Image Image Image Image Image Image Image Image Image Image
Menu +

Arriba

Top

26 agosto, 2011

El Malba invita a festejar sus primeros 10 años

Un recorrido en primera persona por sus instalaciones.

Por Carla Bettinelli.

Con la inauguración de dos muestras temporarias, un nuevo abordaje de su colección permanente y una nutrida agenda el Malba abre sus puertas gratuitamente hasta el 30 de septiembre.

Es un día festivo en Buenos Aires, la primavera comienza y cientos de jóvenes caminan por la ciudad. Apocas cuadras de Floralis Genérica se yergue el Museo de Arte Latinoamericano (MALBA) que hoy cumple su primera década.

Cuesta imaginar que hace diez años atrás, mientras la situación económica en el país tambaleaba y resonaban palabras como crisis, recesión y posteriormente “corralito”,  un empresario daba nacimiento al primer museo de arte latinoamericano de nuestro país, y el primero además, cuyo inmueble fuera ideado de antemano con una perspectiva museológica.

Me pregunto: ¿Qué había antes del Malba?

Cuenta la artista Nushi Muntaabski, quien vivió en su infancia frente donde ahora está el museo: “Lo que actualmente esla Plaza República del Perú era un lugar que pertenecía a Villalonga Furlong, una empresa de transporte (…) un día ese lugar se incendió… Todo se transformó en ceniza.” Al tiempo en ese espacio se construyó una plaza que fue diseñada por Burle Marx, un artista brasileño, pero luego parte de ese proyecto quedó destruido. Hoy, como un retorno a sus recuerdos, es justamente Muntaabski junto a su amiga, la artista Cristina Schiavi, quienes recrearon con inspiración en aquel espacio de Marx la emplanada previa al museo y  que es ahora una plaza seca.

El sol acaricia las escalinatas, pasando la puerta de vidrio las escaleras son eléctricas y empiezo el recorrido porla Colección Permanente del museo que se encuentra en el primer piso. Iniciada con las adquisiciones personales de su fundador, Eduardo Constantini,  hoy cuenta con más de 500 obras – más del doble que al comienzo-  y la cifra puede volver a duplicarse, debido a que también está a disposición su colección particular.

Un patrimonio que se hace eco de las vanguardias rioplatenses. Curatella Manes, Torres García, Pettoruti, Xul Solar forman parte de este conjunto de artistas que en muchos casos completaron su formación en Europa y que al regresar fueron parte de la escena artístia local.

Recuerdo sus obras y sigo hacia una segunda aproximación a nuestra identidad nacional a través del arte. En los años 30 asociado al compromiso político, en todo Latinoamérica resonaban los nombres de Diego Rivera, Alfaro Siqueiros, Cándido Portinari entre otros. En la misma vertiente, del rosarino Antonio Berni, que llegó a caminar las villas miserias a fin de recolectar el material que utilizaría en sus collages y recreó un universo de personajes marginados, se encuentra Manifestación (1934). La superposición de rostros, cada uno de tan expresivo como lo es el conjunto de la obra, ya son un símbolo del arte nacional.  De la serie monstruos cósmicos del mismo autor, un ave, hecha de mimbre y alambre, cuelga suspendida mientras de fondo el sol se cuela por el ventanal que da a la calle San Martín de Tours.

Avanzo por este nuevo recorrido y me encuentro con los movimientos que surgieron en la década del cuarenta en torno al arte concreto.  Los cuadros de marcos irregulares del grupo Madí, las esculturas “articuladas,” las obras de Gyula Kosice. Luego recorro el  cinetismo, el arte óptico y el informalismo. Finalizo este circuito con el arte contemporáneo, la Nueva Figuración, el Arte Pop.

En los pasillos está la obra Guillermo Kuitca, con resonancias teatrales y escénicas, de hecho, más adelante me encuentro con el reciente boceto para la creación del telón del Teatro Colón.

A pocos pasos se exhibe parte de la muestra temporaria del artista venezolano Carlos Cruz Diez El color en el espacio. Su obra continúa en el segundo piso.  La recorro y mientras camino, el juego de la luz incidiendo en los pequeños módulos verticales la transforma y la ilusión óptica me hace creer que la obra se mueve, que cambia mientras la transito.

En la planta baja se reproducen testimonios de artistas, celebridades y amigos, que fueron parte del día a día del museo y tambíén los comentarios enviados vía twitter.

Espectadores, amantes del arte, turistas,  por el Malba han pasado más de 3 millones de visitantes – en promedio 350 mil al año-  han expuesto más de 850 artistas. En el festejo de sus jóvenes 10 años se han editado dos libros y se  ha subido la colección online, además la entrada es gratuita del 21 al 30 de septiembre.

¿Qué le depara a este museo?

Se ciernen sobre su futuro aires de expansión: un proyecto de 3500m2 por debajo dela Plaza Perú, que aumentará en un 50% los espacios de exhibición  y que contempla la creación  dos auditorios, un taller para chicos y una plaza de esculturas espera actualmente su aprobación en la Legislatura porteña.

El festejo continua con un brindis para los presentes, yo bajo las escalinatas mientras se perfila ya la noche del equinoccio, una de las cuatro noches al año en que la Floralis Genéricapermanecerá con los pétalos abiertos. En mi mente resuena aquél tema “Si diez años después te vuelvo a encontrar en algún lugar, no te olvides que soy distinto de aquel, pero casi igual.” En el caso del Malba esta diferencia depara buenos augurios.
Por: Carla Bettinelli.