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4 junio, 2021

El arte público y su archivo. Notas sobre la creación del Archivo Filoctetes.

Por Jesu Antuña

El arte público y su archivo. Notas sobre la creación del Archivo Filoctetes.

Filoctetes era uno de los héroes mitológicos griegos. Líder de siete de las naves del ejército que se dirigían a participar en la guerra de Troya, durante un sacrificio en la isla de Crise es mordido en el pie por una serpiente. La herida no cicatrizaba, por lo que pronto comenzó a despedir un olor desagradable. El olor que despedía su pie y los quejidos del héroe caído en desgracia, molestaban a los demás integrantes de la tripulación, por lo que Agamenón ordenó que lo llevaran a la isla de Lemnos, donde sobreviviría durante diez años cazando con su arco y flecha, que lo habían vuelto reconocido, hasta que un grupo decide regresar en su búsqueda para reintegrarlo en las batallas, y así finalmente ganar la guerra de Troya. A partir de la crisis argentina del 2001, Emilio García Wehbi decide recuperar la figura mitológica de Filoctetes para desarrollar un proyecto de intervención urbana en distintas ciudades del mundo, como Buenos Aires, Cracovia, Berlín y Viena. La primera aparición del proyecto fue en Viena, en mayo de 2002. En noviembre de ese año se produjo la presentación del proyecto en Buenos Aires, que llevó por título Proyecto Filoctetes: Lemnos en Buenos Aires y consistió en colocar veinticinco muñecos hiperrealistas en distintos sectores de la ciudad, que por su vestimenta se confundían con las personas que viven de manera precaria en las calles de la ciudad.

Proyecto Filoctetes partía, en palabras de García Wehbi, de contrastar dos formas de habitar el espacio urbano contemporáneo. Por un lado, la rapidez con la cual circulan día a día miles de personas en sus retornos a los hogares, idas al trabajo, salida de compras o momentos de disfrute, configurando una dimensión perceptiva poco mediada por el recuerdo o la memoria. Desde el siglo XIX europeo y el desarrollo de las ciudades modernas, el cuerpo humano ha sufrido una serie de mutaciones que tienden a minimizar el impacto de los cientos de estímulos provenientes desde distintos lugares de la ciudad. La rapidez del transeúnte tiene su contraparte, no menos anestésica aunque más precaria. Mendigos, linyeras, son algunos de los nombres de las personas que viven diariamente en las calles, sin poder acceder a una vivienda. Es una exclusión realizada en el interior mismo de la ciudad, que contrasta con la exclusión que habría sufrido Filoctetes, expulsado a una isla. Si bien los mendigos, como una de las formas de habitar callejero, son rastreables desde la antigüedad – Diógenes de Sínope podría ser un ejemplo – en las últimas décadas se exacerbó la cantidad de personas que viven en las calles como consecuencias del feroz despliegue del capitalismo financiero.

 

Bertolt Brecht Platz, Berlín. 2004. Archivo Filoctetes.

 

Los pies hediondos de Filoctetes se actualizan en cada uno de estos habitantes, muchas veces de ropas harapientas, zapatillas rotas y pies hinchados. Horacio González, a propósito de Proyecto Filoctetes afirmaba que “en la vida de los desposeídos y desamparados, la ciudad entera es una fuente de recursos para la sobrevivencia, lo que provoca y de alguna manera exige otra vestimenta, otra forma de dormir, otra forma de alimentarse. Forma parte de la realidad urbano el cuerpo acurrucado en reparos precarios y de la improvisada imaginería por la cual restos de enseres e indumentos ya utilizados se aprovechan nuevamente para formar una ciudadanía de la desesperanza, con sus atuendos martirizados”.

Para confrontar estas dos formas de atravesar – o de habitar – el espacio urbano, los muñecos eran colocados durante la madrugada. El enfrentamiento entre los transeúntes y los semihumanos se producía a primera mañana, cuando las personas emprendían su trayecto habitual hacia el trabajo. Por supuesto, la reacción por parte de las personas era variada, como dan cuenta los testimonios de la época. Había quienes afirmaban que la acción había sido desarrollada por Greenpeace o Caritas, quienes pensaban que el muñeco era una persona muerta, por lo que no había que acercarse. “Seguí adelante, porque este tipo está reventado y yo no puedo ver cosas con sangre” mencionaba un repartidor de alimentos que atravesaba la zona.

 

Mmalia Retamozo – Proyecto Filoctetes. Lemnos en Buenos Aires (2002) Archivo Filoctetes

 

Por lo demás, la crisis del 2001 era un disparador efectivo para la acción. La crisis social, política y económica de diciembre estuvo signada por cuerpos que tomaron el espacio público como arena política.  Después de una década de pequeñas insurgencias en distintos sectores del país, el 2001 argentino estuvo atravesado por una creciente ocupación de las calles, en particular por los movimientos sociales y por el movimiento piquetero, pero más tarde también por las clases medias, en lo que parecía ser un despertar después de una década de anestesia política. Pero los muñecos – esos cuerpos otros – evidenciaban aquellos cuerpos que no habían podido constituirse políticamente. Este contraste es observable en uno de los registros fotográficos de la acción, en el cual, sobre la pared que se encuentra detrás de uno de los muñecos se lee la frase “somos todos cartoneros”, donde el indiscernible de la imagen remite tanto a la organización precaria de los movimientos populares, como a los cuerpos que mantienen su carácter residual.

Quizá por eso, y más allá del señalamiento puntual a la crisis del 2001, hay que pensar a Proyecto Filoctetes como una acción crítica tanto de las políticas implementadas durante el menemismo, como de la conformación del panorama global neoliberal que estaba en emergencia. En Manifiesto I, un texto de García Wehbi que sirve como proclama para la acción, se formula una crítica tanto a la situación política del país, como a las prácticas artísticas que fueron siendo absorbidas por el creciente mercado de arte durante la década del noventa. García Wehbi puntualiza: “se nos propone también transformar nuestros proyectos en productos, y es que ahora somos parte de la sociedad económica, pagamos nuestros impuestos como trabajadores independientes, somos empresarios de nosotros mismos”. Frente a esto, se proponía salir de las galerías, de los teatros, de los espacios institucionales del arte, para tomar la calle como espacio de acción. Lo que de alguna manera retomaba la impronta política y artística de la vanguardia de la década del sesenta: “Hay que retroceder cuarenta años para tomar impulso”, señalaba, para continuar reconociendo el estado de derrota en el cual se encontraban las prácticas artísticas.

 

Margarita Ciarlotti – Proyecto Filoctetes Lemnos en Buenos Aires (2002). Archivo Filoctetes

 

El carácter residual de esos cuerpos, sin embargo, no era observable solamente en Argentina. Podría ser considerado, como mencionamos más arriba, como parte de una pobreza estructural del capitalismo financiero. De ahí que el proyecto haya podido ser fácilmente trasladable a otras ciudades del mundo, señalando el reverso de la globalización. Pero si las políticas neoliberales habían conducido a una super población de cuerpos precarios, la coyuntura en la cual se realiza el proyecto había cambiado con respecto a la década anterior como consecuencia de los atentados del 11 de septiembre del 2001 en EEUU. Si la década del noventa se caracterizó por el derroche económico y el turismo global, la década siguiente comenzó con el endurecimiento de los mecanismos de control, por lo que toda actividad que se saliera de la normalidad era rápidamente sentida como amenaza.

Casi veinte años después, Maricel Alvarez decide recuperar este proyecto y conformar el Archivo filoctetes. El archivo, que puede visitarse en la siguiente dirección https://archivofiloctetes.com.ar/ y en sus redes sociales, propone recuperar imágenes, documentación, testimonios de época y la importante repercusión que esta acción tuvo en los medios de comunicación. Para que esto sea posible, reunió un grupo de trabajo que se encargó de analizar y digitalizar el material, así como de restaurar los documentos fílmicos y sonoros disponibles. El archivo cuenta también con una sección titulada Derivas, en donde académicos, artistas y escritores reflexionan sobre las distintas modalidades del archivo, las coleccionistas de artistas, las perfomances y las prácticas artísticas en el espacio público, que escapan a la acción concreta del proyecto iniciado por García Wehbi. El archivo se vuelve, de esta manera, un espacio de acercamiento y reflexión sobre las prácticas efímeras desarrolladas en el espacio público. Derivas cuenta con textos e imágenes de Graciela Speranza, Nora Lezano, Gonzalo Aguilar y Cintia Meza, a los que se sumarán en los próximos meses importantes textos de Jorge La Ferla, Marcelo Percia y María Elena Lucero. Por lo demás, el proyecto tendrá una nueva presentación en diciembre de este año con una muestra en el Centro Cultural Kirchner, al cumplirse veinte años de la creación del proyecto de García Wehbi y del estallido social del 2001, en la que se exhibirá el acervo documental del archivo (compuesto por fotografías, videos, audios, testimonios, etc.), que estará acompañada por un coloquito sobre Arte y Espacio público organizado por el archivo en colaboración con Fundación Medifé.

 

Margarita Antonini – Proyecto Filoctetes Lemnos en Buenos Aires – (2002). Archivo Filoctetes

 

Foto Portada: Still Life With Mirror – Joel-Peter Witkin (1998)