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10 abril, 2019

Letras y música

Por Magali Díaz Moreno

Letras y música

La poesía y la literatura han sido pareja artística desde tiempos ancestrales. 
Conectadas desde el cordón umbilical de la inspiración, tanto músicos como escritores se valieron de ambas para generar mundos, universos y paisajes musicales y textuales.

 

La lírica es un género literario antiquísimo que se remonta a la Antigua Grecia.

La Real Academia Española define que (…) trata de comunicar mediante el ritmo e imágenes los sentimientos o emociones íntimas del autor.[1]

James Douglas Morrison, poeta y cantante norteamericano, conocido mejor como Jim Morrison, de la épica banda The Doors, leyó de joven una frase del libro Las puertas de la percepción del místico escritor inglés William Blake, que cambió su vida y la historia del rock  por siempre:

 

 

«Si las puertas de la percepción se depuraran, todo se mostraría al hombre tal cual es…infinito.»  Pero Morrison no fue el se inspiró en el autor, que fue tomado como referente a la contracultura de los años 60’s.

Otro norteamericano, coetáneo a Los Doors, Robert Zimmerman, mejor conocido como Bob Dylan, grabó dos canciones con el escritor Allen Ginsberg quien, se dice habría «canalizado» al fallecido poeta para reversionar algunos de sus textos.

A su vez, Zimmerman se inspiró en el poeta galés Dylan Thomas para formar su nombre artístico.

Pero estas no fueron las únicas influencias literarias que tuvo Bob, que no por nada ganó el Premio Nobel de la Literatura en 2016, ante los ojos sorprendidos de más de uno. Era fanático de J. R.R.Tolkien, el escritor sudafricano creador de El Señor de Los Anillos y El Hobbit. Se puede ver la referencia a esta obra en el tema «Lay Down Your Weary Tune» cuya letra habla del río Nimrodel, creado por el autor en la saga y que también tiene guiños del poema «Each And All» del filósofo, poeta y escritor norteamericano Ralph Waldo Emerson.

El fantástico autor también estuvo presente en en imaginario de la alucinante Led Zeppelin, cuyos temas «Ramble On», «Misty Mountain Hop» y «The Battle of Evermore» que hacen referencia a Gollum, el personaje de la saga El Señor De Los Anillos, entre otros.

En los 70’s otros coetáneos a Dylan, los ingleses, rockeros y oscuros de Black Sabbath, cantaban las loas al mago Gandalf en el tema «The Wizard»

¿Y cómo no mencionar a los grandes de Liverpool, los Beatles?, que también eran grandes amantes literarios. En su icónico tema «The Walrus», hacen alusión al autor Lewis Carroll que tiene un texto con el mismo nombre y al escritor norteamericano Edgar Allan Poe. El músico inglés Allan Parsons hizo un tema electrónico homónimo refiriéndose al inquietante poema «The Raven».

 

 

Yendo al plano más local, Gustavo Cerati le puso vida al cuento «El Corazón Delator» en el tema de Soda Stereo con el mismo nombre y hasta tiene una deliciosa versión con una banda sinfónica.  Los Piojos también le rinden tributo en el tema «Morela», también aludiendo a una historia suya del mismo nombre.

Hay quienes piensan que el autor también influenció a la gran banda inglesa Pink Floyd en la gestación del gigante álbum The Wall, grupo que también se caracterizó por impregnar a sus canciones de dejos literarios ya con su primer disco, The Piper At The Gates Of Dawn basado en el libro infantil The Wind In The Willows, un favorito del entonces líder de la banda, Syd Barrett. Entre paréntesis, cabe mencionar que en su disco solista luego de separarse de la banda por temas ‘psicológicos’ relacionados con drogas, Barrett puso música al poema de James Joyce «Golden Hair» en su disco The Madcap Laughs. Según algunos, las estrofas y frases presentes en ese disco sugieren que era seguidor de Lewis Carroll, el autor de Alicia en el País de las Maravillas, cuyo imaginario tiñó a esa generación que experimentaba con drogas alucinógenas como el LSD. La banda argentina Seru Giran, en su disco Bicicleta también alude a la obra del autor matizándola con el contexto nacional de la dictadura imperante en ese momento histórico.

El multifacético cantante de la banda, Charly García, también tomó una obra del escritor inglés Oscar Wilde para titular al tercer álbum del cantante León Gieco,

El Fantasma de Canterville. El tema homónimo tuvo que ser desplazado gracias al proceso militar mencionado anteriormente. Este llamativo autor también tuvo influencia en los ya nombrados Beatles, como se puede ver en el estilo que adoptaron para el disco SgtPepper’s Lonely Hearts Club Band, bastante similar a la moda que solía usar el escritor y también se sabe que John Lennon era lector asiduo de sus textos.

Charles Bukowski, escritor moderno catalogado como ‘maldito’, seguidor de las tradiciones de otros poetas rotulados con el mismo epíteto, Charles Baudelaire y Arthur Rimbaud fue tomado como inspiración en la canción ‘‘El último vaso de vino’’ de la banda punk rioplatense Flema y recitado por el músico Ricardo Iorio.

El primer sencillo de la banda porteña Los Ratones Paranoicos, fue inspirado en la obra del autor Roberto Arlt, Aguafuertes porteñas, llamándolo así «Aguafuertes».

Otro británico que influenció a liricistas ingleses fue Eric Arthur Blair, mejor conocido por su seudónimo George Orwell, que fascinó al icónico y andrógino David Bowie que tituló tres temas «1984», «Big Brother» y «We Are the Dead»,  inspiradas en el libro 1984 el cual el cantante intentó hacer un musical pero su  viuda Sonia no muy convencida del arte del artista negó en darle la luz verde. La ya mencionada Pink Floyd también utilizó material del autor para el monumental disco The Wall.

Placebo, fabulosa banda inglesa fanática de Bowie y también de Orwell también se basaron en esta obra y en el tema «The Bitter End» hacen referencia a la relación entre el protagonista Winston Smith y su interés amoroso, Julia y también el controvertido cantante norteamericano Marilyn Manson la utilizó como referencia en su tema «Disposable Teens», al igual que la banda norteamericana Incubus en «Talk Shows on Mute». La banda británica Radiohead fue otro de los grupos que la utilizó en la famosa canción «Karma Police» y más que nada en «2+2=5» donde se despliega toda la ideología del escritor.  Incluso la banda norteamericana Rage Against The Machine también la usó en «Testify».

Más recientemente Los ingleses de Arctic Monkeys hacen un guiño al libro en parte de la letra de su primer single «I Bet You Look Good On The Dancefloor.»

Está claro que la música y la literatura son un matrimonio hecho para durar y que convive muy bien junto gracias a la pasión que sienten los artistas que se inspiran y se apasionan para crear magia escrita y sonora.

 

[1] Disponible en Internet: https://dle.rae.es/?id=NPQgwbU