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16 marzo, 2020

Tambores disidentes, los candombes emergentes

Por Rafael Giménez

Tambores disidentes, los candombes emergentes

En abril de este año, la ciudad chaqueña de Resistencia será sede del quinto Encuentro Nacional de Mujeres Candomberas, rebautizado en esta edición como Encuentro Pluriterritorial de Candombes. En diálogo con El Gran Otro, les chiques de La Círcula Candombera nos ayudan a reflexionar sobre afroargentinidad, feminismo y arte en las vísperas de un evento que se presenta como la máxima expresión de la articulación nacional entre las luchas del movimiento feminista y el rescate de las tradiciones candomberas del país.

 

Vivimos en una época extraña en la que mucho de lo que dábamos por sentado se desmorona o resulta de una fragilidad asombrosa. En tiempos críticos, como suele suceder, las organizaciones y colectivos sociales se reconfiguran, resisten, se adaptan o mutan. Pero siempre, de alguna manera o de otra, podemos rastrear un fenómeno que nos interesa particularmente: la emergencia de las expresiones artísticas populares. Y hay una de esas expresiones en la cual nos detendremos especialmente: el candombe. Pero el candombe del siglo XXI: con perspectiva de género.

Podemos afirmar sin riesgo de errar que la lucha feminista y la de la comunidad LGBTIQ+ tienen hoy una visibilidad y un apoyo en diferentes estratos de la sociedad bastante considerable en relación al pasado reciente.

 

 

Pero hay distintas maneras de luchar, distintas maneras de participar activamente en la transformación social. Algunes lo hacen desde los movimientos sociales tradicionales, otres en el mundo académico, hay quienes militan desde los poderes del Estado y también está el arte. Y dentro del arte, haremos foco hoy en una expresión cultural que, históricamente, ha sido relegada a un segundo plano en nuestro país, pero que desde hace ya algunos años ha venido cobrando una notoriedad ascendente.

Algo está pasando con el candombe. Está creciendo, se está escuchando más y está inmerso en profundos debates sobre su propio origen, su esencia y su futuro. Si decimos que está volviendo nos arriesgamos, sin duda, a recibir críticas por parte de quienes afirman con razón que no puede volver lo que nunca se fue. Pero admitamos que algo está pasando. El candombe está más fuerte en la Argentina.

Una parte de esa ola, de ese revival candombero, está estrechamente ligada a la organización y movilización de las mujeres y de las personas con identidades disidentes. No siempre, es cierto, pero muchas veces las luchas y reivindicaciones del movimiento de mujeres coinciden y comparten espacio con las banderas LGBTIQ+. Es el caso de La Círcula Candombera.

En diálogo con El Gran Otro, Angie, Ani, Coca, Meche, Pau y Zahira, integrantes de La Círcula, nos ayudan a entender de qué se trata esta articulación entre candombe, feminismo e identidades no binarias.

 

 

La Círcula

El Círculo de Mujeres y Disidencias Candomberas, o La Círcula Candombera, es una comparsa marplatense fundada en 2016 por un grupo de chicas que venían de comparsas o talleres de percusión y que, conscientes de la tradición candombera de resistencia contra la opresión y la desigualdad, vieron en el tambor y la danza herramientas de lucha para enlazar el arte popular con las urgencias del colectivo feminista.

Cuando La Círcula se fue fue ampliando surgió la necesidad de abrir el juego también a la lucha de la comunidad LGBTIQ+, decisión que se vio reflejada en la adición del concepto de Disidencias en el propio nombre de la comparsa.

Son debates abiertos y transversales. Resulta siempre infructuoso pretender encasillar o fijar términos y límites en un mundo en el que las luchas, las identidades y las opresiones se entrecruzan y donde los bordes son difusos. Es fácil caer en las trampas del lenguaje. Pero, lejos de bajar los brazos, la premisa ante esta vorágine sigue siendo incluir para avanzar, que el círculo nunca se cierre del todo.

«Nosotres – cuenta Meche – le decimos La Círcula, para resumir un poco el nombre tan largo. Comenzó siendo un círculo de mujeres candomberas, es decir, pibas que ya habían pasado por el candombe mixto, que se agruparon por esta necesidad de tener un espacio de mujeres donde ensamblar necesidades, tanto políticas como orgánicas, culturales y artísticas».

Tradicionalmente, en el candombe los tambores han sido cosa de hombres. «Siempre hubo un cierto freno a la hora de ofrecer los tambores a las mujeres, de abrir el toque», cuenta Coca. En La Círcula las mujeres organizan, tocan y bailan. Y también debaten y marchan. Deciden. Tal es así que muchas de las actividades de la comparsa están enlazadas con luchas locales, nacionales y universales, como la campaña nacional por el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo de manera segura, legal y gratuita, las marchas exigiendo justicia por Lucía Pérez o el #8M, entre otras causas.

Se trata, entonces, de una comparsa que, como cuenta Coca, «cubre más que la necesidad de tocar candombe o de estar en contacto con los tambores, sino también la necesidad de crear un espacio político, de lucha».

«Artivista», dice Meche, quien reconoce la importancia de esta expresión cultural como herramienta política, como apoyo a la apropiación del espacio público, de la calle, por parte de las mujeres y las disidencias de la sociedad, empuñando «la fuerza de los tambores para sostener espacios de lucha».

La articulación entre candombe y movimiento feminista/LGBTIQ+ no es un fenómeno marplatense, sino que atraviesa a todos los candombes de todas las regiones. Partamos de la base: el candombe es, de por sí, contestatario y rebelde. Está en su propia esencia la rebelión frente a la injusticia. Es una expresión del pueblo oprimido y una reivindicación de libertad e igualdad: es una llamada ineludible. Y el grado de organización y movilización alcanzado en Argentina por la lucha feminista y LGBTIQ+ parece estar desatando debates, destrabando nudos y generando nuevas expresiones dentro del universo del candombe.

Y aquí podríamos detenernos en un aspecto, prometiendo no explayarnos demasiado: es importante resaltar que no existe El Candombe, sino que existen muchos candombes. Veamos.

 

 

Los candombes posibles

El candombe más conocido y desarrollado es el que hoy se conoce como afrouruguayo. Es innegable que fue en la República Oriental donde el candombe alcanzó un grado mayor de desarrollo y reconocimiento, habiéndose tornado una referencia para los candomberos de la región. Pero existen, existieron y, posiblemente, existirán todavía muchos otros candombes.

Los candombes de la zona rioplatense comparten su origen africano con las expresiones similares presentes en toda América Latina. Podemos citar los casos de Brasil, específicamente en Minas Gerais, o de Cuba.

En Argentina, existen candombes tradicionales en Buenos Aires, pero también en la zona litoraleña y chaqueña. Con algunas variaciones, hay ciertas figuras que suelen estar presentes en las diferentes expresiones candomberas. Las comparsas, en tanto grupo bailarín que acompaña a les músiques, incluyen por lo general a tres personajes bien identificables: La Mama Vieja, El Gramillero y El Escobero.

La Mama Vieja es una conjunción de diversas tradiciones en torno a la figura de la madre y la nodriza. Representa la sabiduría, el bien, el afecto y la experiencia. Es la reina del carnaval y es la que, con la leche de sus pechos, mantiene viva la cultura de generación en generación, dando vida a blancos y negros por igual.

El Gramillero es el curandero, el brujo. Conoce el poder de los yuyos y suele bailar y moverse como temblando, apoyado en su bastón. Es, al igual que la Mama Vieja, una figura anciana, digna de respeto. Suele representárselo con una valija o bolsa donde lleva las hierbas.

El Escobero va al frente de la comparsa, ahuyentando con su bastón los malos espíritus o barriendo con su escoba el camino por el que han de pasar sus compañeros. Sus pasos mágicos son cruciales para el buen desempeño de la comparsa. Se cree que en tiempos pasados los Escoberos de comparsas rivales competían entre sí para hacer caer al adversario, sin perder el ritmo ni dejar de girar la escoba.

Estos elementos, hoy emblemáticos del candombe afrouruguayo, no definen ni excluyen a otros tipos de candombes que, a lo largo de la historia, se han desarrollado a ambas orillas de los Ríos de la Plata y Uruguay.

Quizás la mayor diferencia entre los candombes argentinos y el afrouruguayo es el reconocimiento y el lugar que ocupan en la cultura de cada país. Mientras que al Oriente el candombe forma parte ineludible de la cultura y la identidad nacional, en la Argentina toda expresión afroargentina ha sido deliberada y sistemáticamente desvalorizada e, incluso, escondida.

Según un material de divulgación del Ministerio de Cultura de la Nación, la afroargentinidad «estuvo invisibilizada e insonorizada durante siglos. La historia blanca, centrada en Europa, fue la que pobló los manuales escolares y relatos oficiales», pese a que los afrodescendientes llegaron a ser, en el siglo XVIII, casi la mitad de la población del país.

 

 

El blanqueamiento nacional

El proceso de «blanqueamiento» del país fue una política oficial que tuvo una abordaje práctico, con el fomento de la inmigración europea (que figura, hasta hoy, como uno de los objetivos fundacionales de la nación, presente en el Prólogo de la Constitución Nacional Argentina); y, por el otro, un enfoque simbólico, que significó la eliminación de la negritud en nuestra historia.

El tango es, quizás, el ejemplo más conocido. La participación de compositores, músicos y bailarines negros en la génesis del tango ha sido históricamente ignorada.

El blanqueamiento de la Argentina también incluyó la desaparición física de la población afrodescendiente, siendo la epidemia de fiebre amarilla y la Guerra del Paraguay las dos mayores causas.

La negación de la Argentina negra llega hasta nuestros días. En épocas recientes, en Mar del Plata, las autoridades intentaron prohibir “las murgas y percusión en cualquier espacio público”. La respuesta candombera y murguera fue contundente y a todo ritmo.

Lo afro sigue inquietando a cierta parte de la sociedad. Cuenta Ani que «cuando (el por entonces concejal y luego intendente de Mar del Plata Carlos) Arroyo quiso prohibir las murgas, muchos marplatenses estaban de acuerdo, porque hacíamos ruido».

El proyecto, presentado sin éxito en el Concejo Deliberante marplatense en 2014, contemplaba la colocación de carteles en todas las plazas de la ciudad expresando esa prohibición.

Manoahi, la primera y más reconocida comparsa de la ciudad, fue expulsada de su lugar histórico de ensayo, la Plaza Pueyrredón, gracias a la presión vecinal. Les chiques de La Círcula, que ensayaban en otra plaza, decidieron mudar sus prácticas a la Pueyrredón, en un acto de apropiación (o recuperación) del espacio público que tiene mucho de victoria simbólica.

«Mar del Plata – dice Meche – tiene una clase muy conservadora, bastante anticuada. Pero también hay otra parte de la ciudad que se está abriendo y se está expandiendo cada vez más. A esa parte le encanta que la plaza esté activada con arte».

El candombe, nos recuerda Coca, «nace de tocar en la calle» por lo que ocupar la plaza con regularidad, hacerse oír, abrir el círculo y el toque es, en gran medida «una vuelta a las raíces».

No se trata de una expresión enfrentada al candombe hegemónico, sino de una vuelta de tuerca: por un candombe desde, por y para las mujeres. Pero también para las disidencias. La lucha por el espacio público se materializa cada martes a las 17 horas, cuando La Círcula se congrega en Plaza Pueyrredón para practicar su toque.

 

 

La llamada

En 2016 el barrio porteño de San Telmo fue testigo de un hecho sin precedentes: el primer Encuentro de Mujeres Candomberas. Un año después, la ciudad de Concordia, Entre Ríos, acogía al segundo. El tercero, y con un número creciente de asistentes, se dio en Cipoletti, Río Negro. Allí se decidió que el cuarto, el de 2019, se realizaría en Mar del Plata.

Cientos de mujeres de todo el país se acercaron a La Feliz con sus tambores y llevaron a cabo la primera llamada de la historia de la ciudad. De todos modos, algo empezaba a cambiar. Muchas de las asistentes consideraban que el hecho de convocar a mujeres candomberas dejaba de lado a muchas compañeras que no se sentían cómodas dentro de esa etiqueta. Es así como el Encuentro pasó a incluir nominalmente a las Disidencias.

En 2020, la cita será en abril en Resistencia, Chaco, y se espera una fiesta que supere todas las experiencias previas. Denominado, ahora, Encuentro Pluriterritorial de Candombes, el evento busca abrir las puertas a más identidades y expresiones a través de la fuerza de los tambores.

Por cuestiones de seguridad organizativa, algunos aspectos específicos respecto al evento se mantienen en cierto grado de secretismo. Pero, como dice Zahira, de La Círcula, «quien sienta la llamada, entrará en contacto».

La llamada puede venir de cualquier lado. Cada une de les chiques de La Círcula se acercó al candombe en diferentes momentos de sus vidas, pero hay algo en común: la búsqueda y el encuentro. Las mujeres candomberas de todo el país se están organizando en comparsas circulares, horizontales y abiertas, donde se conjugan distintas necesidades: el amor por la música afroamericana y, particularmente, por los tambores, la urgencia de las luchas y reivindicaciones de los colectivos feminista y LGBTIQ+ y una inquietud imperiosa por generar, recuperar o reconfiguar espacios de movilización social donde articular arte y militancia.

Los preceptos de la sociedad patriarcal atraviesan también al candombe y los encuentros nacionales de mujeres y disidencias candomberas son una expresión viva de cómo la organización y movilización colectivas pueden suscitar debates importantes dentro del arte popular, a la vez que generan una reapropiación y una resignificación de nuestros propios valores culturales. Les candomberes de todo el país están demostrando que el artivismo es posible y transforma y que el círculo solo cierra con todes adentro.

Bienvenidos sean los tambores.

 

 

Fuentes y citas
Entrevista del autor con La Círcula – Círculo de Mujeres y Disidencias Candomberas. Mar del Plata, febrero de 2020.

Arroyo quiere prohibir las murgas en las plazas de Mar del Plata”. Diario La Capital, Mar del Plata, 26 de marzo de 2014. Versión digital. Consultado en marzo de 2020.

Cultura afroargentina: ¿cuál es el origen del candombe?” Ministerio de Cultura de la República Argentina. Documento digital. Consultado en marzo de 2020.

El candombe y su espacio sociocultural: una práctica comunitaria” UNESCO. Documento digital. Consultado en marzo de 2020.

El origen afro de la Argentina” Ministerio de Cultura de la República Argentina. Documento digital. Consultado en marzo de 2020.

El origen del Tango” Ministerio de Cultura de la República Argentina. Documento digital. Consultado en marzo de 2020.

La murga y el candombe”. Sonidos Clandestinos. Consultado en marzo de 2020.

Personajes Típicos: Escobero, Mama Vieja, Gramillero” (Montaño, Oscar D.) Portal Candombe. Documento digital. Consultado en marzo de 2020

Tubio, María Soledad: “La Murga Porteña. Cómo viven y se retroalimentan los distintos lenguajes artísticos en la murga. Cómo llevar la murga a la escuela.” Especialmente música. Documento digital. Consultado en marzo de 2020.

¿Querés escucharlas en vivo?
Acercate a un ensayo: todos los martes a las 17 horas en Plaza Pueyrredón, Mar del Plata. 

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Fotografías Cortesía del Círculo de Mujeres y Disidencias Candomberas.