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19 noviembre, 2019

Boris Groys: Arte en flujo

Por Nadia Paz

Boris Groys: Arte en flujo

“El arte no predice el futuro, sino que demuestra, en cambio, el carácter transitorio del presente y, así, abre el camino a lo nuevo. El arte en flujo engendra su propia tradición: es la reactualización de un acontecimiento de arte como anticipación y realización de un nuevo comienzo, de un futuro en el que el orden que define nuestro presente perderá su poder y desaparecerá. Y dado que todos los tiempos son iguales para el pensamiento del flujo, tal puesta en acto puede realizarse en cualquier momento”. Bajo esta afirmación, Boris Groys cierra el primer capítulo de su ensayo Arte en Flujo, publicado por la editorial Argentina Caja Negra como parte de la colección Futuros Próximos. Y es que el autor, filósofo, crítico y curador de arte alemán, establece allí una nueva teoría a la que llama reología del arte, considerando las tendencias artísticas como movimientos de un fluido cuyos cambios y variaciones se producen a través del tiempo y en vínculo directo con su contexto. Cabe aclarar que la reología es la ciencia que estudia la viscosidad, la plasticidad, la elasticidad y el derrame de todo tipo de fluidos. Por lo que el arte contemporáneo, sería desde esta visión una forma en constante cambio y predispuesto a su propia evanescencia permanente.

 

«Confetti Death», Typoe

 

Groys, reconocido internacionalmente por sus investigaciones sobre el arte de vanguardia del Siglo XX y los medios de comunicación contemporáneos, realiza este trabajo vinculando todo el trabajo artístico a su contemporaneidad. Por eso, se focaliza en la relación existente entre el arte e Internet, analizando su doble cara. Desde una mirada existencialista como la de Jean Paul Sartre, piensa las redes como el paraíso y el infierno, entendido éste último como lugar de la mirada del otro, que nos mantiene presos de una identidad socialmente codificada.

Según el autor, las vanguardias como el suprematismo de Malevich, el futurismo de Marinetti o el trabajo de los artistas pertenecientes a la Bauhaus, contribuyeron a la acepción contemporánea de un arte sin producto, que no produce objetos sino prácticas destinadas a no sobrevivir, como las performances, las instalaciones y el arte relacional. Esto se diferencia del arte tradicional que produce obras que se preservan en museos bajo una promesa de conservación a través del tiempo para su eterna contemplación. Si bien ambas formas siguen conviviendo en el mundo de hoy, son las de carácter efímero, aquellas que tienen un mayor impacto a nivel social y las que se encuentran en constante cambio.

 

«Hands out of the wall», S-Carving

 

Si se piensa la producción, circulación y difusión del arte a través de Internet, ¿dónde es posible el encuentro con el arte? Pareciera que éste ya no existe. Que su forma es reemplazada por su documentación y permanente reproducción que lo expone a la mirada de un otro, que ya no es más un crítico especializado sino un otro masivo, un otro que representa a todos y a la visión propia – podríamos decir yoica- del mismo artista. Los espectadores conviven con información sobre el arte, más que con arte, como una más de las formas evanescentes del presente fugaz.

A partir de la reología de arte, el autor demanda una opción política frente a la circulación y exhibición dejando en claro que las obras contemporáneas se encuentran atadas a su contexto. Los artistas, en un intento por recuperar cierta veracidad perdida, afirma Groys, tienden a recuperar el aura que alguna vez supo teorizar Walter Benjamin, a través de Internet.  La web es el espacio que ficcionaliza aquellos sentidos perdidos en el museo. ¿Cómo producir, entonces, algo nuevo que no se haya visto antes?, se pregunta Groys. Y es que quizás esa esencia del arte no se encuentre en la obra sino en el constante e infinito desorden administrado online. “Tal vez, uno de los aspectos más interesantes de Internet como un archivo sea justamente la posibilidad de descontextualización y recontextualización a través de las operaciones de cut & paste que le ofrece a sus usuarios. Y entiendo que se trata de un desarrollo positivo en tanto fortalece el potencial utópico del archivo y atenúa la posibilidad de traicionar esa promesa utópica- una posibilidad inherente a cualquier archivo más allá de cómo esté estructurado”, cierra el autor.

 

 

BORIS GROYS (Berlín, 1947) es filósofo, crítico de arte y teórico de los medios, internacionalmente reconocido por sus investigaciones sobre el arte de vanguardia del siglo XX y los medios de comunicación contemporáneos. Estudió filosofía y matemáticas en la Universidad de Leningrado. Miembro activo de los círculos no oficiales de intelectuales y artistas de Moscú y Leningrado bajo el régimen soviético, emigró en 1981 a Alemania, donde se doctoró en filosofía en la Universidad de Münster. Desde entonces, desarrolló una intensa vida académica en la Escuela Superior de Diseño de Karlsruhe, la Academia de Bellas Artes de Viena y las universidades de Filadelfia, Pensilvania y Nueva York, entre otras. A la par de su trabajo académico, Groys es un destacado curador de arte.