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15 abril, 2019

Solo Show Zurich, el espacio curatorial en arteBA

Por Jesu Antuña

Solo Show Zurich, el espacio curatorial en arteBA

A veces nos confundimos, el público se confunde, y vamos a una feria esperando ver otra cosa, algo que no es precisamente una feria. No se trata de hacer, claro, una defensa del mercado, sino más bien de realizar un análisis que tome en consideración las improntas de la venta de obra en Argentina y en el mundo. Sobre el mercado se escuchan los más variados epítetos, por lo que en muchas ocasiones pareciera ser una entidad metafísica que nunca terminamos de comprender. Lo cierto es que como se ha dicho y repetido, nada escapa del mercado.

Lo que cabe hacer, en todo caso, es buscar espacios de negociación, espacios que se hacen notorios en ArteBA, la feria en donde se concentran las ventas de arte más importante del país. ArteBA es una semana en donde los galeristas y los artistas apuestan mucho, ya que es el momento donde se juega el año económico de muchos. Estos espacios de feria, espacios destinados específicamente a la venta, se cruzan muchas veces con proyectos Site Specific, con perfomances difíciles de vender y con espacios curados donde el espectador común parece descansar un poco del ajetreo de la venta.

Considerando el hecho de que no hay aún una bienal de arte contemporáneo en la Argentina con la capacidad de reunir los discursos y las prácticas artísticas contemporáneas del país y de Latinoamérica (la Bienal Sur está en ese camino, veremos si lo consigue), ArteBA es el lugar de llegada de muchos de estos discursos y prácticas, que son de por sí externos al mercado. Podemos pensar Solo Show Zurich como un espacio de negociación entre los discursos contemporáneos y aquellos enfocados en el mercado y en la venta de arte. No porque sea un espacio donde el mercado no está presente, todo lo que está se pone a la venta, sino por el hecho de que es un espacio curado, un espacio donde es posible pensar una discursividad que reúna a diversas galerías y artistas.

 

 

Como el año anterior, la sección estuvo curada por José Luis Blondet, curador de proyectos especiales del LACMA (Los Angeles County Museum of Art), quien seleccionó a ocho artistas para que participen de la feria junto a su galería. ¨La propuesta de este año no se presenta a partir de un tema, ni de un hilo conductor evidente, sino que la selección expresa la sutil relación entre el trabajo de los diversos artistas y la singularidad de sus investigaciones”, expresan quienes estuvieron a cargo de este espacio. Lo cierto es que las obras reunidas evidencian la centralidad de dos temáticas en la producción en América Latina y en el mundo, aquellas que giran en torno al género y la producción de artistas mujeres y, por otro lado, la problemática de los pueblos originarios y los proyectos decoloniales.

Para esta ocasión fueron seleccionados Joiri Minaya (Nueva York, 1990) representado por la galería CasaQuien de República Dominicana. Minaya, que trabaja temas como la migración, las construcciones de identidad y los roles de género, presentó una propuesta capaz de romper con el espacio típico de exhibición de la feria. De manera similar a lo realizado en el Red Bull House of Art Detroit, la artista creó un muro de tela que dividía en dos el espacio de exhibición. El muro podía ser atravesado por huecos generados por la artista para que pasen por ella los espectadores, una vez dentro, la obra se abre a una propuesta inmersiva sobre el mundo tropical, con obras generadas a partir de camisas floreadas recortadas sobre fondos también floreados, que remiten a República Dominicana y a buena parte del Caribe.

La galería venezolana ABRA desplegó la producción del artista Sheroanawë Hakihiiwë (Sheroana, 1971), quien vive y trabaja en el Amazonas. El entorno selvático, animal y vegetal, se hacen presente en la obra del artista, tanto en las figuras que despliega en los acrílicos sobre papel, como en las figuras geométricas. Por otro lado, las galerías argentinas Isla Flotante y WALLDENGALLERY representaron a Rosario Zorraquín (Buenos Aires, 1984) y a Magalí Lara (México, 1956), respectivamente. Mientras que la galería 80m2 Livia Benavides, de Lima, presentó el importante trabajo de Teresa Burga (Iquitos, 1935), artista conceptual que formó parte de la renovación de la plástica peruana de los 60 y 70.

 

 

Interesante fue la propuesta del dúo Lake Verea − compuesto por Francisca Rivero-Lake Cortina (Ciudad de México, 1973) y Carla Verea Hernández (Ciudad de México, 1978) – representados por Proyecto Paralelo de la Ciudad de México. El dúo realiza proyectos de investigación en torno a la arquitectura, archivos y temas de género. En esta oportunidad, presentaron una serie de fotografías de arquitectura pensadas de forma no convencional, a partir de estructuras emblemáticas de arquitectos como Luis Barragán, Mies Van der Rohe, Philip Johnson, Eileen Grey y Le Corbusier.

Por otro lado, María Sosa (Morelia, 1985) representada por Parque Galería, de la ciudad de México, es una artista que hace énfasis en los procesos surgidos con la colonización de América. En este caso, su propuesta giró en torno a la visión de los colonizadores europeos sobre las deidades americanas, así como hacia la sexualidad luego de la conquista.

Para cerrar, interesante fue la propuesta de Naufus Ramírez Figueroa (Guatemala, 1978) con la galería Proyectos Ultravioleta de Guatemala. Es la segunda vez que el artista presenta Reloj de obsidiana: Ante Meridiem, una serie de 12 grabados que se acercan a la estética de lo tenebroso – a tenor de la estética pensada por Kusch para Latinoamérica – que gira en torno a los usos chamánicos por parte de la obsidiana y a su apropiación por parte de los colonizadores. Las cajas negras que contienen los grabados también negros, y nuestros reflejos que se generan sobre las cajas, recuerdan el uso de la obsidiana como espejo y como espacio de conexión con otros mundos.

Solo Show Zurich es una propuesta interesante dentro de la feria. Es, como dijimos, uno de esos espacios de negociación entre las prácticas contemporáneas y aquellos lugares propuestos por el mercado, aunque como se hace notorio aún entre los proyectos decoloniales y la problemática de género, nada escapa del mercado.