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5 septiembre, 2018

«El caos es la vida misma»

«El caos es la vida misma»

Por María Victoria Picciuto

En el marco de las Jornadas 40 ° Aniversario de Mayéutica- Institución Psicoanalítica –del– entrevisté a Luis Felipe Noé en su casa estudio. Hoy cedemos este material para que la revista de arte contemporáneo El Gran Otro lo ponga al alcance de sus lectores.

¿Usted hablaba del tiempo?
Si me dicen qué es lo que más me ha extrañado en toda mi vida, es el tiempo… El tiempo es tan especial, uno vive un tiempo que no tiene nada que ver con el tiempo cronológico, hay días que son larguísimos y hay días que son cortísimos, hay un ayer inmediato que uno se ha olvidado y un ayer muy remoto que uno lo vive totalmente presente; o hay ayeres que no los vive uno totalmente presentes, pero si uno los recuerda, es como si fuese el día de ayer…

Usted ha desarrollado una obra muy importante sobre el caos, ¿no?
Estoy en el tema del caos, el caos que pueda servir como estructura para la creación artística que es otra cosa, pero el caos no tiene estructura.
Cuando yo comencé a hablar del caos, de la «asunción del caos» –Luis Felipe Noé: La asunción del caos. Catálogo de la muestra: «Luis Felipe Noé, pinturas 60-95». Museo Nacional de Bellas Artes. Julio-agosto, 1995. Curación: Jorge Glusberg– fue en la obra Antiestética que publiqué hace 52 años, ahí hablaba y, en cierto modo, hacía una confusión entre caos y desorden, cosa que en la actualidad no hago.
El caos para mí no tiene que ver con el desorden, el caos es…. la vida misma, pero la vida misma desde antes que nosotros naciéramos, por eso el libro que estoy escribiendo se va a llamar El caos que constituimos, es decir, que nosotros formamos parte. Y, claro, ahora está de moda hablar de la «teoría del caos», cuando yo publiqué el libro en el 65, recién se estaba formulando la teoría del caos, pero yo no tenía la menor idea científica. Yo hablaba del caos de la vida y como referencia artística, y ahora está muy de moda hablar del caos, pero creo que se dice cualquier cosa, no hay una idea clara del caos, un embotellamiento de autos en la calle, se dice que se produjo un caos, ¡eso no es un caos!.
Yo creo que el caos no tiene que ver con circunstancias, las circunstancias pueden manifestarlo, pero no tiene que ver con circunstancias.

Estimado Maestro Noé, como representante de Mayéutica – Institución Psicoanalítica, tengo el placer de invitarlo a participar en nuestras Jornadas 40 ° Aniversario. A esta altura de su obra, ¿cómo lo toma esta invitación?
El porvenir del Psicoanálisis ¿caótico? Yo no sé si el Psicoanálisis será caótico o el caos como tema del Psicoanálisis, más bien. Voy a publicar otro libro que tiene que ver con el Psicoanálisis: “Dibujos en terapia y sus consecuencias” –el jueves 26 de abril de 2018, en el Museo Nacional de Bellas Artes, con entrada gratuita, se presentó este libro, finalmente, titulado En terapia, con la participación de Rafael Cippolini, Natalia Revale, Cecilia Ivanchevich, Mariana Povarché, Eduardo Médici y el artista–, me refiero a dibujos que hice en 1971 en una terapia. No hacía diván, hablaba y mientras hablaba, dibujaba, porque estaba muy muy angustiado. Con todo el despelote, en ese momento yo no estaba pintando, y lo hice con Gilberto Simoes, un gran tipo, profesional notable, no es que él me propuso dibujar. Yo estaba todo nervioso y mientras hablaba dibujaba, vi papeles y unas biromes e hice como 70 dibujos, se hicieron 70 dibujos, porque mi análisis profundo lo hice en el 71, bueno, mi terapia.

¿Usted estuvo un tiempo sin pintar?
Estuve nueve años sin pintar, porque cuando volví de EE.UU. tenía instalaciones muy complejas, a mí las instalaciones siempre me han interesado mucho, pero mudarlas eran intransportables, invendibles, encuadrables. Sin embargo, he vuelto a hacer instalaciones, una que he armado por piezas, es la obra que va a recibir a la gente en mi exposición. Cuando corté con eso volví no volví a la pintura porque eso era volver al plano y yo del plano ya me había ido; sin embargo, el dibujo me fue empujando a la pintura y además para vivir empecé a dar clase de pintura. Ya estaba pintando a través de los otros. Así volví a la pintura. Después en el 76 me fui a Francia y desde ahí no paré. En Francia vivía pintando.

¿Tiene método y disciplina para trabajar?
No tengo método para nada, de repente se me ocurre una cosa y la hago, a veces en mal momento, a veces estoy durmiendo, me levanto y escribo, yo no tengo disciplina para nada, no solamente pienso en el caos, sino que soy caótico…

¿Podría definir algunos aspectos o características del caos?
Empiezo por negaciones: no es desorden. Es la vida misma en cierto modo, pero no nuestra vida, sino que la vida desde antes que nosotros naciéramos. Nosotros constituimos el caos desde antes. Creo que no hay que reducirlo a la teoría científica del caos, sino que eso es un aspecto del caos general.
Ahí, se podría hacer una cita de La evolución creadora, de Bergson: «(…) Un elemento muy pequeño de una curva es casi una línea recta. Y se asemejará tanto más a una línea recta cuanto más pequeño se tome. En última instancia podrá decirse, según se quiera, que forma parte de una recta o de una curva. En efecto, en cada uno de sus puntos, la curva se confunde con su tangente. Así, la ‘vitalidad’ es tangente en no importa qué puntos con las fuerzas físicas y químicas; pero estos puntos, en suma, no son más que las consideraciones de un espíritu que imagina paradas en tales o cuales momentos del movimiento generador de la curva. En realidad, la vida no está más hecha de elementos físico-químicos que una curva de líneas rectas…».
Esto es realmente. A mí me interesa el círculo en su vitalidad permanente y creo que todo, todos los acontecimientos de orden o de caos, es decir, lo que nosotros llamamos «caos», no son más que pequeñas anécdotas que constituyen las pequeñas líneas rectas. Y cuando se empiezan a curvar, ahí está lo que la gente vulgarmente se llama «caos»… pequeñas anécdotas que. en cierto modo, creo, que eso detiene la imagen en principio.
Yo creo que el caos no tiene opuesto, no es una palabra que tiene un opuesto y si tuviese un opuesto es muerte, pero tampoco es muerte asociado a la vida personal de nadie. Sino, en el sentido de que termina el mundo. No tiene opuesto.
Caos para mí no es un concepto, es muy impreciso para poder definirlo como concepto, es una noción vaga que uno siente y, en ese sentido, es una fuente para la concepción artística en la medida que el Arte es una toma de conciencia del contexto. Es un material muy fuerte y es ahí donde se puede hablar de caos como estructura, cuando uno le agarra “un cachito” de la línea recta, entonces en ese momento puede servir el caos como estructura.

Eso implica la noción de tiempo, duración…
Sí, tiempo, el problema es yo soy pintor y que la pintura es un arte estático. ¿Cómo se puede reflejar, en un arte estático, el tiempo? Es como en la fotografía de un bailarín o un deportista, tac, en el aire, en el instante…
Yo tomo como ejemplo nada menos que la gran obra de la Capilla Sixtina, que creo que es la obra caótica más importante que se ha hecho. Porque si uno toma cosa, por cosa, cree que está ordenado, pero el conjunto es inapreciable, en el sentido de que no se puede dominar, todo se escapa y ahí está el caos.
Por eso creo que es la primera obra del barroco, hasta que el barroco se convierte en sistema, que ya se convierte en otra cosa.
Y ahora se habla mucho del caos, pero yo creo que se habla más bien porque se cree que todo está disperso, y no es que todo está disperso, sino que no se sabe entender esa dispersión, y creo que en el campo del arte hay una gran libertad en este momento, ¡magnífico! Pero hay muy poca gente que sabe manejarse con esa libertad.