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Gran Festival de la comunidad taiwanesa por el Año Nuevo Lunar 2014

El domingo 26 de enero la comunidad taiwanesa en Buenos Aires organizó una serie de festejos para dar comienzo al Año Nuevo Lunar. Las actividades se desarrollaron con la participación del Sr Embajador Matthew Lee en la sede de la Asociación Taiwanesa, sita en Arribeños 2275 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

 

El programa incluyó las siguientes actividades: música y bombos de Taiwán por la Escuela HWA- SHIN, los clásicos desfiles del Dragón dorado y ritual del Leones danzantes, brindis de Año Nuevo, danzas folklóricas, exhibición de artes marciales, cantos y bailes, etc. Fue una excelente oportunidad para conocer esta tradición milenaria, compartir un clima festivo y llevarse las bendiciones  para comenzar el año del caballo en el horóscopo chino.

 

El Año Nuevo Chino 4712 dio paso al año del caballo. Los nacidos bajo este signo poseen un alto sentido de responsabilidad y esmero. Al seleccionar sabiamente las oportunidades que se les presentan, ellos podrían disfrutar de una relativa estabilidad financiera en la vejez. El caballo es un símbolo de gracia, fuerza, ritmo y nobleza. Esas características suelen ser los atributos de quienes hayan nacido bajo este signo zodiacal oriental.

 

Algunas personas famosas nacidas en el Año del Caballo son: Robert Wagner, Clint Eastwood, Barbara Streisand, Aretha Franklin, entre los artistas. Además tenemos políticos y gobernantes tales como el Duque de Windsor, la Princesa Margarita, Franklin Roosevelt y Nelson Mandela.

 


 

Significado del año nuevo lunar en Taiwán

 

El Año Nuevo lunar es una de las fiestas más significativas para el pueblo chino en todo el mundo, indistintamente del origen de sus antepasados. La fiesta es una ocasión muy jubilosa debido principalmente a que es el tiempo en que la gente se libra del trabajo para reunirse con la familia y los amigos.

 

El origen del Festival del Año Nuevo lunar se remonta a miles de años atrás a través de una serie de coloridas leyendas y tradiciones. Una de las leyendas más famosas es la de Nian, una bestia extremadamente cruel y feroz, que según la creencia de los antepasados, comía personas en la víspera del Año Nuevo. Para mantener lejos a Nian, se pegaban coplas en papel rojo en las puertas, se iluminaba con antorchas y se encendían petardos durante toda la noche; ya que se dice que Nian temía el color rojo, la luz del fuego y los ruidos muy fuertes. Al comienzo de la mañana siguiente, al impregnarse el aire con los sentimientos de triunfo y renovación por haber mantenido alejados a Nian por otro año, el saludo más popularmente escuchado era gong-xi o “felicidades”.

 

Aunque las celebraciones del Año Nuevo lunar generalmente duran solamente varios días, a partir de la Víspera del Año Nuevo, el festival en sí dura en realidad unas tres semanas. Se inicia en el día veinticuatro del duodécimo mes lunar. Se cree que en ese día, varios dioses ascienden al Cielo para presentar sus respetos e informar acerca de los asuntos hogareños al Emperador de Jade, la deidad suprema del taoísmo. Según la tradición, las familias honran esos dioses quemando papel moneda de uso ritual para pagar sus gastos de viaje. Otro ritual consiste en embarrar azúcar de malta en los labios del Dios de la Cocina, una de las deidades que viajan, para asegurar que él presente un informe favorable al Emperador de Jade o se mantenga en silencio.

 

Seguidamente, se cuelgan “coplas de primavera” alrededor de la casa. Coplas de primavera son rollos y cuadros de papel escritos con bendiciones y palabras de buen augurio, tales como “buena suerte”, “riqueza”, “longevidad” y “tiempo de primavera”. Los cuadros de papel son generalmente pegados al revés, debido a que la letra equivalente en mandarín para “al revés”, dao, es homófona con la palabra “llegada”. Así, los cuadros de papel representan la “llegada” de la primavera y  el “arribo” de tiempos más prósperos.

 

En la Víspera del Año Nuevo, los miembros de la familia que ya no viven en la casa hacen un esfuerzo especial para retornar al hogar para una reunión y compartir una suntuosa comida. En ese momento, los miembros de la familia que ya no viven en la casa hacen un esfuerzo especial para retornar al hogar para una reunión y compartir una suntuosa comida. En ese momento, los miembros de la familia entregan hong bao o “dinero de buena suerte” en sobres rojos a los ancianos y niños, y se quedan despiertos durante toda la noche para darle la bienvenida  al Año Nuevo. El pueblo chino ha creído por mucho tiempo que permanecer despierto durante toda la noche de la Víspera del Año Nuevo ayuda a que sus padres tengan una vida más larga. Así, se mantienen encendidas las luces durante toda la noche –no sólo para alejar a Nian, como en los tiempos antiguos-sino también como una excusa para mantener a la mayor parte de la familia reunida. Algunas familias incluso realizan ceremonias religiosas después de la medianoche para darle la bienvenida al Dios del Año Nuevo a sus hogares, un ritual que generalmente termina con una enorme ronda de petardos.

 

Lo primero que se hace en el Día del Año Nuevo es el ritual para rendir homenaje a los antepasados. Después, se venera a los dioses, seguido por un acto donde los miembros más jóvenes de la familia presentan sus respetos a los mayores que todavía viven. La gente se pone vestidos nuevos y visita a los amigos, vecinos y familiares para intercambiar buenos deseos de gong-xi fa-cai, que significa “felicitaciones y prosperidad”. Es un momento para la reconciliación, donde se dejan aparte los rencores del pasado en medio de la atmósfera amistosa y llena de calor humano.

 

Unas de las vistas más espectaculares durante el Festival del Año Nuevo lunar son las danzas del dragón y del león. Las cabezas de esas temibles bestias supuestamente ahuyentan el mal, y los ágiles movimientos de los danzantes ofrecen un gran espectáculo para deleite de todos.

 

El segundo día del Festival del Año Nuevo lunar es el día en que las hijas casadas retornan al hogar de sus padres. Si ella es una recién casada, su marido la debe acompañar y llevar regalos para su familia. Según una encantadora leyenda, el tercer día del Año Nuevo es el día en que los ratones casan a sus hijas. Por eso, durante esa noche, se supone que la gente debe acostarse temprano para que los ratones puedan llevar a cabo sus ceremonias de matrimonio.

 

En el cuarto día, el fervor comienza a disiparse. En la tarde, la gente prepara ofrendas de comida para recibir el retorno del Dios de la Cocina y su séquito de su viaje a la corte del Emperador de Jade. El retorno del Dios de la Cocina significa el fin de la libertad de la supervisión espiritual, por eso un popular refrán chino dice: “Nunca es muy temprano para despedir a los dioses ni es muy tarde para invitarlos a que retornen”.

 

El quinto día pone fin a las festividades del Año Nuevo lunar. Se quitan todas las ofrendas de los altares y la vida retorna a la normalidad. Finalmente, en el noveno día, se presentan numerosas ofrendas en el atrio o patio de los templos para celebrar el cumpleaños del Emperador del Jade, que según la creencia popular, nació inmediatamente después de la medianoche del noveno día.

 

Como todas las festividades similares, la comida juega un papel importante durante todo el Año Nuevo lunar, y las cenas tienden a ser especialmente suntuosas. Muchos de los platos que se preparan para esta ocasión se sirven debido a que son considerados como símbolos de buena suerte. Por ejemplo, el pescado (yu) representa “abundancia”; la cebollina (jiu-cai) significa “eternidad”; los nabos (cai-tou) simbolizan “buen augurio”; mientras que las bolas de pescado (yu-wan) y de carne (rou-wan) representan “reunión”. También se preparan bocadillos auspiciosos para la ocasión, tales como el pudín de arroz glutinoso (nian-gao), para desearle a la gente que “avance hacia cargos más altos”. La gente del norte de China generalmente prepara empanadillas (shui-jiao) que tienen la forma de lingotes de oro y supuestamente ayudan a quienes las coman a amasar fortuna.

 

Sin embargo, el festival del Año Nuevo lunar no es solamente diversión a gusto, y ciertos tabús y supersticiones de la temporada nunca han perdido su poder persuasivo. Por ejemplo, la gente cree que barrer el piso durante los primeros cinco días de Año Nuevo lunar es de mala suerte, debido a que uno puede accidentalmente barrer la buena suerte y riqueza de uno fuera de la casa. También se prohíbe severamente el lenguaje malo y hablar de la muerte. Si se rompe un plato, es vital decir tan pronto como sea posible “sui sui ping an”, que significa “paz a través del año”. Hay que mantener encendidas las barras de incienso y las velas de los altares días y noche para promover la longevidad; y algunas familias esconden los cuchillos y las tijeras para evitar que uno accidentalmente corte el “hilo de la buena suerte” en el año que viene.

 

Algunos de esos rituales y supersticiones tienen una connotación espiritual, y por lo general, todos los templos de Taiwán se encuentran ocupados en esta época del año ya que grandes multitudes acuden a ellos para quemar incienso y orar por buena suerte. De hecho, algunos de los templos más importantes cierran sus puertas antes de medianoche en la Víspera del Año Nuevo a medida que una ruidosa e ilusionada muchedumbre se congrega afuera. Al tocar la medianoche, las puertas se abren de par en par y la gente se desplaza al frente en un intento por ser el primero en colocar su incienso en el incensario, ya que otra vieja tradición dice que la primera persona será bendecida con buena suerte para todo el año venidero.

 

Aunque parte de la magia del Año Nuevo lunar se ha desvanecido en Taiwán debido a la incesante industrialización de la isla, el festival y las celebraciones que le acompañan son insuperables en importancia. Mucho antes de la llegada de la fiesta, los vendedores ambulantes ya comienzan a buscar los mejores sitios donde exhibir sus  “coplas de primavera”. La compra de artículos para el Año Nuevo lunar también comienza temprano y es una de las actividades más características del festival en Taiwán.

 

Así, varios días antes de la Víspera del Año Nuevo lunar, la gente que vive lejos de sus familias comienza a prepararse para viajar a casa. En un intento por evitar los embotellamientos de tráfico, muchos comienzan el recorrido el día anterior. Aquellos que dependen del transporte público generalmente acampan en bolsas de dormir en los aeropuertos, estaciones de tren y terminales de buses para asegurarse de obtener las reservaciones de la fecha en que viajarán, y los boletos usualmente desaparecen al momento que son puestos a la venta. Los trenes, buses y aviones están siempre llenos. No importa cuán pesada sea la jornada, se considera que vale la pena soportar todas las inconveniencias una vez que la familia se encuentre reunida en la mesa para la cena del Año Nuevo lunar, la comida más importante del año. En efecto, no importa cuáles sean los cambios a través del tiempo, la noción de reunirse con la familia siembre se encuentra en el centro de las celebraciones del Año Nuevo lunar.