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6 agosto, 2019

El surrealismo de Salvador Dalí

Por Nadia Paz

El surrealismo de Salvador Dalí

Treinta años después de su muerte, el Centro Cultural Borges expone la muestra El surrealismo de Salvador Dalí, una selección de más de 100 obras gráficas originales de uno de los artistas modernos más importantes de nuestra historia, con la curaduría de Ignacio Shanahan.

 

Salvador Dalí (1904-1989) fue uno de los artistas visuales más importantes del siglo veinte. Sus obras abarcan infinidad de técnicas y formas de expresión entre las que se encuentran: pinturas, esculturas, grabados, escenografías, guiones poemas y la escritura de una infinidad de libros de su autoría. Si bien sus imágenes son muy impactantes debido a su fanatismo por el arte renacentista y su perfección en el dibujo, su obra trasciende las creaciones en sí mismas. Tal vez, hoy, en un mundo contemporáneo dominado por la inmediatez, es posible pensar que la figura de Dalí, el personaje que hay detrás de sus producciones, es el verdadero motivo de su trascendencia a través del tiempo. Su riqueza intelectual, su talento plástico y su sensibilidad expresiva se convirtieron en una combinación perfecta para consagrarse como uno de los artistas más completos de su tiempo.

 

 

Dalí formó parte del surrealismo (movimiento de vanguardia conformado por André Bretón, Tristán Tzara, Guillaume Apollinarie, René Magritte, Joan Miró, entre otros) que proponía de acuerdo a su manifiesto de 1924, un “automatismo psíquico puro con ausencia de todo control ejercido por la razón y de toda preocupación estética y moral”. Para este movimiento, influenciado por la figura de Sigmund Freud y sus estudios sobre el inconsciente y la interpretación de los sueños, el estado surreal se concreta en la vigilia previa a dormirse, en el que la mente mezcla imágenes conscientes e inconscientes oníricas del sueño. Dalí, logró representar esas imágenes con una fuerza y una capacidad metafórica nunca antes vista. Esto puede apreciarse claramente en su obra La persistencia de la Memoria, en la que se observan relojes blandos en los que el tiempo pareciera derretirse.

Años más tarde, debido a diferencias políticas Dalí es expulsado del grupo surrealista al que le hace frente con su famosa frase “El surrealismo soy yo” y decide crear su propio método, el paranoico – crítico. Éste consistía en elevar la mente, provocarla hasta casi enloquecer y llegado a ese límite, crear obras de arte de cualquier tipo. En sus palabras, un “método espontáneo de conocimiento irracional basado en la objetividad crítica y sistemática de las asociaciones e interpretaciones de fenómenos delirantes”.

 

 

“La única diferencia entre un loco y yo, es que yo no estoy loco”, se puede leer en una de las paredes de la sala del pabellón II del Centro Cultural Borges (Viamonte 525, CABA). A treinta años de su muerte, la muestra El surrealismo de Salvador Dalí, exhibe producciones de diferentes técnicas realizadas por el artista como pinturas, esculturas, grabados, serigrafías y litografías que abarcan un período que va desde la década del 50 al 80. Se trata de un período maduro en su obra, en el que ya se encuentra definido su estilo personal.  Las obras pertenecen a una colección privada y fueron cedidas para su exhibición por Enrique Sabater, secretario y administrador de Dalí durante los años 1968 y 1980, quien cuenta con más de 300 piezas en su haber. La exhibición presenta un recorrido por diferentes temáticas que fueron relevantes en la historia de su vida por diversas razones y que logran construir su universo simbólico: Tarot (24 pinturas de la Serie Tarot universal en la que la protagonista es su esposa y gran musa Gala), Daliniana (una serie de 24 piezas heterogéneas entre las que se encuentran los dibujos realizados en un papel de cáscara de arroz, material biodegradable que fueron creados justamente para desaparecer a través del tiempo), Unitarios (obras más clásicas del artista en cuanto a sus principales cuestionamientos), Casanova (obras vinculadas a la sexualidad), Del Cosmos, y Objeto e imaginación del futuro (un acercamiento a su concepción del futuro y proyecciones del artista en cuanto a la tecnología). La propuesta curatorial de Ignacio Shanahan propone un acercamiento a la vida del artista y mezcla el trabajo plástico con frases del autor en todas las paredes de la sala junto a múltiples textos didácticos. “Al principio, para llamar la atención, me hice pasar por genio, pero luego con el tiempo me he convertido en un verdadero genio”, llega a leerse sobre una de las paredes centrales.

Entre las litografías originales, se encuentra el Torso de Venus Surrealista, el Elefante Celestial y el Don Quijote, que tiene un atractivo adicional al tener que mirarlo detrás de una lupa colocada junto a la obra. Otra de las obras más impactantes es Gala de espaldas mirando el mar Mediterráneo, una pieza de arte óptico, de reconocimiento internacional. Igualmente, más allá de obras específicas el conjunto de la muestra nos acerca al universo simbólico y plástico de uno de los artistas más importantes de la modernidad, uno que en tiempos del arte contemporáneo, siempre es interesante de apreciar para pensar y replantearnos nuestras propias construcciones.

 

 

La muestra permanecerá abierta del 17 de mayo al 11 de agosto, en el pabellón II del Centro Cultural Borges (Viamonte 525, CABA) y podrá visitarse de lunes a sábados en el horario de 10 a 21 horas, y los domingos de 12 a 21 horas.

Visitas guiadas: Viernes 16 hs y sábados y domingos a las 16 y a las 18 hs.

Entrada general: $250. Estudiantes y jubilados: $200. Promociones 2×1 Club La Nación, Clarín 365 y Tarjeta Galerías.