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23 julio, 2021

Pilar Villasegura: «Los materiales están cargados, tienen su propia historia y significan»

Por Fiorella Sozzi

Pilar Villasegura: «Los materiales están cargados, tienen su propia historia y significan»

Pilar Villasegura (1988) es fotógrafa y editora de fotografía. Del 2011 al 2020 codirigió Sta. Rosa editora y actualmente codirige la editorial SMD. Estudió Artes y actualmente, Edición, ambas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Como editora, produce libros de edición limitada utilizando diferentes formatos y recursos gráficos. Se interesa en producir piezas editoriales que experimenten con materiales y recuperar procesos artesanales de impresión.

 

Asistió a talleres y seminarios dictados por Guillermo Ueno, Guadalupe Gaona y Natalia Siberleib. Desde el año 2011 desarrolla proyectos editoriales participando en ferias y encuentros de arte gráfico a nivel nacional e internacional, como Tokyo Art Book Fair, Printed Matter (NY Art book Fair), I Never Read (Art Basel Suiza), Les Rencontre de la Photographie (Francia), BAphoto y ArteBA, entre otras. En 2016, un jurado integrado por Lucrecia Martel, Luis Weinstein y Pablo Ortiz Monasterio premian su libro Point of lovely sun en el marco del festival FELIFA FOLA. Ese mismo año el libro es elegido para integrar la librería Thomas J. Watson Library del MET Museum (NY) y se exhibe en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona. En 2017, es seleccionada para participar de la Beca PAC Fotografía en la galería Gachi Prieto. En 2018, participa como jurado del premio estímulo joven para la beca Algabo, La Belle Que? en Turma fotografía y revisiona maquetas de fotolibros en el festival FELIFA. Trabajó en la investigación, coordinación y edición del Tomo 1 de «La fotografía en los Museos Nacionales – Guía para su difusión y acceso», libro recientemente publicado por la Secretaría de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura de la Nación.

 

¿Cuál es el primer recuerdo que tenés sobre tu relación con el arte?

No tuve una infancia ligada al arte de forma directa. De todas formas, mis viejos me estimularon creativamente. En especial mi padre, recuerdo ir a visitarlo a su casa en el campo y pasar horas con él en su taller. Él es psicólogo, pero siempre tuvo una veta de artesano, experimentaba por temporadas con diversos materiales: madera, cerámica, hierro, vidrio, etc. Construía muebles de madera, creaba utensilios de cerámica para el hogar, etc.

 

Alma Fuerte de Hannah Nacif, Eunuk Nam & Matheus Chiaratti. Sta. Rosa editora. Impreso en offset digital. 2014, Buenos Aires, Argentina.

 

¿Cuáles fueron tus primeros acercamientos con la fotografía?

Mi primer acercamiento con la fotografía fue de muy pequeña. Siempre me gustó mirar fotos, creo que ese fue el primer vínculo que establecí con la fotografía. Recuerdo que mi abuela guardaba una caja de madera, gigante y pesada, repleta de fotos familiares. A mí me encantaba sentarme a mirarlas con ella y creo que a ella le encantaba contarme historias, describir lugares y personas de un pasado familiar, muy lejano para mí. Incluso hoy creo que disfruto más mirar fotografías que fotografiar, por eso me interesé en la edición de libros de fotografía.

Hay algo que me interesa de la fotografía y es la narración, el poder construir un relato. En ese sentido creo que el soporte libro me dio la posibilidad de hacerlo: poder contar historias con imágenes.

En cuanto a mi primer acercamiento como fotógrafa, fue en la adolescencia, cuando mi mamá compró la primera pocket digital, una Cybershot de 3.2 megapíxel. Fue un objeto muy preciado en casa, era algo novedoso y caro. De todas formas, me las arreglé para usarla a escondidas, hasta que mi mamá notó mi interés y me la cedió. A partir de entonces, empecé a salir con la cámara en la mochila y a registrarlo todo: fotos en el colegio, en recitales, fiestas, casas de amigxs. Extraño un poco ese impulso, todo era digno de ser fotografiado.

 

Sin título, 35 mm, Pilar Villasegura. 2020.

 

Ingresando en tu rol como editora, ¿cómo era el acompañamiento y asesoría que realizaban en Sta. Rosa Editora con lxs artistas a la hora de planificar la publicación de un libro de artista, fanzine o fotolibro?

Trabajamos mucho con obra propia y material de archivo. Cuando eran proyectos externos, siempre surgían desde la editorial, no hacíamos trabajos por encargo.

Aunque fueron pocas las veces que editamos obra de otrxs, con Sta. Rosa siempre fuimos fieles a la idea de fanzine, para y por fans. Somos fans de los artistas que publicamos, como Mariana Pacho Lopez y Martín Pisotti, con quienes además nos une una amistad. También publicamos a Eunuk Nam, Hannah Nacif, Matheus Chiaratti y, en colaboración con FEA (Frente Editorial Abierto) y Martín Bollati (Sed), a Violeta Capasso y Geraldine Lanteri.

 

 

El proceso de edición en cada libro fue muy distinto: más o menos participación de lxs autorxs y dependió también del grado de madurez del proyecto. En la mayoría de los casos trabajamos con muchísima libertad.

Quiero destacar el trabajo con Martín Pisotti porque fue uno de los que más disfruté. En aquel momento, 2015 aproximadamente, ahora no recuerdo bien, nos había llegado la Riso (impresora) y la marca Trosman en ese entonces estaba con un programa de financiamiento para proyectos artísticos y nos ofreció financiar una publicación. Martín justo había hecho la campaña para ellos, así que el círculo cerró perfecto. Hicimos ciento cincuenta ejemplares de Espesor Molido, cuatricromía en Riso con papel de arroz. Hoy, hablar de cuatricromía en sistema risograph no es nada innovador, pero en ese momento para nosotros fue un experimento total.

Todas las publicaciones de Sta. Rosa fueron muy distintas en cuanto a la resolución material y los sistemas de impresión empleados. Tuvimos la posibilidad de imprimir en offset, digital, fotoduplicación, inkjet y otras. Por eso nos gustaba pensarnos, más que como una editorial, como un laboratorio editorial. La idea del experimento siempre estuvo muy presente en nuestro trabajo.

 

Tormentos de Sta. Rosa editor. Fotoduplicación. Agosto del 2016, Buenos Aires, Argentina.

 

¿Cómo surgieron las autopublicaciones en la editorial?

El primer libro de la editorial se llama Cariño Mío y trata sobre un viaje que hicimos durante tres meses con Fede (Federico Paladino, codirector), el hilo conductor fueron los encuentros con amigxs que migraron, situaciones de cotidianidad con esas personas que se fueron del país.

Mi segunda publicación fue Cuando seas grande no te vas a acordar de mí. Hice una primera tirada de treinta copias a modo de boceto. Son todos retratos de niñxs, conocidxs y no, en distintas situaciones. Ese pase a la materialidad, me ayudó a definir mejor la serie y la idea de la publicación.

 

 

Entonces, en 2017, surgió la posibilidad de aplicar para la beca PAC y quedé junto con once participantes. Tuve la oportunidad de charlar sobre este trabajo con los docentes: Bruno Dubner, Ariel Authier, Rosana Schoijett, a quienes admiro profundamente, y pudieron asesorarse junto con mis compañerxs de beca. Siento que ellxs pudieron abordarlo desde una mirada distinta. Bruno me orientó sobre la edición y sobre en qué fotografías centrarme; Rosana me ayudó con la narración y Ariel, con cuestiones más formales y conceptuales.

 

Cuando seas grande no te vas acordar de mí de Pilar Villasegura. Sta. Rosa editor. Impreso en sistema risograph por Dodó Risopress. Febrero del 2018, Buenos Aires, Argentina.

 

Estás comenzando un nuevo proyecto editorial, contame un poco sobre ese nuevo proyecto.

Actualmente estoy armando una editorial con Marina Alessio y Daiana Ruiz. Una editorial de chicas. Se llama «SMD» y estamos editando nuestra primera publicación que pronto saldrá a la luz. Hacía tiempo que venía con ganas de abrirme y editar otros materiales, eso me entusiasma mucho. Además, creo que hacemos un buen equipo, nos complementamos porque tenemos perfiles muy distintos. Daiana es ilustradora y tuvo su proyecto editorial «Ping Pong Press», Marina es artista y codirectora de «Mite Galería».

La primera publicación se llamará Libro de imágenes, para la cual convocamos a más de treinta artistas con la consigna que describan una imagen con palabras, una especie de «Ekphrasis».

La idea surgió a partir de una situación que nos comentó Marina: ella estaba chateando con unx amigx vía WhatsApp y este no podía visualizar los stickers que ella le enviaba, entonces comenzó a describirlos: «un grupo de ositos cariñosos en un auto, arriba de una nube que dice: “subete ke vamo a terapia”».

Nos reímos de lo absurda de la situación en un contexto tan visual.

Bueno, y en este experimento surgieron escrituras muy distintas entre sí. Desde la elección de las imágenes, sobre la descripción, algunas fueron superobjetivas, otras imaginaron escenas, etc. Es una aproximación a un diálogo con la tradición de la poesía visual.

 

En este recorrido editorial, ¿qué cambios notas respecto a tu proyecto anterior?

Sta. Rosa fue una editorial de fotografía, así fue concebida y nunca se corrió de ese lugar. Lo disfruté mucho, pero creo que es momento de abrirme y experimentar con otras disciplinas.

Por otro lado, siempre pienso que hay tanto para atrás, no sólo en relación a la fotografía, lo pienso con la música y el cine… ¿Para qué seguir produciendo? Es hora de ordenar, ¿no? Y ese es en definitiva el trabajo del editorx, ordenar con criterios claros para facilitar el acceso.

 

Como realizadora fotográfica, ¿tenés algún ritual fotográfico?

Hace poco, en un trabajo, me dijeron que era muy silenciosa, y sinceramente me pareció genial porque me sentí descripta a la perfección. Me gusta trabajar en silencio y, cuando fotografío, me interesa jugar con la idea de volverme invisible. Es la forma que encontré de vincularme con lxs retratadxs. El silencio entre personas suele ser incómodo y más incómodo aún entre personas que apenas se conocen o no se conocen para nada. Busco sortear esa incomodidad para lograr una intimidad con el retratadx. Son más las veces que no se logra que las que sí, pero cuando sucede es realmente especial.

 

Sin título, 35 mm, Pilar Villasegura. 2021.

 

Hace poco vi una película y me gustó particularmente una escena en donde una chica que estaba siendo fotografiada le dice al fotógrafo que no quiere lucir con aire agobiado, que no quiere ser una víctima incluso en una fotografía, a lo que él le responde que entonces se niega a ser auténtica… Sé que es tonto hablar de autenticidad o sinceridad en el arte, pero cuando fotografío siempre busco ese momento de autenticidad.

 

Sin título, 35 mm, Pilar Villasegura. 2020.

 

¿Podrías poner en palabras tu proceso creativo?

En relación a mi trabajo como editora de fotografía, la mayoría de las veces parto del material, luego viene la idea. Casi siempre se trata de un material que está esperando un concepto para poder plasmarlo. No puedo comenzar a editar sin antes tener una idea más o menos clara, previsualizar cómo va a ser ese libro: es el espacio el que impone sus propias reglas.

 

El poder de los que mataron vuelve a mí de Martín Gusinde. Sta. Rosa editora. Impreso en sistema risograph. Septiembre del 2017, Buenos Aires, Argentina.

 

Siempre me interesó experimentar con los materiales. Los materiales están cargados, tienen su propia historia y significan. Tienen la capacidad de evocar. Siempre estoy atenta, buscando materiales, es un juego cotidiano.

 

 

Busco que cada decisión, cada material que elijo esté vinculado a un concepto. Es esa retroalimentación entre el contenido y la forma lo que me interesa. Lo que quiero contar y cómo lo cuento. Lograr una coherencia interna entre el mensaje y su aspecto visual, sin perder de vista las condiciones específicas de lectura, consumo e intercambio.

Y, como fotógrafa, casi siempre estoy buscando alguna situación, luz o color que me llame la atención. Muy pocas veces es un plan, no suelo pensar en términos de series. Eso me viene en la instancia de edición, el de encontrarle o darle un sentido, un orden.

 

Sin título, 35 mm, Pilar Villasegura. 2018.

 

¿Cómo fue tu participación en el colectivo Aurea?

Fue muy breve pero enriquecedora. Armamos equipo con Guadalupe Arriegue e hicimos dos notas: la primera, sobre el archivo trans y la segunda, sobre el libro Polo Sur de la editorial Club del Prado. Fue una linda experiencia.

 

¿Podrías recomendarnos algunx artista del que te interese su trabajo?

Me interesa el trabajo de Sofi Finkel. Tiene algo entre performer, decoradora, diseñadora y fotógrafa. Su mirada es superfresca, me gusta el universo que crea.

 

Recientemente participaste, junto a Guadalupe Gaona y equipo, en la realización de La fotografía en los museos nacionales: guía para su acceso y difusión, luego de un largo y arduo trabajo de relevamiento. ¿Qué fue lo que más te impactó o te llamó la atención en este acercamiento e investigación sobre el patrimonio histórico?

Lo que más me impactó fue encontrarme con esos archivos, tener en mis manos álbumes históricos, como Expedición al Río Negro de Pozzo o las albúminas de la guerra contra el Paraguay. Creo que en ese encuentro con el material fui realmente consciente de la importancia de develar y construir acceso para que todxs tengamos la posibilidad de conocer nuestro patrimonio fotográfico. En cada jornada me impactó acceder y tener en mis manos esos materiales, poder olerlos y sentirlos, ese encuentro palpable y tangible con los materiales realmente me emocionó.

 

¿Podrás contarme alguna anécdota de los viajes a los museos y el contacto con lxs profesionales encargados de los acervos?

Uy, anécdotas ¡muchas! Cada museo es un universo. Sí me gustaría destacar el trabajo en conjunto que se llevó adelante con los responsables de las áreas de documentación, archivo y conservación. Sin su colaboración, este trabajo no hubiese sido posible.

 

¿Cómo fue la coordinación y organización de este proyecto?

Es un proyecto que depende de la Secretaría de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura de la Nación bajo la dirección general de Marisa Baldasarre y Luciana Delfabro. Guadalupe Gaona es la cabeza del equipo de investigación y producción de contenidos.

Si bien participé activamente en el relevamiento y en la investigación, la parte que más me concierne es la edición de las fotografías y la producción de la guía. Trabajamos junto a Szalkowicsz y Gastón Pérsico en diagramación y diseño, Juan Beccar Varela en retoque y postproducción, y Alicia Di Stasio en corrección. De todas formas, fue crucial para mí ser parte del equipo de investigación, el libro se fue configurando en ese proceso. El contacto directo con las imágenes nos permitió registrar los soportes, los formatos e identificar autores y productores de las fotografías. En cada museo se buscó destacar las particularidades temáticas, técnicas y estéticas, propias de cada colección.

La Fotografía en los Museos Nacionales constituye la cuarta fase de un arduo trabajo de investigación sobre el patrimonio fotográfico, que tiene como objetivo principal delinear un panorama de las colecciones fotográficas para orientar nuevas políticas culturales de la puesta en valor respecto a la conservación, catalogación y acceso.

Se imprimieron mil ejemplares para ser distribuidos en los museos y bibliotecas.

 

IG: https://www.instagram.com/misscandytwist/
Sta Rosa Editora: http://starosaeditora.com/
https://starosaeditora.tumblr.com/

Para descargar la La fotografía en los museos nacionales: guía para su acceso y difusión:
https://www.cultura.gob.ar/media/uploads/la_fotografia_en_los_museos_nacionales_compressed_1.pdf

 

Foto Portada: Sin título, 35mm, Pilar Villasegura. 2020.