TIC TAC TIC TAC en El Local
Por Mariano Barrientos
A orillas del río Maldonado se encuentra El Local. Un espacio que yace en lo estático, pero que genera constante movimiento, un habitáculo que se regodea de arte e invita al diálogo y el descubrimiento de todo transeúnte desprevenido. El Gran Otro no pudo dejar de visitar las instalaciones de El Local en el marco de «La Gran Paternal» en su octava edición.
La exposición nació desde la charla entre Alejo Arcushin y su maestro Roberto Fernández para realizar una muestra en conjunto. La respuesta del maestro dejó pensando a Alejo: «Estamos decidiendo en un margen muy chico de tiempo, lo que está en el medio del tic tac». ¿Qué quiere decirnos esto? ¿Qué es lo palpable en el medio del tic tac? ¿Qué es el tic tac, el reloj, el corazón, el palpitar del artista al realizar su obra? Las reminiscencias son múltiples.
La exposición está compuesta por cuatro artistas: Roberto Fernández, Alejo Arcushin, Caro Fernández y Rodrigo Noya.
Caro Fernández presenta sus trabajos en cartón de algodón con caracoles superpuestos y dibujos en grafito. Es proveniente de Río Negro y realiza en esta ocasión un contundente y poético trabajo con todo lo que respecta a las formas. Según la artista, se plantean dos dimensiones: lo declarado, lo notorio y perceptible en contraposición con lo oculto, larvado, profundo y misterioso.
Roberto Fernández interviene el plástico reciclado y lo procesa de múltiples maneras. La visión del espectador juega entre la búsqueda de lo figurativo para toparse con lo abstracto. La obra de Fernández genera un cúmulo de preguntas. ¿Estamos acaso frente a una pila de huesos? ¿Hacia dónde conduce este sinfín de formas? ¿Podemos palpar estas obras?
La obra de Alejo Arcushin logra que todo flote en el espacio y conviva por todo el espectro visible. Expone su serie Consorcio simbiótico, donde pondera lo orgánico del ser, todo lo que se encuentra en el interior sin olvidar lo externo, y lo hace conjugar de manera maravillosa.
Rodrigo Noya nos sorprende con su instalación sobre movimiento urbano. Nos configura cómo caminar en la ciudad y lo expone con sus videos en televisores manejados por poleas, dando vuelta (literalmente) la perspectiva del espectador.
En conclusión, los cuatro artistas conviven respetando el espacio de El Local y contando una historia. Nos hacen conocer un nuevo tipo de tiempo: el que está en el medio de un TIC TAC y otro TIC TAC donde late lo atemporal del arte.