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16 diciembre, 2015

«El arte no tiene edad»

«El arte no tiene edad»

Entrevista a Luca Sacchetti

Por Margarita Gómez Carrasco

 

El “misterio”, es algo que extasía, desconcierta y confunde, algo
que cautiva y  transporta con un extraño deslumbramiento, que con
frecuencia llega al extremo de la embriaguez vertiginosa.

                                                                                    Rudolf Otto

 

Para Luca Sacchetti « el arte no tiene edad» -según sus palabras-, este talentoso artista italiano, comenzó a edad adulta su carrera, toda su producción artística – diseños, pinturas, esculturas, instalaciones- esta sostenida por un aura de originalidad. Si nos preguntamos ¿que se nos revela al interactuar con ellas o contemplarlas?, podemos encontrar múltiples lecturas y respuestas porque es un trabajo conceptual. Para indagar sobre su trayectoria El Gran Otro aprovechó su paso por Argentina para entrevistarlo.

 

Cuéntanos cuando empezaste con el arte?

Después de mucho trabajo y dedicación de toda mi vida al arte empecé un estudio académico, primero hice diseño en la ciudad de México, fue allí cuando se produjo un cambio totalmente mi vida. Me interesaban  los objetos con funcionalidad, allí en México  entendí que adentro mío había un artista y que tenia que comenzar. Encontré el mundo del arte a la edad de 42 años. Y a los 46 me inscribí en la Academia Nacional de Bellas Artes, mi profesora una vez me dijo que le recordaba a Paul Gauguin, que también había comenzado grande. El arte no tiene edad.

Y como fue tu paso del diseño a la carrera de arte?

Ante todo nunca estudie diseño industrial, mi aproximación al diseño fue de una forma muy particular muy intuitiva. Con respecto a la pintura, empecé como los artistas del siglo pasado, yo tengo dos artitas como modelo que me fascinan: el Greco  por la figura masculina y August Sander por la figura femenina. Empecé copiando, interpretando inspirado en el Greco, luego seguí con mi idea. Algunos dicen tu tienes una mano muy alemana y española. Después una intensa búsqueda y experimentando, llegué a pensar que estamos viviendo con cierta nostalgia, esta es una época que no será recordada en la historia, me recuerda a la Republica de Weimar. Vivimos en busca de una identidad, de eso se trata mi obra. Hoy hay un cierre de identidad. Las ventanas representan el lugar donde la gente se puede comunicar a través de ella,  porque hoy la gente esta encerrada, implícitamente es una representación de esta sociedad.

En la Bienal de Venecia de este año, que obra llevaste?

La escultura Global life compuesta por cinco muñecos idénticos, todos tienen la misma cara a causa de la globalización. Dentro de las esculturas hay muñecos encerrados y tienen luces adentro, eso simula el claro oscuro inspirado en Caravaggio. También llevé pinturas al óleo.

Hablemos de tus pinturas…

Un día me dije, quiero salvar la pintura, sobre todo el retrato. Entonces empecé a pintar  la censura, a condición de que el observador- el público-, tenia que participar en la obra, entonces pensé: en el retrato no quiero que se vea todo sino que se vea solo una parte del rostro a través que a través de una ventanilla. Me gusta que el público pueda dialogar con la obra, meterse en ella de alguna manera. Esto es un sello contemporáneo. También arme instalaciones con esculturas y  pinturas.

 

Luca Sacchetti  tuvo la idea de crear un gran fresco de la sociedad contemporánea y,  con la intención de representar la existencia,  pinta pedazos de caras detrás de ventanas, por allí aparece el ser humano cerrado en su soledad. Pinta esta época en la que habita un hombre lleno de miedo: a la vida, a la muerte, al sufrimiento, a envejecer. Lo que el artista quiere mantener oculto, el cuerpo del hombre, también nos lleva a pensar sobre algo evanescente con el tiempo, vanidad y vacío de nuestro existir a partir de la falta.