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30 agosto, 2011

“La tierra es nuestra vida”, el poder y la lucha de Los verdaderos dueños

Por: Manuela Antola

Félix Díaz esta parado mirando hacia un fuera de campo en el que se construye un horizonte. Detrás de él, el paisaje le es foráneo: la 9 de Julio decora el espacio. En ella emergen unas carpas, unas banderas, muchos colores. Un asentamiento emplazado en medio de la avenida más importante de la Argentina. Pero de todo eso que se percibe detrás del jefe de la Comunidad Potae Napocna Navogoh resalta un cartel que sentencia: “La tierra es nuestra vida”.

Con esta imagen podría describirse en pocas palabras la situación de la Comunidad que el año pasado se traslado de la mano de su líder, Félix Diaz, desde Formosa al microcentro porteño para hacer oír su reclamo: la devolución de 1300 hectáreas en las que viven desde tiempos inmemoriales.

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“Hemos ido perdiendo la mayor parte de nuestro extenso territorio y por ende de nuestros recursos naturales. Los alambres, tanto de las familias criollas como del Parque Nacional, nos van acorralando” explica Félix Diaz.

Hoy ya levantaron su campamento sobre la 9 de julio, pero su pedido sigue sin haber sido resuelto, sus voces siguen siendo silenciadas y sus vidas, violentadas.

Silenciados y violentados porque o sus pedidos no son tenidos directamente en cuenta, o su explicación de la realidad es transformada en productos de consumo mediático que distan de la entidad real del problema.

La mayoría de las coberturas periodísticas dejan de lado el sentido que para los Qom tiene su tierra y su relación con su identidad. No puede entenderse su pedido como un simple reclamo por la propiedad de unos terrenos, no puede verse la necesidad de estos como una mera dependencia de explotación económica de la propiedad.

“El valor que para nosotros posee nuestro territorio es cultural, espiritual y de subsistencia, valores que jamás han sido respetados. Sin embargo, en la actualidad reclamamos con urgencia el reconocimiento de nuestro territorio ancestral por motivos vitales de supervivencia”, explica la comunidad a través de su blog.

La antropóloga Morita Carrasco, una de las especialistas más destacadas en aboriginalidad, dice que para los Qom “la tierra no es un bien para comprar y vender. Nunca ha sido concebida como propiedad privada. Casi en ninguna cultura indígena, diría en ninguna”.

“Ellos sienten que no pueden poseer la tierra, como se posee una herramienta, porque la tierra es poseída por todos los seres que la pueblan. No se ven separados de la tierra como un dueño”, agrega.

Ellos no pueden verse separados de la tierra porque conciben lo que los rodea- tierra, plantas, animales- como una unidad dentro de la cual ellos mismos son parte.

Carrasco  explica que esto es así porque para ellos “la tierra es un almacén que provee recursos, y es también el lugar donde ocurren los acontecimientos”.

El reclamo de su tierra es también una lucha por su identidad como pueblo. Identidad que no quieren cambiar, tradiciones que intentan mantener, hábitos que no quieren perder.

“Es como si vos dijeses la tierra es mi hogar, mi espacio intimo, donde sucede la vida”, concluye Carrasco.

Esa idea puede verse materializada en el proceso de mapeo que los Qom y otras comunidades indígenas argentinas  están realizando. Carrasco cuenta que “ese mapeo se hace en base justamente a la información histórica de la que disponen. Información que les ha sido transmitida de forma oral acerca de donde están los recursos, en que lugares o espacios ocurrieron determinados acontecimientos,etc”.

Los mapas que se originan son más que una representación gráfica de los lugares, son como un relato vivo sobre su cultura.

Para ellos la tierra es inseparable de su memoria colectiva, de sus experiencias, de sus ancestros, de sus tradiciones. La tierra es inseparable de una parte de ellos mismos. Y eso es lo que el cartel detrás de Félix Diaz en el acampe en la 9 de Julio sintetizaba con una fuerza arrolladora: la tierra es sus vidas.

“Elevamos nuestra plegaria a nuestra madre tierra, los montes, el agua para que no nos maten con la destrucción de este recurso natural”, ora el jefe de la comunidad .

Y agrega “como pueblo no sabemos derramar lagrimas porque este atropello es como algo natural y eso es lo más doloroso. Ver a un indígena bajar el rostro, mirar al aire. Es como sentir estar en un desierto, sin compañía”.

 

*Las declaraciones de la comunidad y de Félix Diaz son extraídas de discursos y textos de los mismos presentes en su blog: http://comunidadlaprimavera.blogspot.com/

 

Comunidad Potae Napocna Navogoh
Potae Napocna Navogoh En español significa: “garra del oso hormiguero” y  “la primavera”.
Qom Así es como se autodenominan ellos y otras comunidades tobas.
Quarache(líder) Félix Diaz.
Superficie Según escritura nro 468, es de 5187 hectáreas.
Ubicación Al este de la provincia de Formosa, a 45 kilómetros de la ciudad de Clorinda y a 174 kilómetros de la ciudad de Formosa. Próximo a la frontera con la República de Paraguay.
Reclamo 1300 hectáreas que están en manos de el gobierno de Formosa, la familia Celía, el Parque Nacional y la Universidad local.
Situación Sufrieron una violenta represión y desalojo con la muerte de Roberto López y  múltiples heridos como saldo. Su reclamo no esta resuelto.

 

 

Más allá de la tierra
Diaz relata también las diversas formas de discriminación que deben soportar a diario.Cuenta como los miran cuando van a un hospital, como los médicos los atienden siempre últimos aunque hayan llegado primero.Como son manipulados por los gobiernos municipales y provinciales en época de campaña electoral. Como en Formosa, provincia donde esta ubicada la comunidad, les sacan los documentos y los obligan a votar por el candidato oficialista.Como son maltratados por la policía. Como, por ejemplo, Diaz fue apresado sin motivo y obligado a firmar una sesión de tierras.Como son desoídos por los “criollos”. “Nos desorienta mucho porque somos gente del campo, gente que tiene muy poco conocimiento de la lectura y eso para los profesionales es una presa fácil para engañar y manipular los derechos indígenas”, en palabras de Diaz.

 

 

¿La globalización, consecuencias humanas?
Zygmunt Bauman en La globalización, consecuencias humanas hace un análisis de la sociedad contemporánea por el cual llega a una nueva estratificación social que le permite distinguir como clases opuestas a “los viajeros” y a “los vagabundos”.Él cree que esta nueva sociedad tiene como rasgos fundamentales la movilidad y la libertad de consumo. Y en base a estas dos características se produce esta nueva diferencia social.Los que la libertad absoluta de movilidad y elección sobre el consumo transforma en viajeros, y  los que la negación de ambos (la no posibilidad de elegir libremente que consumir y hacia donde dirigirse) hace vagabundos.Para Bauman la movilidad de los vagabundos no es una opción:  “si no se mueven, a veces les quitan el piso de bajo los pies, lo cual es otra forma de estar en movimiento”.Y así es como se sienten los Qom de la Potae Napocna Navogoh. Los Qom cuentan que fueron “paulatinamente desplazados y acorralados”. Que sigilosamente esas tierras sobre las que tienen un derecho ancestral dejaron de estar bajos sus pies.Los Qom son, por una parte, un ejemplo vivo de aquello de lo que Bauman habla y, por otra parte, son la prueba fehaciente de lo que a Bauman, como muchos otros analistas de la globalización, se le escapa.

Son un ejemplo porque ellos han sido movilizados por una sociedad que intenta dejarlos sin su tierra. Son parte de lo que Bauman llama “los de abajo», o sea aquellos a los que “les sucede que los echan una y otra vez del lugar que quisieran ocupar”- y, en este caso, del lugar que les pertenece-.

Pero  el caso de los Qom de la Comunidad Potae Napocna Navogoh también es la prueba de aquello de lo que Bauman y muchos otros olvidan.

La antropóloga Morita Carrasco, especializada en la cuestión indígena, cree que “lo que pasa es que Bauman no conoce el proceso de aboriginalidad”.

Al igual que otros pensadores preocupados por la globalización, Bauman no puede ver que hay comunidades cuyas identidades no fueron alcanzadas por la posmodernidad.

Los Qom no son ni quieren ser consumidores. Los Qom no quieren parecerse a los turistas. Ellos solo quieren que les devuelvan su tierra.

Como parte de su caracterización de la nueva sociedad Bauman dice que “los hábitos se dejan de lado continuamente, todos los días a la primera oportunidad, sin darles la ocasión de consolidarse como los barrotes de hierro de una jaula”.

En clara contradicción, los Qom explican que quieren su tierra “para poder continuar con nuestras actividades históricas de caza, pesca y recolección, entre otras razones de índole cultural”.

Bauman dice también que “ los puntos de referencia desaparecen de los mapas individuales del mundo y de los itinerarios personales de vida”.

Por ahí no es accidental entonces que los Qom y otras comunidades indígenas argentinas estén realizando un mapeo de sus territorios.