Image Image Image Image Image Image Image Image Image Image
Menu +

Arriba

Top

Entrevista con Róisín Heneghan, arquitecta y diseñadora del Gran Museo Egipcio

Por Rafael Giménez

Entrevista con Róisín Heneghan, arquitecta y diseñadora del Gran Museo Egipcio

Todo indica que este año, finalmente, abrirá sus puertas el Gran Museo Egipcio, el museo arqueológico más grande del mundo dedicado a una sola civilización. En diálogo con El Gran Otro, la arquitecta y diseñadora irlandesa Róisín Heneghan, coautora del proyecto original, nos cuenta cuáles fueron los desafíos a la hora de proyectar una obra de estas características, a la sombra de las pirámides de Guiza.

 

En enero de 2002, el entonces presidente egipcio Hosni Mubarak puso la piedra fundacional del Gran Museo Egipcio (GEM) al borde de la Meseta de Guiza, en un terreno de 50 hectáreas ubicado a tan solo 2 kilómetros de las pirámides de Keops, Kefrén y Micerino.

El sitio está en el límite entre el desierto y la ribera del Nilo, donde se asienta la ciudad de Guiza, en el área metropolitana de El Cairo. Hacia allí desciende la meseta en una pendiente de 50 metros.

El diseño del nuevo museo había sido sometido a un concurso público internacional en 2002. 1550 arquitectos y diseñadores de 83 países participaron del certamen para proyectar el GEM y fue el estudio de Heneghan Peng, de Dublín, el que se llevó el premio.

Había obtenido el privilegio, pero también el desafío, de diseñar el mayor y más importante museo de Egipto.

 

Maqueta del Grand Egyptian Museum. Fuente: Heneghan Peng

 

El diseño del Gran Museo Egipcio

Fundado por Róisín Heneghan y Shih-Fu Peng en 1999, el estudio ya había cosechado premios en Estados Unidos e Irlanda, pero el GEM significaba trabajar en una escala completamente diferente. Era necesario construir un equipo mayor.

El concurso de diseño del GEM consistía en dos etapas. La primera implicaba una propuesta conceptual preliminar. La segunda se trataba de la presentación de un diseño para ser presentado en el sitio en respuesta a los requerimientos del proyecto.

En palabras de Róisín:

«Al comienzo, el desafío era construir nuestra base de conocimiento y también el grupo de trabajo. Éramos una oficina de tres personas y necesitábamos rápidamente construir un equipo?. Nos ayudó muchísimo Arup y Buro Happold, quien participó de la segunda etapa de la competición.»

Entre otros participantes: Bartenbach Lichtlabor colaboró con el diseño de la iluminación, mientras que West 8 trabajó con la planificación general y el paisajismo. La museología y el diseño de la exhibición corrió por cuenta de Metaphor, mientras que Bruce Mau Design se hizo cargo de la gráfica y la señalización.

«También necesitábamos desarrollar un equipo en El Cairo: Raafat Miller Consulting (arquitectura), ACE (estructura y civil), Shaker Consulting (servicios y paisajismo). Este equipo fue construido a lo largo de dos años, pero una vez conformado aportó una gran riqueza de conocimiento, tanto en lo que respecta a la museología como por el hecho de estar trabajando directamente en El Cairo.»

La importancia del enfoque local es, sin duda, la clave de un proyecto de estas características. Estamos hablando de una civilización milenaria y de un emplazamiento muy sensible en lo que respecta a la herencia cultural y arqueológica de la región.

Este enfoque local incluye diseñar un edificio desde Egipto y para Egipto. Dice Róisín:

«Necesitábamos entender y proyectar un edificio para Egipto. Eso significa diseñar teniendo en cuenta el clima; diseñar un museo que apele también a un amplio rango de visitantes, desde el turista del paseo de dos horas hasta el egiptólogo especializado, incluídos los propios cairotas. Era importante que el museo atendiera a todas las necesidades.»

 

Interior del Grand Egyptian Museum. Fuente: Ministerio de Turismo y Antigüedades, República Árabe de Egipto

 

El enfoque local

Desde griegos y romanos hasta otomanos y franceses, Egipto tiene una larga historia de ocupación extranjera y saqueo de sus recursos naturales y bienes culturales. Por eso, el diseño del GEM necesitaba incluir una visión local para su funcionamiento y manutención a largo plazo de manera autónoma.

«Necesitábamos pensar un diseño que contemplase cómo el edificio sería mantenido y operado, considerando que los sistemas y las partes puedan ser obtenidas fácilmente en Egipto. La estrategia de fases fue atendiendo a diferentes preocupaciones y prioridades. La primera fase, el centro de conservación, fue construido en 2008.»

El diseño original de Henghan Peng ha sufrido varios cambios a lo largo de los años, a medida que nuevos diseñadores se hacían cargo del proyecto. De todos modos, de acuerdo con Róisín, «el diseño ha mantenido su coherencia general, lo que nos parece un éxito.»

En años recientes, Egipto atravesó diferentes períodos de inestabilidad política y económica, lo que produjo una pausa en la construcción. Esta se reanudó recién en 2013. La inauguración estaba prevista para el año 2020, pero la pandemia de coronavirus obligó a las autoridades a postergar la apertura. Ya se están realizando visitas privadas y todo indicaría que a mediados de 2021 el GEM abrirá, finalmente, sus puertas al público.

 

Coloso de Ramsés II de Menfis. Fuente: Wikipedia Commons

 

El regreso de la egiptomanía

Los visitantes entrarán al GEM por el este, por donde sale el sol, atravesando una amplia explanada llena de palmeras. Una colosal estatua de Ramsés II los recibirá en el hall. A medida que recorren el museo, irán dejando atrás la fértil ribera del Nilo para ascender hacia la Meseta de Guiza.

A la derecha, los visitantes accederán a las exhibiciones, mientras que a la izquierda se encontrarán con los cines, salas de conferencias, el museo infantil y con todo tipo de servicios. El museo sigue una lógica ascendente. Al mirar hacia el sur, los turistas verán las famosas pirámides. Se estima que para recorrerlo en su totalidad, el GEM precisa de una semana de visitas diarias.

Egipto está apostando con fuerza al regreso del turismo internacional. El Cairo ha estado invirtiendo en la promoción de las playas del Mar Rojo como destino turístico alternativo al Mediterráneo y el Caribe, pero es innegable que las pirámides constituyen el principal atractivo turístico del país.

Una serie de eventos recientes han vuelto a despertar el interés de Occidente por el Antiguo Egipto. A fines de 2020 Netflix lanzó un documental sobre los recientes hallazgos en el desierto de Saqqara que se convirtió en un éxito. Saqqara forma parte de la gran necrópolis de Menfis, que se extiende por 30 kilómetros sobre el margen izquierdo del Nilo y que incluye a las pirámides de Guiza, unos 20 kilómetros al norte.

A aquellos descubrimientos capturados por Netflix se les sumaron otros pocos meses después, pero las noticias desde el Antiguo Egipto no cesaron allí. En abril de 2021 las redes sociales del planeta se inundaron de imágenes y videos del llamado Desfile Dorado de los Faraones, en el que 22 momias de reyes y reinas del Nilo fueron trasladadas de un museo a otro de la capital con una espectacularidad que deja entrever lo que podría ser la ceremonia de inauguración del esperadísimo Gran Museo Egipcio.

A lo largo de los años, Heneghan Peng ha desarrollado proyectos culturalmente sensibles en diferentes partes del mundo, incluyendo el Museo Canadiense de la Canoa y el Museo Palestino.

Diseñar un edificio que ha de servir como centro de conservación, estudio y admiración de los bienes culturales de un pueblo no es una tarea sencilla. Especialmente, al tratarse de una cultura que no es la propia. Al respecto, dice Róisín:

«Como outsiders, hemos tenido el beneficio de la distancia y eso nos ha permitido captar o construir una observación específica. Cuando lo conseguimos, esa observación resuena y le permite a otros entrar a ese espacio y hacerlo propio.»

Con más de 100.000 piezas en exhibición (muchas de las cuales nunca antes vistas por el público), el GEM será la meca de los egiptólogos del mundo. Incluirá, entre otros atractivos, la colección del famoso rey-niño Tutankamón y también la barca solar del faraón Keops.

El tiempo que ha demorado su construcción, el tamaño del proyecto, la calidad del diseño, el emplazamiento de la obra y las exhibiciones que contendrá hacen que la inauguración de este museo se constituya como el acontecimiento cultural más importante del año y, en términos nacionales, es posible que marque el comienzo de una nueva era para el turismo, la cultura y la economía de Egipto.

 

Máscara funeraria de Tutankamón. Fuente: Wikipedia Commons

 

La dilatada espera

Róisín siguió trabajando, junto a Peng, en diversos proyectos alrededor del mundo. Entre sus obras más destacadas podemos nombrar la restauración de la Vieja Librería del Trinity College de Dublín y el diseño de los centros de visitantes del Jardín Botánico de Berlín y de la Calzada de los Gigantes, en Irlanda.

Sin embargo, la deuda del GEM sigue pendiente. Ninguna de las personas involucradas en este proyecto a lo largo de todos estos años dormirá tranquila hasta ver las puertas del GEM abriéndose para recibir al público.

La ceremonia de inauguración, que algunos medios egipcios estiman para junio de este año, será la culminación de un proceso que comenzó hace casi dos décadas, pero viene a saldar una deuda de Egipto para con su propia herencia arqueológica y cultural. Es el museo que Guiza se merece. Vale la pena, entonces, la espera.

La estatua de Ramsés II aguarda pacientemente en la entrada del GEM la llegada de los primeros turistas, indiferente a la dilatada fecha de inauguración. ¿Qué son, después de todo, 19 años y medio para un coloso de 3 milenios?

 

Róisín Heneghan. Fuente: architectsjournal.co.uk

 

Foto de Portada: Diseño original de la fachada del Grand Egyptian Museum. Fuente: Heneghan Peng