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16 julio, 2020

Gonzalo Maggi: arte y resistencia

Por Verónica Glassmann

Gonzalo Maggi: arte y resistencia

Formado como director cinematográfico en la Universidad del Cine, Gonzalo Maggi participó del Programa de Artistas de la Universidad Torcuatto Di Tella (2013) y obtuvo la Beca FNA CONTI (2014). Su formación incluyó talleres y clínicas de obra con Gabriel Valansi, Alberto Goldenstein, Hernán Marina y Juan Travnik.

 

A partir del año 2013 inició un variado recorrido artístico que incluyó su primera muestra individual «Silencioso pero insiste», curada por Alberto Goldenstein en el C.C.R.R. La siguió «Inminencia» (2014) en el Teatro de la Rivera con la curaduría de Juan Travnick. «No despertar la ciudad» en 2019 fue su tercera muestra individual en Munar.

Sus obras fueron exhibidas en distintos museos (M.A.C.R.O, Museo Emilio Caraffa, M.A.C, Museo de Bellas Artes Evita, Palais de Glace y M.A.C.L.A) galerías (Aldo de Sousa, Carla Rey, Arte x Arte, Bisagra Arte Contemporáneo), fundaciones y centros culturales (E.A.C., Centro Cultural Rojas, Centro Cultural Recoleta, Fundación Lebenshon).

Desde el 2019 co-dirige el proyecto «Intemperie», donde se desempeña como artista, gestor y curador.

En diálogo con El Gran Otro detalla su visión cómo artista y gestor y describe su trabajo creativo.

 

 

¿Cuáles consideras que son tus trabajos más relevantes?

Si tengo que elegir un conjunto de obras creo que serían las que formaron parte de mi última muestra individual «No despertar la ciudad» que hice a mediados del año pasado en Munar. La exhibición, curada por Charly Herrera, consistió en un grupo de fotografías de gran formato impresas en papel blueback y emplazadas en el patio exterior del edificio. Las fotos las monté sobre estructuras de OBS y madera construidas directamente en el lugar. Una de las obras, de 400 x 220 cm, se apoyaba directamente sobre el suelo que descansaban sobre dos columnas ubicadas en el medio del patio. La lluvia y el sol trabajaron sobre las obras a medida que fueron pasando los días. El papel, a pesar de ser creado para ser usado en la intemperie, comenzó a perder un poco de color y a agrietarse en las uniones de las placas. Disfruté mucho esa «vida» de las obras, ese deterioro constante que me llamaba a revisitar la muestra para ver cómo se había modificado. Las imágenes que copié para la exhibición fueron fotografías colocadas en escena que realicé en los conjuntos habitacionales Castex y Lugano 1 y 2 en 2017 y 2018. En las imágenes se retratan situaciones que fueron escenificadas para una cámara que parece ver todo desde una distancia y con actitud casi paisajística.

 

Gonzalo Maggi, NO DESPERTAR LA CIUDAD, Munar, curaduría Charly Herera

 

 

Sabemos que la selección de locaciones tiene en tu trabajo un papel casi protagónico, ¿cómo es ese proceso de búsqueda y reconocimiento del lugar y cuándo consideras a la obra terminada?

Últimamente mis obras comienzan con un espacio al que me veo tentado a volver repetidamente. Revisito entonces la misma locación y la fotografío desde distintos puntos de vista, en diferentes momentos del día, con distintas condiciones de luz. Suelo pasar mucho tiempo en los lugares donde voy a hacer fotos, ciertas caras de los espacios tardan un tiempo en mostrarse. Esta primera parte del proceso consiste en fotografiar, revisar el material, organizarlo, refotografiar y así llegar a una selección de encuadres con los que me interesa trabajar. También comienzan a aparecer algunas imágenes ligadas a esos espacios, ciertos gestos o situaciones que en mi imaginación comienzan a habitar esos lugares. La segunda parte del proceso consiste en escenificar estas situaciones. En general trabajo con personas conocidas por mi y con las cuales, luego de hacer una selección del vestuario, visitamos el lugar. El proceso se repite muchas veces y con distintas personas pero en general los encuadres ya no se modifican.Ya los definí en la etapa anterior y vuelvo una y otra vez sobre ellos con diferentes personajes. Suelo improvisar también con las acciones. Mi forma de trabajo cambia mucho según la persona con la que estoy haciendo las fotos. En raras ocasiones trabajo con actores. A veces una persona hace un gesto que me interesa mucho y lo repito otro día con otro en el mismo lugar.Siento que de esta forma la imagen se va volviendo más densa, va ganando capas que, aunque invisibles, se van superponiendo. La tercera parte de proceso es la post-producción del material. No tengo en general reparo en modificar los espacios, combinar distintas tomas, e incluso ubicar en la misma imagen dos personas que fotografié en días distintos y ni siquiera se conocen. Los espacios de partida varían de serie en serie. En mi trabajo anterior por ejemplo (la muestra de Munar de la que hablé antes), estaba obsesionado con los monoblocs y conjuntos habitacionales. Fotografié en Lugano 1 y 2, Piedra Buena, Castex, Fonabi y Ejército de los Andes (Fuerte Apache). Todos esos barrios planificados son modulares, micro universos con reglas urbanísticas propias. En el trabajo que estoy desarrollando ahora la arquitectura de base es muy distinta, lo cual genera relaciones diferentes también con los personajes que los habitan. Ciudad universitaria, la Biblioteca Nacional, el Cementerio de Chacarita y un estacionamiento abandonado se vuelven, en este nuevo trabajo, espacios linderos.

 

Gonzalo Maggi, NO DESPERTAR LA CIUDAD, Munar, curaduría Charly Herera

 

¿Hay un hilo temático entre tus obras? ¿Cómo entra lo performático?

El cuerpo y su relación con el espacio. Cierta disciplina que imprimen los espacios en los cuerpos que los habitan y su manifestación en tensiones, explosiones inesperadas, gestos contenidos y silenciosos. La producción de mis obras está siempre atravesada por dos cuerpos performáticos, el de los personajes que fotografío, que interpretan una ficción que casi no difiere de la que interpretan todos los días, y el de mi propio cuerpo que atraviesa un largo ritual desde que un espacio me convoca hasta que logro producir con él una imagen.

 

¿Cómo surge tu rol de gestor?

Hace dos años junto con Constanza Chiappini creamos Intemperie, un proyecto similar en su funcionamiento comercial a una galería de arte pero sin un espacio físico y con otras formas de operar. Un proyecto de gestión y también de autogestión porque además de coordinador participo de Intemperie en calidad de artista. Si bien trabajé anteriormente en la gestión, nunca había dirigido un proyecto de estas características y descubrí que lo disfruto muchísimo.

El año pasado hicimos varias exhibiciones. Participamos de Arteba y Mercado de Arte Contemporáneo en Córdoba. Durante la cuarentena con «Intemperie» estrenamos online un documental muy hermoso que realizó Julia Rossetti, una artista de Intemperie. Se llama «Creer o reventar», está dividida en tres capítulos y se pueden encontrar los links para verla en la página web del proyecto o en nuestro instagram (www.enlaintemperie.com, @enlaintemperie).

 

Gonzalo Maggi, NO DESPERTAR LA CIUDAD, Munar, curaduría Charly Herera

 

Gonzalo Maggi conoce el mundo que habita, no solo porque lo transita desde su lugar de artista sino como gestor, emprendedor y buscador incansable de oportunidades. No se resigna en conocer la precarización del arte sino que sale a intentar cambiar el rumbo creando comunidad y resistencia formando así parte de ese colectivo de utópicos a los que admiramos.