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24 junio, 2019

El futuro ya llegó

Por Bárbara Vincenti

El futuro ya llegó

Respawn (presiona x para no morir) de Pablo Peisino, exhibición que actualmente puede visitarse en el CCK, apela a lo lúdico de un pasado que, en tanto cercano, se parece a un futuro alternativo a nuestro presente.

 

Respawn del artista cordobés Pablo Peisino abarca obras producidas a lo largo de los últimos dos años e incluye una variedad de técnicas y materialidades, entre ellas el bordado, el dibujo, la escultura blanda y el collage. Con un aire entre naif y apocalíptico, Peisino enseña un presente alternativo o, tal vez, un futuro posible. La fantasía acompaña cada pieza de la sala del subsuelo del CCK (Centro Cultural Kirchner) y parece teñir con colores sus paredes blancas.

Llama la atención la solemnidad con que esculturas realizadas con peluches están dispuestas en vitrinas con algo de las viejas máquinas en las que se podían «pescar» muñecos. Así es como Peisino transporta al espectador de una sala de museo a una de videojuegos, aunque lo trae devuelta con bordados y dibujos que completan la destreza del artista.

Pueden encontrarse citas al kitsch y una idea dadaísta en su arte que cuestiona lo que puede o no ocupar un espacio en la sala de un museo o galería, además de la imaginería infantil de un joven que fue niño en los años 80. Las piezas «Life + Love + Death», «Gotas» y «Desierto» son frazadas de aspecto gastado, intervenidas con bordados. Imágenes que no son las temáticas usuales del mundo textil parecen transformar bits y cifras duras en elementos plásticos que se amoldan a las superficies que lo contienen.

 

 

La curaduría de la muestra estuvo a cargo de Rodrigo Alonso quien escribe que en la obra de Peisino «surgen imágenes y objetos que responden a un corte generacional preciso, a medio camino entre las prácticas artesanales de nuestros abuelos y la inmaterialidad tecnológica de los millennials, en un bizarro entrecruce de temporalidades incongruentes.» Agrega que hay en él «una preferencia por las superficies usadas, gastadas, desechables (las frazadas roídas, los embalajes reciclados, las publicaciones olvidadas, las hojas arrancadas del cuaderno escolar), que pone en tensión los prístinos espacios de las galerías y la trascendencia del arte que se conserva en los museos.»

Pablo Peisino, que nació en Córdoba en 1975, se formó con una importante influencia del artista plástico Carlos Crespo (1940-2010) y concurrió a algunas clases en la Facultad de Artes de la Universidad de Córdoba. En 2011 asistió a la clínica “Puesta en órbita” de Aníbal Buede en Casa 13 y en 2016 al taller de escritura para artistas de Silvia Gurfein. Expuso individualmente en diversas instituciones, entre ellas: Galería The White Lodge, Córdoba (2018), Cstll 569 arte contemporáneo, Catamarca (2012), Fundación Osde, La Rioja (2011), Galería Elsi del Rio, Ciudad de Buenos Aires (2008 y 2006) y Centro Cultural España, Ciudad de Buenos Aires (2005). Entre otros premios y distinciones recibió el 2° Premio Salón de escultura «Patio Olmos»  (Museo Caraffa, Córdoba), la Beca de perfeccionamiento del Fondo Nacional de las Artes, el 3º Premio «Orígenes al arte joven»  (ArteBA, Ciudad de Buenos Aires), el 1º Premio XXVI Salón y el premio «Ciudad de Córdoba»  Arte Objeto. Sus obras se pueden encontrar en multitud de colecciones públicas y privadas dedicadas a las producciones artísticas contemporáneas.

«Hacer respawn es volver a aparecer en el juego tras ser eliminado» puede leerse en una de las paredes de la sala, junto a una explicación más extensa acerca de cómo «en los juegos donde los enemigos muertos se regeneran respawn es el lugar del escenario donde aparecen espontáneamente.» Habla de un resurgimiento, de la posibilidad de volver a vivir. Respawn es entonces un mensaje, mezclado entre la virtualidad retro y el postpunk: hay una esperanza de volver a vivir, de seguir andando. Es así como el artista cita su pasado y lo revisa. En este orden de cosas, la obra «Grand Match» contiene un collage con figuritas de otros tiempos que conviven con bordados y textiles y «Human», una silueta negra sobre la pared realizada específicamente para esta sala, está repleta de unos sesenta dibujos independientes uno de otro que funcionan como una obra completa.

La calavera, elemento recurrente en la muestra y en la obra de Peisino, habla justamente de un final que indefectiblemente llegará, el artista hace mención también a la idea de que somos todos iguales debajo de la piel. «Cortina de calavera» consiste en tiras de pequeñas piezas plásticas que individualmente remiten a la idea de tumba, en su conjunto forman la imagen de una calavera amarilla sobre un fondo de ladrillos colorados. La obra parece retomar la idea de la muerte en culturas como la mejicana de una manera alegre y esperanzadora de aquel porvenir. En palabras del curador, una mortalidad simbólica que da vida a un mundo obsesivo, impregnado de muerte, llanto y tragedia, pero sin desesperación. Un mundo, paradójicamente, catastrófico y feliz.

 

 

Respawn (presiona x para no morir) puede visitarse hasta el 30 de junio de 2019.
La exhibición es gratuita y está abierta al público miércoles a domingos y feriados, de 13 a 20 hs.

Centro Cultural Kirchner
Sarmiento 151 – Ciudad Autónoma de Buenos Aires
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Con motivo de La Noche de la Filosofía, el sábado 29 de junio las exhibiciones, muestras e instalaciones estarán abiertas al público de 16 a 00 hs., mientras que el domingo 30 podrán visitarse de 15 a 20 hs.