Image Image Image Image Image Image Image Image Image Image
Menu +

Arriba

Top

22 abril, 2019

Utopía

Por Guadalupe Creche

Utopía

El pasado domingo 14 de abril terminó la semana del arte de la ciudad de Buenos Aires que incluyó en su programación a BAFICI, Art Basel Cities y la edición 28 de arteBA. UTOPIA, la nueva sección de arte joven, presentó bajo este nuevo nombre cambios espaciales y de recorrido.

 

Antes de la inauguración de arteBA2019 la gerente general de la feria Julia Converti comentó en una nota de Infobae los cambios referidos al ex barrio joven que vimos en esta edición: se muda del espacio de siempre cobrando una entidad especial y propia. Con la idea de refrescar el sector joven, UTOPIA es una apuesta y es una feria en sí porque toma otro pabellón.

Los cambios anunciados estuvieron ligados al nuevo espacio físico y su consecuente separación del resto de la feria, el nombre, el diseño de los stands y la curaduría que cambia año a año.

Es así que la caballeriza del Predio Ferial «o Pabellón Equino» fue el espacio que reunió a las galerías más jóvenes que fueron en total 17 y a la Isla de ediciones curada por Agustín Diez Fischer «director de la Fundación Espigas».

 

 

Para llegar a esta área era necesario atravesar una pasarela por encima del arenero, con un paseo bajo el sol o frente a las luces de colores de los reflectores, distancia que hizo que durante todos los días el flujo de gente fuera más escaso en comparación a la circulación en el pabellón principal.

Lxs curadores de este año fueron Alejandra Aguado «Curadora. Co directora de Móvil» y Carlos Herrera «Artista. Director de Munar», quienes eligieron a las galerías participantes y además dentro de cada galería a lxs artistas expositores, definiendo así un lineamiento estético y un panorama del arte joven local vinculado a la premisa de la feria de refrescar UTOPIA. Pero cómo pensar una frescura pre diseñada vinculada al arte, a los espacios jóvenes y a la venta de obras. La respuesta parece reproducir una visión de mercado del arte joven como la que Carlos Herrera practica en otra escala en Munar, el espacio ubicado en La Boca que combina talleres de artistas con open studios recurrentes, residencias y espacio de exposiciones para galerías en donde el artista Beto Romero «uno de los ganadores del Premio en Obra organizado por los coleccionistas Joaquín Rodríguez y Abel Guaglianone» ya había realizado una performance con el mismo atrapa sueños que se encontraba al ingresar al pabellón.

 

 

El nuevo diseño circular de los stands permitió la conexión entre un espacio y otro facilitando el recorrido y rompiendo a la vez el esquema de igualdad que proveían los booth como punto de partida; cubículos blancos para cada proyecto que fueron reemplazados por durlocks en diagonales y esquinas que en muchos casos se convirtieron directamente en lugares de paso.

En cuanto al contenido, la sensación al ingresar era más cercana a la de una feria provincial de productos regionales que de arte, y aunque el juego entre arte, diseño y artesanía se presumía, no se daba. La rareza de la propuesta completa se percibía también repartida en el espacio físico con abundantes telas, cortinados, barrales y cadenas. La pregunta es si aquí las obras presentadas por lxs artistas estaban encapsuladas como si el arte fuera contextual sólo en sí mismo, y la respuesta podría estar en uno de los pasacalles montados en el interior que anunciaba: NO SE FÍA.

En los términos económicos que rigen a una feria, las galerías vendieron obras desde el piso de 500 dólares hasta el techo de 2500 que tienen establecidos. En los términos del arte esperaremos a la próxima edición bajo la presidencia de Amalia Amoedo de lo que parece seguir siendo el evento del año o del exitismo medido en venderlo todo cada vez.

 

 

La línea editorial de la revista El Gran Otro acepta el lenguaje inclusivo por el que ha optado su autora.

Fotos: Gentileza arteBA Fundación