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15 octubre, 2019

Distrito de las Artes una experiencia activa.

Por Pilar Altilio

Distrito de las Artes una experiencia activa.

Desde 2012 una experiencia cambia el Barrio de La Boca, parte de San Telmo y Barracas.

La iniciativa que demandó una articulación entre vecinos, artistas instalados y nuevos emprendimientos fue establecida por el estado y propició un aprendizaje entre todos los actores, tiene hoy un progreso visible.

 

Se describe al barrio con una poética particular, según puede leerse en una reseña «La Boca se caracterizó por ser un barrio de habitantes divertidos, ruidosos y melancólicos. Hablaban el dialecto xeneixe, el de los genoveses, como si estuvieran en su tierra. Eran muy trabajadores y solidarios, llegaron a formar numerosas instituciones de apoyo comunitario, editaron diarios y fundaron clubes deportivos y culturales. Dada su gran sensibilidad para el arte, en el barrio han nacido cantores, músicos, poetas y artistas plásticos, muchos de los cuales han ocupado lugares significantes en el sentir popular.» Nombres que todos recordamos como Benito Quinquela Martín (quien donó al barrio: la Escuela-Museo, la Escuela de Artes Gráficas, el Lactario Municipal, el Jardín de infantes y el Instituto Odontológico infantil), Juan de Dios Filiberto (Caminito, una callejuela inmortalizada por el tango del mismo nombre, de su autoría), Alfredo Palacios (reconocido como el primer diputado socialista de América).

En 2012 mediante la aprobación de la ley 4.353 se creó un distrito especial para propiciar las industrias creativas que regeneraran los barrios de La Boca, parte de San Telmo y Barracas. La elección del barrio se basó en su historia, tan especial y en la reconversión de algunas edificaciones emblemáticas. En 1996, la instalación de la Fundación Proa fue un hito que significó propiciar el desarrollo y la expansión del arte contemporáneo en esa zona, cuando el potencial no era sino una probabilidad. La designación como Distrito de las Artes funda un master plan que incluye valorizar los espacios públicos y entornos urbanos, así como toda el área de ribera de un puerto con una historia increíble y tendrá vigencia hasta el 2022. Beneficia a las artes escénicas, las visuales, las musicales, literarias y los desarrolladores de infraestructura artística. Los desarrolladores tienen al momento de aprobación de sus proyectos, un tratamiento especial en los impuestos de ingresos brutos, ABL, sellos y delineación y construcción. En entrevista con el actual ministro de cultura de CABA, Enrique Avogadro, contó que la extensión del distrito «son 429 hectáreas en La Boca, San Telmo y Barracas», además de las rebajas en los impuestos, «el Ministerio de Cultura les ofrece asesoramiento permanente para el desarrollo de proyectos para la consolidación del circuito cultural de la zona sur». Una simple visualización del mapa actual en la página permite valorar la densidad. «Actualmente, más de 170 actores culturales forman parte del Distrito de las Artes que está coordinado por Luciana Salvá, que depende de la Dirección General de Desarrollo Cultural y Creativo de la Ciudad,» resume y agrega que es «constante la apertura de nuevos espacios, que fomentan el crecimiento de intercambios entre artistas, instituciones y vecinos, que exploran caminos creativos enriqueciendo y consolidando el circuito cultural de la zona sur. «Hicimos un trabajo y un esfuerzo por escucharse, al ser un barrio con tanta identidad, para entrar a proponer cambios que se pudieran consensuar», nos dice Andrea Cuesta Ferragazzo en conversación, una de las personas que inició este master plan y que lidera un plan de trabajo con las jurisdicciones que comparten el Riachuelo, de saneamiento, recolección de residuos, plantas cloacales sumado a un barco que navega por ese territorio recuperado desde 2014. Aguas Arriba 2017/ 2018 es el resultado de todo el trabajo que requirió empezar a integrar territorio e islas por el río más contaminado de toda la región.

 

 

La Usina del Arte, recuperando un edificio bellísimo es, desde julio de 2011, un espacio donde la cultura se desenvuelve en distintas disciplinas facilitando los desarrollos culturales en el bajo autopista. Allí la Fundación Tres Pinos instaló Talleres en Residencia del programa MARCO ARTE FOCO, orientados al apoyo de artistas del ámbito nacional e internacional. Cuenta con una sala de exposiciones y cinco talleres de artistas que van cambiando mediante convocatorias. Es sede también de la oficina editorial de la fundación y del área dedicada a exhibiciones temporales que se comparte tanto por los artistas residentes como de invitados seleccionados. La misma fundación abre en el mes de septiembre, el nuevo Museo de Arte Contemporáneo de La Boca – MArCo, proyectado para albergar la Colección de Arte de la fundación y desarrollar sus programas culturales. El director Rodrigo Cadena nos cuenta que está «ubicado en Avda. Almirante Brown 1031, y el edificio es considerado patrimonio arquitectónico de la Ciudad de Buenos Aires, tanto por su valor histórico, como por su valor estético. Fue realizado en el año 1913 por el arquitecto francés Alfred Massüe, es un edificio representativo del movimiento art nouveau, en transición con el art decó, en el que funcionó el cine Kalisay, uno de los primeros del barrio».

Avogadro destaca que una de las herramientas de financiamiento de proyectos culturales del Ministerio es el programa de Promoción Cultural – Mecenazgo: «a través de esta valiosa herramienta se lograron llevar adelante sus propuestas, proyectos como el Grupo de Teatro Catalinas Sur, un teatro social-comunitario organizado integralmente por vecinos; El Más Acá Club Cultural, y Fundación Andreani, entre otros.» Pero lo más interesante es como artistas jóvenes que participan en algunas de las residencias como Boca de Fuego en MUNAR, Casa Suiza de La Boca, o MARCO Arte Foco «se interesan por trabajar junto a artistas e instituciones típicas del barrio, enriqueciendo un diálogo con la historia y las tradiciones locales. O que un programa como Art Basel Cities: Buenos Aires convoque a un artista como Gabriel Chaile -representado por la galería Barro- a instalar una de sus obras en el espacio público con activaciones comunitarias; y luego, esa obra contemporánea desembarca a una asociación civil como es la Fundación Casa San. Se van ampliando los diálogos y la red entre actores, y eso es muy interesante. Este tipo de articulaciones son muy positivas.»

 

 

Recientemente, el apéndice Proa Siglo 21 de la misma fundación con su frente cubierto por la característica chapa canaleta; muy cerca la Fundación Andreani que ya abrió un espacio como sala de exhibición de partes de su colección, conformada por ganadores de más de cuarenta premios de su convocatoria. Se trata de una sede temporaria mientras se construye el proyecto del arquitecto Clorindo Testa en el edificio lindante, antes un conventillo. «Un entorno con peso histórico y contemporáneo, rebosante de ecos creativos, se vuelve marco de lujo para las obras que conforman este acervo» se lee en los fundamentos de la decisión de Andreani para instalarse en el Distrito.

 

 

En Av. Pedro de Mendoza, frente al Transbordador Nicolás Avellaneda, Centro Munar se propone difundir y aplicar la ciencia y la cultura para mejorar los procesos de transformación económicos y sociales. Cuenta con un espacio modular de usos múltiples con capacidad para talleres, residencias, laboratorios y salas de exposición dirigido por Diego Benzacar. Una selección valiosa de artistas con miradas singulares, es Barro Galería, ubicada en Caboto 531, bajo la dirección Nahuel Ortiz Vidal. Desde el Grupo Mondongo, pasando por Mónica Girón o Marcelo Pombo, una instalación de Nicola Costantino o Matías Duville con enormes esculturas. También está Quadro Galería, que se trasladó en 2017 al Distrito de las Artes y la dirige Federico Gonz, en sus palabras: «representa, exhibe, promueve y comercializa arte contemporáneo argentino en el circuito local e internacional.»

 

 

En esta reseña debemos destacar el rol que cumple la primera institución de este barrio, el Museo Quinquela Martín. Dedicado a albergar una colección de arte figurativo, promueve diálogos entre su colección con artistas que también usan la figuración. «Su centralidad y liderazgo dentro del barrio vuelven clave su rol» cuenta su director Víctor Fernández. Frente al museo, formando parte de BIENALSUR, Michelangelo Pistoletto instaló en el agua su ‘Terzo Paradiso’, una acción artística que busca instalar la utopía del arte como recurso para modificar la sociedad con la que ha recorrido diferentes ciudades. «El trabajo se centró en la recolección de cientos de botellas plásticas que niños y niñas de esta comunidad intervinieron para realizar una gran estructura con la forma del símbolo ampliado del infinito que servirá como barrera recolectora de basura superficial en las aguas del Riachuelo» cuenta el director del museo Quinquela.

Recuperando historia, enlazando lo nuevo y propiciando cruces e intercambios que se van dando gracias a la diversidad del Distrito, «año a año van generando un ecosistema cultural único y muy estimulante» destaca el ministro Avogadro.