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18 diciembre, 2019

La buena memoria

Por Bárbara Vincenti

La buena memoria

El Centro de Arte y Naturaleza (MUNTREF) invita a recorrer tres muestras que conviven en un espacio abierto al diálogo entre visiones y lenguajes. Curada por el artista y biólogo Pablo La Padula, Memoria vegetal, extracto de la colección Brendel del Museo de Farmacobotánica de la UBA, dialoga con Bajo el tilo de Rita Fischer y Flor de Sal de Makoto Azuma, ambas dentro del marco de Bienal Sur.

 

El mutualismo es, biológicamente hablando, la asociación de dos o más organismos de especies diferentes que supone un beneficio para ambos. La muestra Memoria vegetal que actualmente puede visitarse en el Centro de Arte y Naturaleza, sede ecoparque del Museo de la Universidad Nacional Tres de Febrero (MUNTREF), nos muestra como, en el ámbito cultural, dos lenguajes diferentes conviven no sólo sin opacarse, sino que logran realzar mutuamente sus características.

 

 

Arte y naturaleza han sido muchas veces antagonizados, como si se tratara de categorías diferenciadas y una negara a la otra. La contemporaneidad tanto artística como científica permite la interacción que naturalmente se da entre estas dos disciplinas. En una charla con Pablo La Padula, coordinador de contenidos para el Centro de Arte y Naturaleza, el artista nos contó el origen de esta propuesta y la articulación de la misma. Como curador de Memoria Vegetal propuso la colección Brendel para dialogar con la muestra de Makoto Azuma, artista japonés contemporáneo, y con la instalación Bajo el tilo de la artista uruguaya Rita Fischer, ambos en el marco de Bienal Sur. Agrega que «eso supuso indagar en el Museo de Farmacobotánica de la Facultad de Farmacia y Bioquímica y eligiendo las piezas, encontramos la colección Brendel, que es una colección de modelos de papel maché para estudios de botánica del siglo XIX.» La idea de presentar los trabajos de la colección Robert Brendel surge «porque son piezas de una cualidad estética muy potente y la idea del Centro de Arte y Naturaleza es que sea un nodo de cruce de pensamiento científico y artístico, entonces podíamos combinar bajo un mismo paraguas expositivo producciones de vanguardia del arte contemporáneo de arreglos florales del artista japonés Makoto Azuma con del otro extremo de la cuerda, una producción que es anónima, que está hecha por científicos, en serie por la fábrica de Robert Brendel, que tienen más de cien años de antigüedad y que no pretenden ser piezas de arte, sino piezas estrictamente científicas pero que tiene una cualidad visual muy pregnante y pueden dialogar perfectamente.»

 

 

Pablo La Padula es Doctor en Biología de la UBA y, como artista contemporáneo, se formó en talleres de arte con Carlos Gorriarena, Eduardo Stupía y Alberto Goldenstein, entre otros. Ha realizado muestras tanto colectivas como individuales, entre ellas Zoología fantástica en este mismo espacio de MUNTREF.

Respecto del arte y la ciencia dice que «son dos áreas de producción del conocimiento que responden a instituciones diferentes, con presupuestos diferentes y con lógicas diferentes, pero esta separación institucional tiene doscientos años de antigüedad, trescientos como mucho. Siempre fueron campos totalmente entrelazados dedicados al estudio de la naturaleza en su amplio espectro y que ésta se abordaba a través de estrategias visuales y estrategias de abstracción del mundo y de la matemática y la geometría en el espacio pero obviamente, el científico mira el mundo y después lo modeliza a través de la matemática pero en esa visualización y en esa traducción a la matemática hay un trabajo visual muy fuerte.» «El reacercamiento que permite la contemporaneidad es muy potente, el arte contemporáneo permite cruzar fronteras y llevar a la sala problemáticas de la ciencia en clave visual y abordar problemas de la ciencia que no pidan una resolución estrictamente cuantificadora, matematizante y que haga un modelo de predicción. Hay muchos problemas científicos que pueden ser abordados desde las ciencias humanísticas, desde lo visual, desde la emoción, desde la subjetividad. Son muchísimas las problemáticas de la subjetividad en el campo de las ciencias duras, así que es un lujo, es un placer, poder desarrollar problemas científicos en un laboratorio y problemas científicos tal vez más de índole humanístico y filosóficos desde el taller como artista contemporáneo.»

Al hablar de su trabajo biológico/ artístico, La Padula cuenta que «el abordaje artístico no excluye al abordaje científico sino que lo complementa, le da una vuelta de tuerca, le da otra mirada, el abordaje científico desde el arte contemporáneo es muy fructífero y complementa el costado humano del operador científico.»  Dice además que al campo artístico, «le interesa muchísimo el pensamiento científico, los avances científicos. El campo artístico contemporáneo es un campo muy ávido de estar a tono con lo que es la vanguardia de la cultura de la urbanidad y que podemos decir que hoy es una cultura cientificista, entonces hay mucha curiosidad, hay permanentemente una pregunta siempre ahí a boca de jarro para hacer sobre los avances científicos en el campo de la biología que son muy profundos.»

 

 

La colección Robert Brendel no es el único caso en que piezas de estudio salen del ámbito científico y son consideradas piezas de arte. Las venus anatómicas o médicas del siglo XVIII son un claro ejemplo: esculturas en cera de mujeres para el estudio anatómico que terminaron siendo de interés artístico. También los ilustradores científicos, que son un gran apoyo para el reconocimiento de especies botánicas, a su vez, trabajan de manera artística dando talleres y muestras de sus trabajos con un interés que excede lo exclusivamente científico, como por ejemplo el gabinete de dibujo del Instituto de Botánica Darwinion, ubicado en San Isidro en la Provincia de Buenos Aires.

Todos los interesados en la ciencia, el arte y su conjunción, debería darse una vuelta por el Centro de arte y Naturaleza, cuyo espacio y aquello que muestra es un claro ejemplo de mutualismo y apertura donde diversos lenguajes conviven y se retroalimentan.

 

 

Memoria vegetal puede visitarse hasta el febrero de 2020.
Miércoles a domingo de 14 a 19 hs. Entrada gratuita
Centro de Arte y Naturaleza (MUNTREF)
Av. Sarmiento 2725, Palermo. Buenos Aires, Argentina
http://untref.edu.ar/muntref/es/arte-y-naturaleza/