por ejemplo «Mujer saliendo del psicoanalista (Podría ser Juliana)» de 1960 escena que, aunque puede ser interpretada de distintas maneras, la misma autora nos cuenta algunas claves «Esta señora sale del psicoanalista arrojando a un pozo la cabeza de su padre (como es correcto hacer al salir del psicoanalista). En el cesto lleva otros desperdicios psicológicos: un reloj, símbolo del temor de llegar tarde, etcétera. El doctor se llama Dr. FJA (Freud, Jung, Adler)»[1]
Para un descanso placentero podemos apuntar de sus diarios íntimos los ingredientes y la preparación que recomienda en la llamativa receta «Para provocar sueños eróticos», exponiendo su perspicacia y sentido del humor.
Cierra la sala una pieza muy especial, el dibujo previo de «Naturaleza muerta resucitando» de 1963, pintura realizada poco tiempo antes de su temprano fallecimiento, aunque la energía de la autora y obra permanecen de forma trascendental.
[1] Remedios Varo – Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires
Curadores: Victoria Giraudo, Jefa de Curaduría de Malba, y Carlos A. Molina, Curador en Jefe de MAM.
Finaliza el 15 de febrero.
Para su visita reservar online día y horario en https://www.malba.org.ar/
Malba: Av. Pres. Figueroa Alcorta 3415 (CABA- Buenos Aires)
Foto de Portada: Catalina Romero (Fotografía de obra)
*La línea editorial de la revista El Gran Otro acepta el lenguaje inclusivo por el que ha optado su autora.