La Ilustración Neogótica de Benjamín Lacombe
Por Natalia Bonaventura
Escribe e ilustra actualmente en París, su tierra natal.
Su poética se destaca por un aire caricaturesco, frágil y melancólico, desde ese lugar describe, relata y, muchas veces, denuncia.
Se formó en la Escuela Nacional de Artes Decorativas, en París; durante sus estudios, trabajó en publicidad y animación, y editó su primer cómic a los diecinueve años. En principio, era un proyecto final de su carrera y pasó a ser su primer libro para niños: Cereza Guinda, una historia que habla sobre la amistad, la autoestima y el amor por los animales.
Con esta obra ha demostrado que los álbumes ilustrados no están dirigidos exclusivamente a los niños. De hecho, sus mejores ilustraciones siempre tienen algún detalle sobrenatural o macabro.
Trata temas tan importantes como el acoso escolar, las burlas que sufren los que aparentemente son diferentes (Cereza, por su incipiente sobrepeso y Guinda, por tener muchas arrugas), el valor para enfrentarnos a nuestros miedos y el amor y el respeto por los animales.
Como curiosidad, cabe destacar que los perros de raza shar pei aparecen comúnmente en las ilustraciones del autor, ya que él mismo tiene uno como mascota.
Al año siguiente, se destacó en el mundo editorial gracias al lanzamiento de Cereza Guinda por el sello estadounidense Walker Books y su nominación por la revista Time, que ubicó a su libro dentro de los diez mejores para niños publicados en 2007.
Desde entonces, escribió e ilustró muchos libros que abordan temas tales como la infancia, la melancolía y la diferencia. Para ello, ha utilizado técnicas variadas, como la témpera, el lápiz y el grafito, las acuarelas y la pintura al óleo.
Entre sus fuentes de inspiración se encuentran: el movimiento Prerafaelista del 1800, el Quattrocento Italiano con el modelado del color y sus perspectivas, el primitivo flamenco; así como también artistas más contemporáneos, como el cineasta Tod Browning con su mundo de «freaks»en películas de blanco y negro, Tim Burton con un neogótico que comparten en los claroscuros, la estilización de las figuras, los rasgos con ojeras en los personajes, cierto tenebrismo.
Yendo hacia comienzos de siglo veinte, el cineasta Fritz Lang y su película Metropolis, con cierto aire retrofuturista. Y los fotógrafos David LaChapelle en los escenarios fantasiosos y la poética de Diane Arbus.
Su entorno personal y social también es parte de su inspiración. Un ejemplo de ello es su perro Virgil, a quién procura incluir en la mayoría de sus obras.
Si bien la mayoría de las producciones de Lacombe conciernen al sector juvenil, también publicó libros ilustrados para adultos que incluyen entre ellos una reversión de los Cuentos Macabros de Edgard Allan Poe, con la traducción de Baudelaire; como así también la historia de Notre Dame de París con texto íntegro de Victor Hugo.
Otros artistas han trabajado a partir de obras originales de Benjamín Lacombe, como Julien Martinez, un escultor y creador de muñecas contemporáneas, o Emmanuelle Andrieu, de la Casa de la Vidriera, que realizó una vidriera a partir de una ilustración de Cuentos Macabros.
Su obra nos lleva a recorrerla lentamente con la mirada atenta a cada detalle, tanto figurativo como abstracto, una veladura en un personaje, una luz dirigida hacia el foco de atención.
Lacombe, con virtuosismo inigualable, nos invita a un viaje por su mundo de fantasía cromática y formal, en una atmósfera tan vívida que caemos sumergidos inevitablemente allí.